Haz click aquí para copiar la URL

Escape Room

Terror. Thriller. Intriga Seis personas quedan atrapadas en un escape room cuyo creador ha diseñado una trampa mortal en cada habitación. No saben por qué les está haciendo esto, pero sí saben que un solo error les costará la vida. (FILMAFFINITY)
Jugar o morir
Salvo algunas excepciones, el cine de terror vive aún ahogado por el peso de la década de los ochenta, años que asfixiaron el género hasta dejarlo casi moribundo. Sus lamentables efectos se dejan sentir en el nuevo milenio en forma de demenciales sagas, risibles psycho killers, violencia explícita a mansalva y galopante falta de imaginación. A finales de los noventa, los buenos aficionados pudieron agarrarse al boom del cine de terror oriental liderado por Hideo Nakata; en el nuevo milenio, a autores como James Wan. En general, sin embargo, el panorama no se presenta muy estimulante.

No será “Escape Room” la película que marque ninguna frontera. Un divertimento que, eso sí, muestra a un director con cierta imaginación visual y que carga con el lastre de un guion tan predecible como embaucador. Sin ser tan terriblemente mala como se ha defendido en algunos foros, la función propone una visita al mundo de los juegos inmersivos, tan en boga en los últimos años, entretenimientos más que adictivos que proponen escapar de una sala, en un tiempo determinado, tras hacer frente a una serie de rompecabezas y acertijos tanto mecánicos como intelectuales.



En “Escape Room, los seis protagonistas se embarcarán, casi a su pesar, en uno de estos juegos para convertirse de inmediato en cadáveres en potencia a los ojos de cualquier aficionado al género. Y uno de los problemas que arrastra la película es que resultará imposible empatizar con ninguno de ellos, dado que están al límite de la tontuna: otra herencia del cine de terror ochentero, que se esforzó lo suyo en convertir a cualquier personaje en una criatura sin identidad, carne de cañón para el asesino de turno.

Por descontado, los acertijos que plantea en la vida real cualquiera de las salas de escape se convertirán aquí en pruebas a vida o muerte (con óbitos de acusado sadismo que, sin embargo, huyen de la explicitud gore quizá para desmarcarse de sagas como “Saw”). El guion comete aquí otro error capital: en lugar de dejar que el espectador acompañe a los encerrados y se mueva a su mismo ritmo para divertirse al imaginar con ellos las soluciones a los enigmas, la mayoría de las claves que habrán de utilizar estarán ocultas en sus recuerdos o vivencias personales. De esta manera, el juego será inmersivo para ellos, pero el espectador estará fuera de cualquier complicidad.



Es en el centro de su metraje donde “Escape Room” ofrece sus mejores momentos, como es el de la sala que simula un gigantesco espacio congelado y, en especial, una secuencia cumbre: la de la “habitación al revés”, un auténtico “tour de force” en el que brilla la meticulosa puesta en escena de Adam Robitel. El autor de la nefasta “Insidious: la última llave”, muestra en esta ocasión una sorprendente imaginación visual y consigue una colección de imágenes de infarto gracias a una incisiva planificación que juega con suma habilidad con los encuadres y la perspectiva para crear la máxima desazón; Robitel cambia el eje vertical de la imagen para derribar la comodidad del espectador y, aquí sí, sumergirlo en el juego junto con los protagonistas. El trabajo del director será el que aporte tensión a una historia que el guion se esfuerza en devaluar.

“Escape Room” tiene un ánimo demasiado circense como para que sea tomada en serio, abunda en demasiados lugares comunes y afronta no pocos baches de ritmo. Y se abraza a otro emblema ochentero, como es el de un desenlace, no por esperado menos frustrante, que solo sirve para proclamar el ánimo de una posible secuela. En realidad, la película ya había terminado antes al menos un par de veces, pero el afán de rentabilizar su posible éxito se impone, como en tantas otras, sobre cualquier razón dramática o narrativa.
Escrita por Miguel Ángel Palomo (FilmAffinity)
arrow