Amusement: El juego del mal (2009)

Películas como ésta justifican la inclusión de la nota mínima en FA, el empleo de insultos y términos contundentes e, incluso, la vuelta a prácticas como el guillotinazo, puesto que ante cosas como esto uno lo único que puede lograr es terminar aborreciendo el cine actual. Aborrecer un cine que tanto disfrute le ha dado como es el de terror, y ver como día tras día se pronuncian malas palabras contra un gran género como éste lapidado por subnormales de la talla de Ulli Lommel o Darrel James Roodt, o minusvalorado porque desperdicios que empiezan realizando obras curiosas terminan haciendo mierdas del tamaño de mi puño. Y ahí podrían entrar tanto éste tal John Simpson, como el mismísimo Aja.

De todos modos, aquí estoy para hablar sobre lo que Dios crea que sea esto, y eso intentaré, porque para hacerlo se necesita algo sobre lo que hablar, y con un guión tan, pero tan paupérrimo, donde la narrativa es restregada por los cojones del tipo que escribió ésto, y las motivaciones del propio asesino resultan además de tópicas, tan mal camufladas, poco se podría hacer.

Pero por si ello fuera poco, ahí está el encargado del montaje, para recordarnos la bazofia ante la que estamos y para hacer de cada corte un sinsentido mayúsculo, no porque al observarlos se pierda el sentido, sino porque son tan arbitrarios que al final uno termina perdiendo los nervios al ver como se maneja de ese modo una de las principales herramientas para generar el desasosiego necesario en una propuesta de estas características.

Las actrices, para rematar, no dan señal de serlo, y parece que con caras bonitas y buenas tetas pueden desarrollar sus papeles sin más... ¡¡¡pero qué coño van a desarrollar con esas caras de palo!!! ¿Es que nadie se da cuenta? ¿Ni el de cásting? ¿Ni siquiera el puto director? Pero si gente así sólo serviría para hacer de estatua víctima de la medusa en cualquier versión de "Furia de Titanes", y seguro que ni eso... ah, y luego está el malote, que se contonea, se carcajea y se expresa como si fuese una puta hiena, un puto subnormal!!! Y no comprender la diferencia entre un loco y un subnormal, si que es para que te encierren ya en una academia de actores, y no te dejen salir nunca más. Y eso por no hablar de quién coño es el tipo por el que le reemplazan cuando captura a la primera caramarmol, o por no pararnos a pensar como se puede ser tan retrasado como los personajes, o como se pueden armar secuencias tan ridículas y estúpidas, o como aun sigo escribiendo sobre esta porquería sin haberme pegado un tiro... porque ya son ganas de perder el tiempo con tal ponzoña más allá de lo que dura el mojón en cuestión.

Es una nota exagerada, quizás, pero esta peli hace agua por varios lugares, algunos de ellos muy gruesos. Como si Simpson pensara que poner un asesino enmascarado, un poco de gore y una risa alocada fueran sinónimo de calidad, lo cierto es que se encuentra lejos de la verdad y muy cerca de las ofertas baratas que se ofrecen hoy en día con el mismo envase.

Las actuaciones se mantienen dentro del absurdo clásico que rodea a estas entregas de terror de ocasión: llenas de conductas inverosímiles y distorsionadas de toda acción que pueda apreciarse como esperada de acuerdo a los cálculos del sentido común. La historia es tan sencilla como terriblemente mal explotada, puesto que del harto agotado asesino que sufrió mucho en su infancia pasamos a ver a un criminal sin rostro claro, sin un motivo definido como para perfilar su, de por sí, compleja personalidad. El guión es un despropósito: mal hilvanado, caótico por momentos y para colmo deja baches a su gusto.

Eso sí, el montaje es más que correcto e incluso resulta interesante como se arma la peli desde cuatro historias que se entrecruzan en la secuencia final, lástima que las patinadas del guión no permitan disfrutar de este detalle. Esas mismas historias cambian y, con ellas, los escenarios, algunos se ellos muy atrayentes, como el hotel enorme cual caserón antiguo. Peli olvidable desde todo punto de vista.