Historias para no contar (2022)

No quiero contar mucho del argumento, porque es de esas películas que cuanto menos sepas más divertido y más sorprendente resulta.

Cinco historias independientes en la que los personajes se van metiendo en situaciones que cada vez se complican más, el espectador asiste horrorizado y muerto de risa a la vez, expectante en ver cómo van a salir de la situación en la que ellos mismos se están metiendo cada vez más.

Los actores muchos y buenísimos todos, los jóvenes y los veteranos. Tenemos muy buenos actores en este país sólo necesitan un buen guion y una buena dirección.

Me he reído muchísimo y con la que está cayendo entre unas cosas y otras se agradece que me hayan hecho pasar un buen rato.

Lo mejor: El guion, divertido y angustioso a la vez y los actores. Todos. Y hay un montón, a cual mejor. Las caras de Anna Castillo cuando la situación se le va de las manos por momentos… me acuerdo y vuelvo a reirme.

Lo peor: ¿Por qué no hay más cine español como este?

Historias para no contar es una película para no parar de reír que mantiene a la expectativa de lo siguiente que se presentará. Cesc Gay hace un elaborado relato compuesto por varias historias con un elemento común en todas ellas: la pérdida de control sobre las emociones en determinados escenarios. Esta premisa construye situaciones surrealistas que acaban siendo pura comedia al estilo de Luis García Berlanga.

Algo muy positivo de estos relatos es que uno no se espera el final que acontece. Gay, junto con Tomás Aragay, consiguen articular un humor más complejo y sutil del que estamos acostumbrados a disfrutar en otros films de comedia española. Y, por supuesto, es un proyecto que cuenta con un elenco de lo más conocido en la escena española.

Cada crónica tiene un protagonista que toma las riendas con firmeza desde el principio hasta la conclusión de su respectiva trama. Desde Anna Castillo hasta Quim Gutiérrez, pasando por apariciones estelares de figuras icónicas del cine y la comedia española como Maribel Verdú, Javier Cámara o José Coronado.

Sin duda, esta propuesta es un soplo de aire fresco sobre la audiencia que, saturada con dramas complicados y narrativas enrevesadas, esperaba volver a un tipo de historias más simples y cotidianas.

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