Molly Hartley (Sarah Lind) descubre que en un pacto secreto su alma ha sido asignada al diablo, por lo que el demonio impuro vive dentro de ella. Molly es sospechosa de asesinato y es enviada a un hospital psiquiátrico donde su única esperanza es un exorcismo de un sacerdote (Devon Sawa) quien intenta salvar la vida de Molly antes de su espantosa "transformación”, pero Satanás tiene otros planes.