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Nosotros

Thriller. Terror Adelaide Wilson es una mujer que vuelve al hogar de su infancia en la costa junto a su marido, Gabe, y sus dos hijos, para una idílica escapada veraniega. Después de un tenso día en la playa con sus amigos, Adelaide y su familia vuelven a la casa donde están pasando las vacaciones. Cuando cae la noche, los Wilson descubren la silueta de cuatro figuras cogidas de la mano y en pie delante de la vivienda. "Nosotros" enfrenta a una ... [+]
¿Quiénes son ellos?
La figura del Doppelgänger, el doble fantasmagórico de una persona, ha estado presente en la mitología y la cultura a lo largo de la historia. La idea del “gemelo” de aspecto exterior indistinguible del nuestro, pero opuesto en su interior, viaja desde el “William Wilson” de Poe hasta “El hombre duplicado” de Saramago, y ahora se transforma en una versión siniestra, asesina y también social gracias a “Nosotros”.

El neoyorquino Jordan Peele deslumbró hace un par de años con su primera película, “Déjame salir”, en la que enmascaraba, bajo el envoltorio de una película de terror, una crítica de la irrealidad de la presunta reconciliación racial proclamada por el stablishment estadounidense. Terror y crítica social hacían de “Déjame salir” una propuesta tan estimulante como revulsiva. Pues bien, “Nosotros” la multiplica hasta el infinito en cuanto a desasosiego, angustia y violencia, además de actuar como demoledora metáfora de una sociedad insana.



En “Nosotros”, el terror nace del interior de un espejo para, más tarde, hacerse carne en la vida de sus protagonistas. Peele dibuja a una acomodada familia afroamericana que se dispone a pasar unas relajantes vacaciones, pero antes de ello introduce un excelente prólogo en el que la madre, entonces niña, sufre una aterradora experiencia en una feria (un lugar de teórica diversión que el director distorsiona con todo tipo de detalles inquietantes). Ya desde esos primeros minutos de metraje, la película se envuelve en una puesta en escena que crea imágenes amenazadoras, opresivas. Imágenes que se convertirán en casi físicas, en exasperantes, la noche en que esta familia casi feliz observe que ante su agradable casa de recreo se encuentran cuatro personas que no son sino su reflejo físico casi exacto, una versión maléfica de sí mismos, que querrán entrometerse en su hogar con aviesas intenciones. En ese momento, el terror se dispara. En un prodigio de ritmo, de inaudita precisión, Peele envuelve a sus personajes, y con ellos al espectador, en un acelerado crescendo de espantos que ya no se detendrá (horrores que no por suceder muchos de ellos fuera de campo resultarán menos aterradores).

Peele entrega un asombroso abanico de recursos de puesta en escena, con los que consigue que buena parte del terror se exprese en términos puramente visuales. Majestuoso en el juego del plano-contraplano en los momentos en que cada actor interpreta a ambos personajes, impecable en el uso de planos de larga duración que otorgan un macabro aire musical a las secuencias, dueño de unas panorámicas que desvelan que las amenazas siempre viajan al lado de los protagonistas e impoluto en el uso de un ajustado sentido del ritmo, del corte de montaje perfecto, para conseguir que cada plano tenga la duración exacta. El esplendor formal de la película se sustenta también en la excelente fotografía de Mike Gioulakis, que juega con los contrastes de la iluminación y con el amenazador color rojo de las ropas de los duplicados, y en la apabullante banda sonora de Michael Abels, que convierte los gritos del terror en agresivos sonidos de cuerda y contundentes golpes de percusión.



Hay muchos referentes en “Nosotros”: la inmersión de los dobles en la casa recuerda a la intrusión planteada por Michael Haneke en su memorable “Funny Games”, que dinamitaba la vida de los propietarios (con la diferencia de que en esta, los intrusos eran incluso invitados a entrar); por descontado, los ecos del “slasher” están presentes, aunque con intenciones más perversas, y si el terror nace de un reflejo en el espejo, no faltará la alusión a “Alicia en el país de las maravillas”: en una de las secuencias más escalofriantes del filme, el personaje interpretado por Lupita Nyongo’o (que ofrece un trabajo asombroso, fuera de norma), lo atravesará para encontrar un aterrador infierno muy lejano de la fantasía de Wonderland.

La magia de Jordan Peele como narrador se concreta en la conversión de esta historia de terror en un relato de fondo social. “Nosotros” traza el retrato de un inconsciente colectivo, culpable, por supuesto, que podría salir a la luz para nuestro pesar. Dibuja las miserias éticas de una sociedad que hermana el consumismo con una presunta solidaridad, como muestran las primeras imágenes del filme, con la cámara fija ante una pantalla de televisión. Una sociedad cuyo acomodo está construido sobre el sufrimiento ajeno y que no es más inocente por ser ignorante: el desconocimiento no impedirá la rebelión del “otro”. ¿Terror político, por tanto? Pues no anda muy lejos. Pronto se percibe, y el desenlace no deja lugar a dudas, que Peele retrata a una humanidad dispuesta a fagocitarse a sí misma, atrapada por los dolores del pasado y acomodada en el bienestar de un coche, una casa de vacaciones y un barco para navegar. A los dobles, claro, se les ha negado todo ello.

Peele muestra, al fin, una sociedad fracturada entre el ellos y el nosotros (y en tiempos de Trump es una idea con varias lecturas), pero con la advertencia de que los llamados seres humanos no son tan diferentes de sus duplicados. “Ellos son nosotros y nosotros somos ellos”, declaraba una superviviente del holocausto zombi del “remake” de “La noche de los muertos vivientes”. Hoy, las preguntas quizá deberían ser: ¿Cuántos de nosotros somos ellos y cuántos de ellos son nosotros? ¿Cuántos de nosotros somos los conejos enjaulados sobre los que Peele deja caer los títulos de crédito? La película no da respuestas; deberemos hacerlo los espectadores, si al salir de la sala somos capaces de mirar alrededor.

De modo que, a partir de ahora, cuidado con Jordan Peele: podríamos estar ante uno de los mejores directores de la próxima década.
Escrita por Miguel Ángel Palomo (FilmAffinity)
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