Helstrom (Serie de TV) (2020)

Helstrom, la última serie desarrollada por Marvel Television (en este caso para Hulu) antes de su integración en Marvel Studios, es sin duda la serie Marvel de un perfil más bajo, una producción singularmente poco ambiciosa en la cual además cualquier conexión con el resto del universo superheroico está enterrada de forma deliberada a metros de profundidad.

Los creadores no se han rascado mucho la cabeza, pues la serie, independientemente de la coincidencia con el material base proporcionado por los cómics, no es sino una especie de sucesora espiritual de las primeras temporadas de Supernatural rescatando los tropos de demonios en carne humana, protagonistas fotogénicos, posesiones, dramas paternofiliales con demonios de por medio y reliquias contra el mal sobrenatural (y el rodaje en Vancouver, dicho sea de paso), cambiando a los hermanos Winchester por dos hermanos con poderes: el atribulado e insípido Daimon Helstrom (Tom Austen) y Ana Helstrom (Sydney Lemmon), que —aunque pueda ser solo porque siempre va vestida de gala— es el único antídoto contra la monotonía. El elenco secundario de actores (Elizabeth Marvel, Robert Wisdom, June Carryl, Ariana Guerra y Alain Uy) cumple y ya está, sin generarse en el espectador mayor interés por ninguno de los personajes que estos interpretan.

El arco de la temporada se desarrolla lento y sin grandes gazapos a lo largo de 10 episodios, con una dosificada presencia (a todas luces insuficiente visto el resto del conjunto) de la casquería exigible a una serie de terror que pretende recrearse en cuestiones que vayan más allá de los aspectos meramente psicológicos de la posesión demoníaca, avanzando hasta un final coherente con el desarrollo previo que coloca a la serie en línea de salida para una segunda temporada que casi con toda probabilidad nunca tendrá lugar.

La insipidez general, el filtro azul nórdico y el conservadurismo estético de las series «random» que llegan de los EE.UU. terminan por resultar ligeramente alienantes.