The Frankenstein Theory (2013)

The Frankenstein Theory es otra de esas películas estafa. No me refiero a que pretenden simular que lo que ocurre es cierto, me refiero a que estafan directamente al espectador.

Andrew Weiner debió quedar encantado con Trollhunter (como yo) y decidió hacer una película bastante similar. Pongamos incluso un Frankenstein que parece gigantesco de portada y vayámonos a la nieve con un experto en supervivencia que bien podría ser contratado como cazatrolles. La verdad es que al principio estás un poco "enfadado" por el hecho de ver tantas cosas parecidas a la genial película noruega, pero luego empiezas a pensar que, si una te gustó, la otra también te puede gustar.

Y de alguna manera te gusta, porque otra cosa no, pero Weiner ofrece una cinta bastante divertida e interesante. Mantiene al espectador vivo y, aunque no pase gran cosa, goza de un atractivo reconocible. El verdadero problema de la cinta es que esperas mucho más, que te tiras pensado toda la película como serán los últimos quince minutos y luego te encuentras con una catástrofe.

Porque es posible que a Weiner simplemente se le cruzara un tío de dos metros mientras que veía Trollhunter y de ahí se sacara la película. El Frankenstein que se os muestra es un chiste, pero de los malos, y me hubiera reído más si tuviera tornillos en la cabeza. Por lo menos te lo muestran, que hay algún momento donde todo parece que va a ser otra de esas películas donde únicamente se te marea con la visión nocturna y poco más.

Así que sí, es mala, pero también entretenida para lo que se hace con ella. El problema está en que el final es tan engañifa que acabas indignado por encima de cualquier otra cosa buena que hubieras sentido.

Ya no mola sólo hacer un found footage con las pelas de la herencia de tu abuela. Ahora hay que pretender ser original y darle una vuelta de tuerca al género. La que opta dar el director de semejante engendro es ya para que se te caiga la barbilla al suelo.
Copiando peli cutre que busca a viejo experto en Bigfoot, cambiemos Bigfoot por... Frankenstein, que mola y punto.
Hasta el final no hay un solo momento de interés.
Y cuando lo hay, con la cámara en el suelo y el monster protagonista llevándose a su presa, es demasiado tarde.
Paisajes increiblemente buenos para una peli de bajísimo presupuesto y factura de tres al cuarto.