Aragami (2003)

''Aragami'' de Ryuhei Kitamura

El folclore nipón consta de una infinidad de espectros, demonios, goblins, etc. conocidos cada uno por un nombre particular. Esta película concreta trata el mito del Aragami, un demonio canibal nacido con el único propósito de la confrontación.

Es un film difícil de clasificar, así que diré que es género fantástico para no complicarme mucho la vida.
La historia trata de dos samurais que, heridos de gravedad, van a parar a un templo perdido en las montañas.

Los primeros minutos de la película es imposible no sentir algo que descoloca, y es que da la impresión de estar rodado en un formato que no es nada cinematográfico, probablemente usen el formato televisivo a 25 fps. Pero una vez te has hecho a la idea, es algo muy disfrutable. Y es que esta película, aun teniendo escenas de acción al más puro estilo de las artes marciales, se centra en la historia de los protagonistas. En sus intenciones y motivaciones. Sus diálogos son increíblemente buenos, a eso se suman muchos toques de humor (MUY JAPO) que sacan alguna que otra carcajada, y todo el compendio es simplemente algo verdaderamente divertido.
Sus interpretaciones, para algunos momentos serias y para otros esperpénticas, le dan un ritmo a la trama que consigue que para nada se te haga pesada. La realización es igual de variada, puedes encontrar momentos con unos movimientos de cámara muy rápidos y tan cutres que parece que están hechos para hacerte reir, y en cambio hay otros con paneos muy suaves y contemplativos (para una puesta en escena bastante lograda he de decir). Y Para terminar este amasijo de ritmos, la música se suma a ello. Guitarras y baterías que no pegan nada con la época cambian a música calmada y relajada que acompaña a los instantes de la misma intensidad. Si tuviese que resumir el estilo visual del film diría ''Una peli muy loca'', y al fin y al cabo, lo es.

EN RESÚMEN: Divertimento sobresaliente, aunque solo sea eso, divertimento.