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Amazing Grace

Documental En enero de 1972, la gran Aretha Franklin actuó durante dos días dando un concierto de gospel en la Iglesia Bautista Misionera New Temple en Watts, Los Ángeles, grabando lo que se convertiría en su álbum más vendido, "Amazing Grace". Las sesiones fueron filmadas por un equipo de rodaje liderado por el director Sydney Pollack, pero el material de archivo terminó en una bóveda y ha sido durante 4 décadas uno de los tesoros ... [+]
¡Aretha vive!
El 13 de enero de 1972, un buen puñado de fieles se reunía en una pequeña iglesia baptista de Los Ángeles. ¿Los presentes iban a orar al Señor? A buen seguro, pero también a escuchar a Aretha Franklin (por allí andaba Mick Jagger, a quien no se le presupone mucha apetencia por las jaculatorias). Durante dos noches consecutivas, Franklin iba a cantar en el templo y su actuación serviría también para grabar un disco, que se convertiría en el más vendido en la historia de género góspel.

Quien también estaba presente era un director que provenía del mundo de la televisión y que ya había rodado cinco películas. La última de ellas había tenido un notable éxito: "Danzad, danzad, malditos". Un Sydney Pollack de 38 años, rodeado de un reducido equipo técnico, iba a filmar la actuación de 'Lady Soul'. Su trabajo con cinco cámaras de 16 mm dio lugar a más de 20 horas de material. Ahora bien, si todo ocurrió en 1972, ¿por qué hasta hoy no ha habido noticia de esta filmación? Tan sencillo como un desastre técnico: cuenta la leyenda (y parece ser cierta) que Pollack no utilizó la claqueta de inicio y fin de rodaje, por lo que fue imposible sincronizar el sonido y la imagen.



El material que ahora da forma a "Amazing Grace" llegó a las manos del compositor y productor Alan Elliott en 2008, cuando ya era posible que los adelantos técnicos resolviesen el problema. Elliott quiso rescatar el proyecto, pero entonces fue la propia Aretha Franklin quien se negó a ello. Tras su muerte en agosto de 2018, sus herederos dieron finalmente su aprobación para que "Amazing Grace" pudiera convertirse en real. Y aquí la tenemos. Aquí está el ciclón musical que 'Lady Soul' ofreció a unos cuantos privilegiados hace casi 50 años.

Las primeras imágenes ya resultan emblemáticas y permiten echar un vistazo a los momentos anteriores al evento: tras una ojeada a las calles de Los Ángeles, accedemos a la iglesia, a sus camerinos, al trabajo de Pollack y su equipo ordenándose en el recinto, lanzando el cableado, midiendo la luz, colocando las cámaras… y a la figura del reverendo James Cleveland, "el rey del góspel", autor de más de 400 canciones y poseedor de 16 discos de oro en Estados Unidos, que se convierte en el verdadero coprotagonista de la película, un showman de la vieja escuela que exhibe todo su poderío escénico (resulta impagable el momento que, lloroso, deja de tocar para escuchar a Aretha, emocionado realmente, sí, pero también consciente de que esa emoción puede utilizarse como parte del show). Junto con The Southern California Community Choir, Cleveland será quien interprete la primera canción de la película. Y cuando la cosa ya ha cogido cierta temperatura, aparece ‘Lady Soul’. Tímida, casi apocada, se sienta ante el piano y el micrófono… Y de pronto todo explota para llenarse de música. Nos esperan 90 minutos de levitación cinematográfica y musical.



"Wholy Holy", "You’ve got a friend", "Precious memories", "How I got over"… canciones memorables que incendian la pantalla mientras son capturadas por Sydney Pollack. No hay inconveniente en que se vean las cámaras, en que el equipo técnico aparezca en el encuadre, en que el propio director entre en la imagen, arrobado, casi como en trance, embelesado en algunos momentos, frenético en otros, a veces casi asfixiado dando órdenes a sus cámaras para corregir o alabar determinados planos. Son unas cámaras que apenas se mueven, concentradas en recoger el milagro que acontece ante sus lentes, conscientes de estar registrando un momento único, y son imágenes tan poderosas como apresuradas y urgentes las que muestra "Amazing Grace". Recogen instantes que captan las reacciones de los asistentes, que se apoderan de la belleza vocal de la artista, capturas de unos segundos o de unos minutos. Es el prodigio del cine, el prodigio de la música atrapada por el cine. Y sobre todo ello reina Aretha Franklin. La más grande.

Olvidemos meras filmaciones, por muy creativas que fueran, como "Stop Making sense". Olvidemos incluso "El último vals" de Scorsese, retrato de una despedida musical de intención lírica. "Amazing Grace" no puede compararse con ninguna otra. Quizá solo el "Woodstock" de Michael Wadleigh tuviera sus mismas intenciones, las de crear un documento que contenga tanta emoción como verdad inmediata. El tiempo capturado ¿Qué otra cosa es el cine?

En algunas ocasiones, las salas de cine acogen milagros. Como esta película que parece llegada de otro planeta. Y en realidad, es así: llega de un mundo que no ya existe, pero que indiscutiblemente existió. Un mundo que, aunque pronto cumplirá cinco décadas, es en realidad inmortal.
Escrita por Miguel Ángel Palomo (FilmAffinity)
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