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El color de la sangre (1949)

El color de la sangre
99 min.
6,4
55
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Disponible en:
Suscripción
Escena (INGLÉS)
Premios
1949: Festival de Cannes: Mejor guión (Eugene Ling, Virginia Shaler)
1949: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a Mejor director
7
Curiosa
Basada en hechos reales, esta cinta es poco conocida pero es un producto digno y recomendable.
Se trata de un hecho algo curioso, por que nos encontramos ante un personaje protagonista que es de apariencia blanca pero lleva sangre de raza de color ó negra ( realmente no sé que hay que decir....).
Sirve la trama que acabo de comentar como pretexto para realizar una firme denuncia del racismo, relativamente valiente dado el año de producción ( 1.949 ).
A nivel fílmico no llama excesivamente la atención, está bien rodada con sencillez y sin grandes ambages. De todas formas no son necesarias aquí a mi entender más florituras.
Mel Ferrer encarna al protagonista, como solía ser habitual en él, con sobriedad y convicción.
La recomiendo como drama de denuncia contra el racismo en aquella época y por que históricamente ha pasado bastante desapercibida. Sin embargo aparte de por lo dicho también conlleva una cierta peculiaridad como ya he señalado al principio en su argumento lo que hace que a mi entender merezca un visionado.
Un saludo, efelson
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
“Todos los hombres somos hermanos”
Cualquier persona de mentalidad avanzada, podría creer que esta película es demasiado exagerada y que lo que presenta es pura ficción… pero, contra lo sorprendidos que podamos sentirnos mientras vemos cómo, de manera absurda, –a mediados del siglo XX, y aún ahora, aunque ya no en tales des-proporciones… ¿o sí?- la sociedad estadounidense discrimina y condena a una persona por el simple color de su piel... ¡esta historia es la pura realidad!

¡Dan ganas de llorar por “el país de la libertad”!, pues, pese al Acta de los Derechos Civiles donde bellamente reza que, “en los Estados Unidos nadie será excluido, por motivos de raza, color, ascendencia nacional o alguna otra forma de discriminación, de participar y obtener beneficios en cualquier programa o actividad que reciban asistencia financiera federal”, poco de esto se cumple. En la práctica, NO tienes derechos si tu piel no es blanca o si tu sangre registra antepasados negros ¡aunque seas blanco!... No podrás entrar a la armada; no podrás casarte con la chica que amas si sus padres son racistas; te discriminarán en ciertos grupos sociales y en muchas instituciones… ¡y si te cruzas con un supremacista blanco, hasta puedes recibir una paliza o ser asesinado! ¿Se dan cuenta por qué los avances tecnológicos, científicos o económicos no significan civilización? Por eso siempre sonrío cuando, en las películas hollywoodenses, los personajes que han hecho un largo viaje por valles y/o montañas, de pronto exclaman al avistar la ciudad: “¡Hemos llegado a la civilización!”.

William Lindsay White, fue un periodista que, al convertirse en editor itinerante de la gran revista Rider’s Digest, entre los numerosos artículos que publicó en los años 40’, incluyó una historia que lo impactó cuando, en New Hampshire, conoció a la pareja, Albert y Thyra Johnston (en el filme, Scott y Marcia Carter), quienes, no obstante su gran valía como seres humanos y como profesionales, sufrieron toda suerte de discriminaciones por el hecho de que sus antepasados llevaban “sangre negra”. Sin pretenderlo, para poder salir adelante tuvieron que ocultar su pasado hasta donde les fue posible… pero la vida, junto a sus hijos, en esa sociedad, no fue para ellos nada fácil.

El artículo titulado, “Document of a New Hampshire family”, sería el punto de partida para el guion que escribirían, Charles Palmer, Virginia Shaler y Eugene Ling, y luego, White, lo publicaría como libro manteniendo el título que llevaría el filme: “Lost Boundaries”. La atinada dirección estuvo a cargo del calificado, Alfred L. Werker, y lo logrado por él, resulta digno de encomio por su valentía para confrontar a la sociedad que padece, y también por su capacidad de descubrir y resaltar a aquellos valiosos seres humanos que alientan esperanza y son los que dan permanencia y relevancia a esa misma sociedad.

<<EL COLOR DE LA SANGRE>>, es un filme que, por sus grandes valores humanos se hizo merecedor del premio a Mejor Guion en el Festival de Cannes y fue el auspicioso primer protagónico de ese calificado actor llamado, Mel Ferrer, a quien luego recordaríamos por su matrimonio con la maravillosa, Audrey Hepburn, y por haber protagonizado filmes relevantes como “Rancho Notorius”, “Scaramouche”, “Lili” y otros. Junto a él, Beatrice Pearson (Marcia), Richard Hylton (Howie), Robert H. Dunn (Rev. John)… y Canada Lee (Tte. Thompson), añaden relieve a un filme que sigue haciendo historia.

Título para Latinoamérica: <<LINDEROS PERDIDOS>>
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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