Trailer (FRANCÉS)
- Sinopsis
- Provenza, 1962. Con la guerra de Independencia de Argelia como telón de fondo, la trama se basa en las relaciones de un grupo de estudiantes de un internado. François (Gaël Morel), un chico de dieciocho años, descubre que es gay y que está enamorado de Serge (Stephane Rideau), su compañero de cuarto. Éste al principio parece corresponderle, y una noche se acuestan juntos. Pero, a continuación, Serge no quiere saber nada de François y se interesa por Maité (Elodie Bouchez), una joven militante comunista, hija de una de las profesoras. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Romance Años 60 Adolescencia Amistad Homosexualidad Vida rural Colegios & Universidad
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1994 / Francia
- Título original:
- Les roseaux sauvages (Wild Reeds)
- Duración
- 110 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
- Compañías
- Links
Premios
"Preciosa creación sobre los ardores y sufrimientos de la adolescencia"
Javier Ocaña
[Cinemanía]
"Bonita, intimista (...) historia sobre las iniciaciones sexuales y los conflictos ideológicos"
Francisco Marinero
[Diario El Mundo]
6
6
Positiva
0
Neutra
0
Negativa
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VERACIDAD Y PAISAJE
15 de julio de 2009
La veracidad es el rasgo más característico que Techiné imprime a la película.
Con veracidad reaccionan los adolescentes al ser inundados por impulsos y sentimientos nuevos. Los expresan con franqueza, lealmente. Entre compañeros del instituto, cuando se acerca el verano, el fin del bachillerato y la primera incertidumbre hacia el porvenir, se despiertan las atracciones eróticas. Amor y amistad son aún enigmáticos, perturbadores, entre chico y chica, entre chicos. No son la cínica farsa perpetrada en la boda inicial, por conveniencia, en medio de cánticos procaces y burda borrachera.
Aún faltan años para la eclosión libertaria del 68. En los guateques se baila el twist, y lento con los Platters. Se estrenan las de Bergman: el chaval con inquietudes poéticas sale decepcionado de “Como en un espejo”.
Al fondo, la guerra de Argel. El mayor de los alumnos viene de allí y se opone a la descolonización. Lo sigue a todas horas con un transistor pegado a la oreja, y su postura derechista lo enfrenta a los demás.
Veraz, sincero y sin impostaciones, frecuentemente conmovedor, es también el tono narrativo adoptado por Techiné. Y lo que es principal virtud de la película, a un tiempo es lastre artístico, al discurrir la acción con cierta monotonía: acaso lo dramático esté falto de acentuación, de un mínimo énfasis que introduzca viveza en el ritmo.
Como tantos autores de la ‘Nouvelle Vague’, Techiné pasó a dirigir tras participar como crítico en “Cahiers du Cinema”. Los primeros intentos no fueron del todo claros, pero “Los juncos salvajes” corresponde a la madurez de su estilo. En la búsqueda de un naturalismo delicado y hondo, la afinidad con Rohmer es patente. Y, como todos los de la escuela, desarrolla la influencia de Jean Renoir. Se ve en las cálidas escenas del río, acompañadas por pasajes solemnes del ‘Adagio’ de Barber: escenas pictóricas, de un sensualismo trascendental, un estético canto al momento presente, flexibles juncos silvestres mecidos por el ahora del goce y el juego, del que los adolescentes se empiezan a sentir arrancados por las reclamaciones del mundo adulto, por los mandatos de convertirse en “alguien”, adoptar una identidad precisa; el mundo del sudor de la frente, la preocupación y, probablemente, la soledad colectiva.
Con veracidad reaccionan los adolescentes al ser inundados por impulsos y sentimientos nuevos. Los expresan con franqueza, lealmente. Entre compañeros del instituto, cuando se acerca el verano, el fin del bachillerato y la primera incertidumbre hacia el porvenir, se despiertan las atracciones eróticas. Amor y amistad son aún enigmáticos, perturbadores, entre chico y chica, entre chicos. No son la cínica farsa perpetrada en la boda inicial, por conveniencia, en medio de cánticos procaces y burda borrachera.
Aún faltan años para la eclosión libertaria del 68. En los guateques se baila el twist, y lento con los Platters. Se estrenan las de Bergman: el chaval con inquietudes poéticas sale decepcionado de “Como en un espejo”.
