El rey de las cobras (1981)

"En una fiesta:

- Grady, sé un buen alcalde y deja de hablar tanto.
- Sólo estoy tratando de obtener algunos votos.
- ¿Quieres recoger algunos votos?
- Ajá.
- ¡Pues cállate!"

Simpático intento del cine estadounidense de primeros de los ochenta del siglo pasado para rememorar viejos tiempos en los que este tipo de productos tenían más predicamento entre el público. Sin embargo, los resultados son inferiores a los deseados por sus creadores.
Sucede que comienza bien pero poco a poco se va convirtiendo en un film honesto y digno, sobre todo en cuanto a su empaque visual, gracias a la preciosa fotografía a toda a pantalla a cargo de Dean Cundey, pero con un desarrollo algo lento, con situaciones ya vistas en anteriores films y falto de chispa y emoción, o al menos con la suficiente intriga como para llegar a ser interesante.

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