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He oído cantar a las sirenas (1987)

He oído cantar a las sirenas
81 min.
6,3
92
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Tráiler en inglés
Sinopsis
Polly consigue trabajo como sectretaria en la galería de arte de Gabrielle. Gabrielle tiene una relación de pareja con la pintora Mary. Polly cuelga un cuadro de Mary, pensando que lo hizo Gabrielle. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Homosexualidad
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Canadá Canadá
Título original:
I've Heard the Mermaids Singing
Duración
81 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1987: Cannes: Premio de los jóvenes a la Mejor película extranjera
1988: Premios Genie (Canadá): 2 premios. 9 nominaciones
8
Soñar no cuesta nada
Hay películas cuyo recuerdo permanecen en nuestra memoria, a pesar de ser pequeñas en presupuestos y ambiciones, como “He oído cantar a las sirenas”, que aunque venía con cierto apoyo de la crítica internacional, muchos ya pronosticábamos que, por desgracia, no iba a tener demasiada repercusión, mucho más teniendo en cuenta que (por fortuna, eso sí) solamente se estrenaba en versión original subtitulada. Lo que no me imaginaba es que a estas alturas no iba a ser comercializada en nuestro país en ningún formato e iba a caer en el olvido más profundo.

“He oído cantar a las sirenas” está narrada con acierto por Patricia Rozema, canadiense y que debutaba en el largometraje. Se trata de una historia de amor, lealtad y admiración, con un universo femenino creíble y cierto toque de sofisticación: Polly, nuestra heroína con excelentes dotes para la fotografía, encuentra trabajo en una galería de arte en una sugerente y misteriosa Toronto. Su jefa, Gabrielle es una mujer a la que pronto idealizará y por la que sentirá profundo respeto, aunque ante la aparición de Mary, una pintora, empezará a mostrarle el reverso que Polly no conocía...

La película tiene cierto aire renovador, quizás no en su narración sino en su ejecución al utilizar diferentes recursos: maravillosos sueños que van en blanco y negro, combinados con fragmentos en vídeo o con su buena fotografía en color, todo con estupendos fondos musicales de varios autores. Creo que es junto con la acertada elección de sus actrices lo más destacado, ya que Rozema le da un constante tono medio de “ensueño” y de realidad en todo momento. Es esa clase de películas, no creo que de manera fortuita, se dieron sobre todo, en el siglo pasado, cuando aún había posibilidad de rodar fuera del “mainstream” y surgieron películas con una atmósfera inusual, aunque lo que contaban fuese muy mundano, nada fantástico, como títulos de Dieterle, yéndonos a los más clásicos, hasta llegar a Altman, su pupilo Alan Rudolph, John Sayles...

El trío principal de actrices es magnífico: Ann- Marie McDonald, como Mary, Paule Baillargeon en el rol de Gabrielle y por supuesto Sheila McCarthy como Polly, con un físico peculiar y un “look” que hoy día en el film sigue reflejando personalidad. A las tres, sobre todo a McCarthy, esperaba verlas de forma más asidua en la gran pantalla, pero ya sabemos cómo funciona este mundillo del “show- business”. A saber... Y era curioso, pero aún recuerdo que sin parecerse, había planos en que me podía recordar lejanamente a Meryl Streep.

Hay cosas en el film de Rozema que no son muy originales, desde su premisa a utilizaciones de temas, como el “Lakme” de Leo Delibes en su banda sonora, pero, insisto, su guión tiene encanto, pasan cosas pero sin estridencias ni exageraciones, su dirección va como una seda, posiblemente sea la mejor que su directora llegó a realizar hasta la fecha, y el espectador puede llegar a degustar esa clase de films que hoy día escasean, un cine de “autor” que sería más mayoritario hoy día, más asequible (bueno tampoco en exceso) y más comprensible que por ejemplo “Tres mujeres”, una de las mejores de Robert Altman y con la que tiene ciertos paralelismos aunque, en el fondo, sean absolutamente diferentes. Dicho sea de paso, “Tres mujeres” de Altman es otra gran película que, aunque haya tenido mayor difusión, sigue siendo una gran desconocida por muchos cinéfilos.

En fin, precioso título para, en definitiva, reivindicar una clase de mujeres que pueden aportar mucho tanto en el cine como en la vida en este siglo XXI. No es feminismo barato, ya que no todas podrían entrar en este homenaje. Y es que el arte no va por sexos, es una cuestión de sensibilidad y de honestidad.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Oda a la sabiduría real
"He oído cantar a las sirenas" es una película ligera y fácil de ver, pero que esconde en su interior un thriller psicológico sobre el clasismo imperante en el mundo del arte desde el prisma de una galería. A través de la ingenua mirada de Polly nos es más fácil, como espectadores, descubrir con asombro todo ese mundo, aparentemente estético y bello, para, con la misma ingenuidad (solo como base) ir cambiando, paulatinamente -y a la vez que Polly-, nuestra visión. La intelectualidad entendida como soberbia, como tantas veces ocurre, es algo que Patricia Rozema plasma a la perfección. Oda a lo sencillo, que no a lo simple. Oda a la sabiduría real, esa que emerge de debajo de la superficie y que no vemos casi nunca pero que, cuando lo hacemos, ya no hay vuelta atrás.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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