Culpable (2021)

No es ningún disparate decir que Jake Gyllenhaal es uno de los mejores actores del panorama cinematográfico estadounidense actual. Ver su nombre en el elenco actoral de una película siempre es plato de buen gusto para el espectador, y la verdad es que "Culpable" está pensada por y para él: toda la historia se narra a través del protagonista en un único escenario, sin más imagen que sus propias expresiones faciales y con un solo punto de acción basado en las interacciones telefónicas.

Sin embargo, la actuación de Gyllenhaal es lo más destacable en un remake modestamente dirigido por Antoine Fuqua, que deja de lado en "Culpable" su género cinematográfico por excelencia, la acción. El reto que afrontaba no era fácil, ya que apostar por películas remake siempre es arriesgado ante las críticas, y más cuando se trata de una cinta que se desarrolla en un cubículo de oficina con tan pocos personajes visibles. Por ello, todo el potencial del filme ha de consistir en un guion impetuoso y dinámico para no resultar aburrido, y es aquí donde encontramos los defectos más llamativos de "Culpable".

Lo mejor: La actuación de Jake Gyllenhaal.

Lo peor: Algunos tramos de la cinta más pesados y tediosos.

Aceptable producción que gana puntos gracias a la poderosa participación de Jake Gyllenhaal.

No sé qué sentido tiene realizar una película que es una copia casi exacta de la que se hizo hace un par de años, que no aporta nada excepto una par de cambios estúpidos en la parte final, y unas cuantas lucecitas más en la sala de llamadas.

Esto es un fraude. El señor Pizzolatto es un jeta; nadie medianamente decente se atrevería a firmar un guion que no es más que una traducción del danés original. ¿Y qué decir de nuestro amigo Antoine? Un prepotente que lleva prácticamente toda su carrera haciendo el ridículo, intentando recuperar el nivel de un thriller más bien tirando a mediocre que rodó hace ya veinte años.

Y llegados a este punto hay que preguntarse sobre la deriva del cine actual. A falta de pruebas que indiquen lo contrario, la industria está entrando en una peligrosa dinámica donde la baja calidad es la norma habitual, muy parecido a lo acontecido en los ochenta, donde tan solo un puñado de películas podían salvarse de la quema cada año.

Interpretación correcta del protagonista.