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Vivir un gran amor (1955)

Vivir un gran amor
101 min.
6,3
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Sinopsis
Inglaterra, II Guerra Mundial. Sarah Miles (Deborah Kerr) es la aburrida esposa de un funcionario británico. Cuando, durante una fiesta, su marido le presenta al escritor americano Maurice Bendrix (Van Jonson), Sarah no puede evitar sentirse atraída por él. Entre ambos nace un amor apasionado que los lleva a soñar con un futuro común, pero, inexplicablemente, Sarah pone fin a la relación. Con la ayuda de un detective privado (Albert Parks), Maurice intenta averiguar por qué. (FILMAFFINITY)
Género
Romance Drama Años 40 Celos Drama romántico Melodrama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
The End of the Affair
Duración
101 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Graham Greene
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Premios
1955: Premios BAFTA: Nominada a mejor actriz británica (Deborah Kerr)
1955: National Board of Review: Top Mejores películas extranjeras
7
La decisión de Sarah
Película realizada por Edward Dmytryk, basada en la novela "The End Of The Affair" (1951), de Graham Greene, adaptada por Lenore Coffee. Se rodó en la calle Chester Terrace (Camdon, Londres) y en plató, con un presupuesto reducido. Producida por David Lewis, se estrena el 23-II-1955 (Londres).

La acción principal tiene lugar en Londres y alrededores, entre 1943 y 1946. Maurice Bendrix es un veterano de la IIGM, herido en acto de servicio y dado de baja del Ejéricto americano, que permanece en Londres trabajando como novelista, donde conoce a Henry Miles (Peter Cushing), funcionario británico. Con motivo de una fiesta en su casa, Henry presenta su esposa Sarah (Deborah Kerr) a Maurice.

La película desarrolla un drama romántico, apasionado y tumultuoso, que se enmarca en el escenario de la ciudad de Londres sometida a constantes bombardeos de la Luftwaffe nazi. La novela de Greene contiene referencias autobiográficas, que el film atenúa, pero no elimina. La acción dramática se basa en la interacción de tres líneas de fuerza: los celos, inseguridades y afanes posesivos del amante, la pasión amorosa de la mujer que no quiere romper su matrimonio y los efectos físicos, emocionales y de estrés psicológico, que los bombardeos producen en el pareja y en la población en general. La distancia entre lo que los protagonistas desean y lo que reciben genera insatisfacciones crecientes, que se ven agravadas por el dolor y la rabia que producen las víctimas civiles inocentes de la guerra, los prejuicios sociales sobre los amores extraconyugales vigentes en la sociedad británica del momento, la legislación antidivorcista y los temores a las sospechas del entorno. La evolución psicológica de los personajes se mueve en direcciones divergentes, lo que les aleja y, a la vez, pone en peligro la viabilidad del romance, que puede entrar en crisis si ambos de cierran en si mismos, en contra de lo razonable. La suma de los elementos que generan y desarrollan el drama se mueve en ámbitos relativamente novedosos como conjunto, pese al oscuro juego de escrúpulos religiosos y de dudas de fe que Greene incluye en el relato. El enfrentamiento entre posiciones teistas y antiteistas (no ateas ni agnósticas) da lugar a un breve apunte, que se resuelve con aportaciones superficiales, mejorables.

La música, del gran Benjamin Frankel, ofrece composiciones elocuentes, con melodías románticas ("Tema de Sarah"), melancólicas ("Tema de Maurice") y dramáticas. La fotografía, en B/N, se beneficia de una iluminación eficiente y versátil, que crea contraluces magníficos, claroscuros y planos de iluminación frontal y cenital, que favorecen la creación de imágenes de gran calidad plástica. La cámara acaricia con frecuencia el rostro, sereno y en ocsiones poco expresivo, de Deborah Kerr. El guión, correcto, acusa cierta falta de fluidez y una excesiva acumulación de detalles, cuya supresión hubiera mejorado el ritmo y la coherencia del relato.
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
"Nuestro amor no terminará aunque no nos veamos nunca"
Sentí curiosidad por ver esta película tras descubrir que "El fin del romance" (Neil Jordan; 1999) era un remake de la misma. Y me decidí a verla cuando en el reparto vi el nombre de esa pedazo de actriz: Deborah Kerr. Lo cierto es que se agradece su presencia, esta película no sería lo mismo sin ella; es más: sería aburrida.

"Vivir un gran amor" es mucho más lenta que el ya nombrado "El fin del romance", y menos romántica también, al menos desde mi punto de vista. Donde encuentro el fallo es, tal vez, en el protagonista principal, y no me refiero al personaje de Maurice, sino al intérprete: Van Johnson. Nada que ver con Ralph Fiennes, que hace que te enamores de él de verdad. Aquí el amante me resulta sumamente tonto, no sabría decir por qué... ¡Ni siquiera parece celoso!
Pero, dejando a un lado esa pequeña parte negativa, llegamos a la parte buena que, como he dicho al principio, es Deborah Kerr. Se come la pantalla, hablando claro. Era una preciosidad de mujer pero, ante todo, una gran actriz.

Me quedo con mi frase favorita del remake, también dicha por Sarah en esta primera versión (en español cambia la traducción de una película a otra): "Nuestro amor no terminará aunque no nos veamos nunca" ("Love doesn't end just because we don't see each other").
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
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