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Criminales en el mar

Comedia. Acción. Drama Nick Spitz (Adam Sandler), un oficial de policía de Nueva York, finalmente lleva a su esposa Audrey (Jennifer Aniston) a un viaje por Europa largamente prometido. En el vuelo, se relacionan casualmente con un hombre misterioso (Luke Evans) que los invita a una reunión íntima en el yate de un anciano multimillonario. Cuando el hombre rico es asesinado, se convierten en los principales sospechosos. (FILMAFFINITY)
Chistes aciagos y Agatha Christie
Aunque sea denostado por parte de la crítica y los aficionados, Adam Sandler es un buen actor. Lo demostró, por ejemplo, en "Punch Drunk Love", pero también ha enseñado su buen hacer en algunas comedias lamentables de las últimas décadas, en las que su talento brillaba aunque fuera al servicio de la nada. Si es tan poco apreciado, quizá sea por su participación en tantas malas películas o quizá porque se le reduce a la categoría de simple comediante, como si comedia y simpleza tuvieran que ir siempre de la mano (un caso, para entendernos, similar al de José Luis López Vázquez en España, que solo fue tomado en serio tras realizar interpretaciones dramáticas cuando era un actor excelente incluso en las peores comedias celtibéricas).

Venga esto a cuento para reivindicar a Sandler y para afirmar que su trabajo en "Criminales en el mar" choca frontalmente con el de Jennifer Aniston, lo que lastra la película desde el principio (aunque esta contenga otros muchos problemas). Mientras Sandler basa su estilo en la desenvoltura actoral y acierta a atrapar su personaje desde los primeros minutos, Aniston es una actriz acartonada, mecánica, dueña de un amplio repertorio de muecas y contorsiones faciales, que no de recursos interpretativos. Sandler domina los recursos de la comedia; Aniston, ni de lejos.



La cosa es que Sandler es un policía que ha suspendido el examen para acceder al puesto de detective, pero se lo oculta a su mujer, ante quien afirma que ha conseguido el ascenso. Su pizpireta esposa es una peluquera en cuyo local se escuchan chistes del siguiente calibre: -"Si mi marido quiere sexo me envía una berenjena y un donut" –"Ah, él es la berenjena" – "Más bien es un pepinillo…" Pavoroso. Y aquí es donde hay que detenerse en el segundo lastre de "Criminales en el mar": en su amplia colección de gags conviven chistes de baja estofa con bromas escatológicas, chanzas de medio pelo y ocurrencias anodinas. Todo un peso muerto para una comedia.

Sandler y la vivaracha Aniston viajan a Europa para festejar sus quince años de casados. En el avión, esta conoce a un lord inglés (Luke Evans, este sí, un actor de primer nivel) que, como suelen hacer todos los millonarios, invita a su yate familiar a la pareja. Y aquí comienzan las peripecias: mientras se acomodan a la vida cotidiana de los ricos ("Estamos en la portada de una revista del corazón", afirma Aniston), mostrando su provincianismo en gags de dudoso gusto, basados todos ellos en situaciones incómodas, un asesinato tiene lugar a bordo (que da pie al único momento verdaderamente divertido de la ajada función, cuando los azorados presentes, sin saber qué hacer, prácticamente vejan el cadáver al sacar y volver a insertar en el cuerpo el arma del crimen, una daga oriental).

Aparece aquí el tercer escollo de la película, porque desde ese momento arranca una intriga al modo de las de Agatha Christie liderada por el falso inspector Sandler. Intriga del todo insignificante que intentará serpentear entre los sospechosos sin encontrar nunca la medida entre liviandad y gravedad. Nada nuevo, nada excitante, nada sorprendente.



Por tanto, "Criminales en el mar" se resume en un contratiempo: ni tiene tono ni tiene ritmo. No funciona como comedia porque muchos de sus chistes son execrables, pero también porque nunca encuentra la cadencia para que las peripecias chistosas alienten al espectador, que asiste a clichés como el de la pareja oculta bajo la cama del hotel escuchando lo que no debería, la huida de la habitación por una cornisa exterior e incluso una persecución automovilística al ritmo de una canción de AC/DC (en la desconcertante banda sonora conviven temas pop, Antonio Carlos Jobin, C. Tangana y Mala Rodríguez…). Y no funciona como intriga detectivesca por que no es Agatha Christie quien quiere, sino quien puede, y porque en sus resoluciones narrativas acecha lo predecible.

Cuesta creer que el guion de "Criminales en el mar" esté escrito por el autor de los de "Basic", "Zodiac" o "La verdad", tanto como que esta comedia se haya convertido en el estreno más exitoso de Netflix.
Escrita por Miguel Ángel Palomo (FilmAffinity)
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