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Saint Seiya: Los Caballeros del Zodiaco (Serie de TV)

Serie de TV. Animación. Fantástico. Acción Seiya y los demás Caballeros del Zodiaco juran proteger a la reencarnación de la diosa griega Atenea en su lucha contra los malvados que pretenden destruir la humanidad. Nueva adaptación para televisión del manga de Masami Kurumada, esta vez realizada con animación 3D. (FILMAFFINITY)
Caballeros con armaduras de plástico
De todos los animes de los años 80, quizá fue Saint Seiya -junto con Dragon Ball Z- el que consiguió marcar a toda una generación. No sólo por su calidad, incuestionable, sino porque de alguna forma proponía un escenario único y un acabado visual muy particular. La idea de por sí no era especialmente original: varios jóvenes son elegidos para combatir para defender al bien del mal. Pero lo importante era la iconografía utilizada, la singularidad de los signos del zodiaco y la astronomía como base de su construcción artística, amén de un retrato de personajes que iba un paso más allá, mostrando la fragilidad de Seiya y compañía y no limitándose a poner en pantalla a guerreros sin alma.



Decir en 2019 que Saint Seiya es uno de los grandes iconos del manganime universal es redundante, pero no está de más cuando acaba de estrenarse la última adaptación de la obra de Masami Kurumada y puede llevar a malentendidos. Porque quien la vea no será consciente, ni entenderá, el impacto de la obra de los ochenta. Porque la producción de Netflix y Toei Animation no sólo es incapaz de capturar la intensidad y la épica emocional de la historia que lleva décadas haciendo vibrar a varias generaciones.

Ante la duda: no, no habla la nostalgia. Reconociendo su calidad (más que evidente) nunca fui mucho de Saint Seiya. Prefería Dragon Ball o los Samurai Pizza Cats. Pero una cosa no quita la otra. Vi lo suficiente a Seiya de Pegaso y el resto de los caballeros de Atenea para que esta revisión me chirríe ya desde el principio, cuando el joven protagonista y su hermana son salvados por un caballero, para posteriormente dar un salto en el tiempo y ver al joven ya crecido, montado en un patinete en mitad de la calle, acercándose a unos matones acosan a un chaval y siendo grabado en vídeo mientras le dan guantazos. Obviamente Seiya, y su poder latente, hacen acto de presencia y esa grabación acaba en internet, lo que deriva en una organización super secreta eligiendo al joven a golpe de casting de Reality Show para convertirse en Caballero.



Todo el arranque es un fallido intento por intentar actualizar, o adaptar a los tiempos que corren, algo que no lo necesitaba. Lo mismo podría decirse de otros elementos de la serie, como la conversión de Shun de Andrómeda en un personaje femenino, pero en realidad esto no dejan de ser minucias. Más allá de cómo se haya transferido el manga de Kurumada a una producción de 2019, los problemas son más serios que de fidelidad. Primeramente, que esta temporada inicial se ha estrenado partida, con seis episodios en los que no vemos mucho más que la presentación de los personajes, su motivación y cómo son acogidos por Atenea en su regazo para convertirse en Caballeros.

La estructura sigue en cada episodio a un héroe diferente y culmina con un pequeño arco de villano en el que vemos a otro de los personajes favoritos de los fans de Saint Seiya. Pero todo sabe a muy, muy poco. El arco dramático de los que otrora fueran personajes con cierta profundidad se limita a cliclés, el paso de Seiya de joven taciturno y con una idea clara en mente, para terminar siendo quien era en la obra original, es torpe, acelerada y carece de sentido. El problema de la serie es que corre mucho para llegar a donde quiere pero por el camino se olvida de que hay cosas que no pueden acelerar a este ritmo, porque pierden su razón de ser.



Y luego está su animación, no mala en un sentido estricto de la palabra pero que sí denota cierta dejadez, con repeticiones constantes de secuencias y unos cuerpos tan estériles y carentes de vida que parecieran sacados de una película de Barbie o las Monster High. No es que Saint Seiya 2019 se vea mal, es que adaptar este material de forma tan estéril juega en contra del mismo. ¿Os imagináis una película sobre la II Guerra Mundial hecha con playmobil? Pues así se siente esta revisión.

Yoshiharu Ashino, director de la producción, fue el que hace unos años revivió Thundercats con una serie que demostraba mucha más inteligencia y riesgo que la presente. Y es una lástima porque Saint Seiya no es completamente terrible, pero la infantilización de sus temas, sumado a un aspecto visual impersonal y la falta de dirección en el guión, hacen que sea difícil recomendarla aún cuando su mayor pecado es que es, simplemente, anodina. Algo que con este material de partida parecía difícil de conseguir.

Escrita por Pablo González Taboada (FilmAffinity)
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