El intrépido (1930)

90/23(19/03/22) Olvidable revoltijo de cine de gangsters y cine bélico, comedia y drama, solo recomendable a los completistas del maestro John Ford en su primer trabajo sonoro, aunque en este caso acompañado en los créditos (En su larga carrera, John Ford compartió créditos como director en otras dos películas, Mister Roberts y Young Cassidy) porel desconocido Andrew Benninson, colocado por el estudio Fox para ayudar en las escenas sonoras, con lo que no se sabe que pertenece a cada realizador, y seguramente influyó en que el director de “El Hombre Tranquilo” no le pusiera muchas ganas. Es un trabajo de antropología cinéfila intentar encontrar señas de identidad fordianas en este metraje masacrado en una edición caótica, con elipsis desconcertantes, donde aparecen y desaparecen personajes, provocando confusión y desorientación, rebota de una sub trama otra de modo anárquico, imposible conectar con los personajes, lo bueno es que como llega siquiera a los 80 minutos no es mucho el tiempo perdido. Hay un atisbo de romance interruptus, y una sub trama extraña sobre el amor de madre que no lleva alado alguno, es como amontonar elementos sin mucho sentido orgánico. Y tampoco es que las actuaciones sean llamativas, funcionales e hijas del reciente cine silente.

El robo fallido de una joya lleva al gangster Louis Beretti (Edmund Lowe) a los tribunales. Listo para la reelección, el juez aprovecha la oportunidad publicitaria y sentencia a Louis a luchar en la Primera Guerra Mundial. En Francia, juega béisbol, ve algo de acción y regresa como un héroe de guerra. De vuelta en Nueva York, Lowe abre un club nocturno, se enamora de la joven de la alta sociedad Joan Sheldon Owen (Catherine Dale) y se cruza con su antigua pandilla.

Se supone que estamos siguiendo al protagonista en su odisea personal, de un despreocupado delincuente, a uno que con un código ético que le hace sacrificarse por causas justas, aunque estas le lleven a enfrentarse a su mejor amigo. Pero esto que sobre el papel resulta atractivo, sobre el celuloide es carente de cualquier emoción, y eso que Ford venía de hacer en cine mudo obras tan apreciables como "The Iron Horse" (1924), "Lightnin'" (1925), "Hangman's House" (1928) y "Four Sons" (1928), y para notar la baja calidad del film baste compararlo con otras cintas coetáneas gansteriles como son "Little Caesar" (1931), "Public Enemy" (1931), o "Scarface" (1932), y entonces te das cuenta de lo que hay. Ford por supuesto, aún está por dar lo mejor de sí en su filmografía, en esta misma década de los treinta rodó "La patrulla perdida" (1934) "El delator" (1935), o “la diligencia”, hay es nada, así que este borrón es perdonable con todo el crédito ganado.

Aun con lo dicho se puede entrever su genio incipiente en el inicio, con un travelling en que seguimos a un camión cargado de soldados que se encamina a la Gran Guerra en Europa, mientras oímos (nota para el espectador del tiempo de que estamos en el cine sonoro) que cantan el himno militar icono del momento ‘Over There’, el camión gira a la derecha y la cámara se fija en un tipo que observa una joyería que se dispone a atracar, contrastando el idealismo de los jóvenes que van al combate frente a la avaricia de unos ladrones; Tenemos el tramo en que estamos en el frente bélico, aquí se ven señas fordianas en el tratamiento humorístico sardónico de las relaciones entre militares, algo que explotaría el director en su trilogía de la ‘Caballería’, aunque solo un esbozo. Además de aparecer dos clásicos del cineasta de “El hombre que mató a Liberty Balance”, como son Ward Bond y Jack Pennick en sendos pequeños roles; Y tenemos un apreciable rush final, con la incursión del protagonista en una cabaña en medio de un anieblado pantano, habiendo un ingenioso duelo a oscuras (aunque inverosímil por la distancia entre contendientes), y finalizando en el clímax con un duelo en un bar, comienza de modo expresionista con una sombra que se yergue sobre una puerta batiente, y luego vemos el tiroteo desde atrás de esta puerta, con lo que solo medio atisbamos quien vive y muere.

Pero lo bueno no es capaz de opacar toda una película desbarajustada en el tono y unos cortes temporales hechos por el enemigo. Gloria Ucrania!!!