Al fondo, la guerra de Argel. El mayor de los alumnos viene de allí y se opone a la descolonización. Lo sigue a todas horas con un transistor pegado a la oreja, y su postura derechista lo enfrenta a los demás.
Veraz, sincero y sin impostaciones, frecuentemente conmovedor, es también el tono narrativo adoptado por Techiné. Y lo que es principal virtud de la película, a un tiempo es lastre artístico, al discurrir la acción con cierta monotonía: acaso lo dramático esté falto de acentuación, de un mínimo énfasis que introduzca viveza en el ritmo.
Como tantos autores de la ‘Nouvelle Vague’, Techiné pasó a dirigir tras participar como crítico en “Cahiers du Cinema”. Los primeros intentos no fueron del todo claros, pero “Los juncos salvajes” corresponde a la madurez de su estilo. En la búsqueda de un naturalismo delicado y hondo, la afinidad con Rohmer es patente. Y, como todos los de la escuela, desarrolla la influencia de Jean Renoir. Se ve en las cálidas escenas del río, acompañadas por pasajes solemnes del ‘Adagio’ de Barber: escenas pictóricas, de un sensualismo trascendental, un estético canto al momento presente, flexibles juncos silvestres mecidos por el ahora del goce y el juego, del que los adolescentes se empiezan a sentir arrancados por las reclamaciones del mundo adulto, por los mandatos de convertirse en “alguien”, adoptar una identidad precisa; el mundo del sudor de la frente, la preocupación y, probablemente, la soledad colectiva.
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46 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
En las márgenes del río.
21 de junio de 2011
André Téchiné con una dirección elegante y un tratamiento sin deformaciones, aborda el tema de la sexualidad adolescente de una forma serena, íntima y honesta, procurando que no existan desequilibrios ni los malos entendidos en que hayan podido caer la mayoría de películas que han tratado el mismo tema. “Los juncos salvajes” es una película sincera y respetuosa, enmarcada en un lugar (un internado de muchachos) adecuado, y en un tiempo (el final de la guerra de Argelia) correcto. Téchiné expone las diferentes situaciones de los jóvenes con respeto, y los disecciona minuciosamente, mostrando su inseguridad pero también su madurez, sacando de todo ello una serie de reflexiones interesantes y así mismo consigue una historia hermosa.
En el fondo “Los juncos salvajes”, no tiene desperdicio ya que nos encontramos con cuatro personajes con unas dudas profundas y auténticas: la feminista, asexuada, que de tan insegura que se encuentra detesta su juventud y se acerca muchísimo más al joven que sabe que no le exigirá demasiado, porqué es inocuo ya que el mismo ha descubierto su homosexualidad y vive su amor imposible, en tercer lugar nos encontramos con el muchacho que parece demostrar ser el icono del joven rebelde, porqué para el confiar en los demás significa que a la larga será decepcionado. Y como cuadratura del círculo, tenemos al más simple de todos, pero que sin su presencia la película quedaría sin parte de su substancia, se trata del adolescente de mayor edad, que ha crecido en un ambiente donde le han enseñado lo más básico: las mujeres y que si experimenta otras situaciones es por mera curiosidad.
Con un entorno paisajístico bellísimo, que evoca mucha luminosidad, y sus mejores escenas transcurren en el verde de los bosques y los prados, así como en las márgenes del río.
En el fondo “Los juncos salvajes”, no tiene desperdicio ya que nos encontramos con cuatro personajes con unas dudas profundas y auténticas: la feminista, asexuada, que de tan insegura que se encuentra detesta su juventud y se acerca muchísimo más al joven que sabe que no le exigirá demasiado, porqué es inocuo ya que el mismo ha descubierto su homosexualidad y vive su amor imposible, en tercer lugar nos encontramos con el muchacho que parece demostrar ser el icono del joven rebelde, porqué para el confiar en los demás significa que a la larga será decepcionado. Y como cuadratura del círculo, tenemos al más simple de todos, pero que sin su presencia la película quedaría sin parte de su substancia, se trata del adolescente de mayor edad, que ha crecido en un ambiente donde le han enseñado lo más básico: las mujeres y que si experimenta otras situaciones es por mera curiosidad.
Con un entorno paisajístico bellísimo, que evoca mucha luminosidad, y sus mejores escenas transcurren en el verde de los bosques y los prados, así como en las márgenes del río.
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