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H0us3

Ciencia ficción Un grupo de antiguos compañeros de la universidad y sus parejas se reúnen para cenar y verse después de años. Durante la cena uno de ellos les confiesa haber descifrado uno de los archivos más secretos de Internet y les enseña una aplicación de realidad aumentada que ha encontrado dentro. Al intentar modificarla entre todos, desencadenan una serie de conflictos y acontecimientos con consecuencias inesperadas que irán empeorando cada vez más. [+]
Internet maligna
Una casa rural en un paraje solitario y una reunión de viejos compañeros informáticos de la Universidad, con algunas de sus parejas. Esta es la situación única que plantea "H0us3", cuya trama, además, se desarrolla en una sola noche. Unidad de acción, espacio y tiempo es la base del relato que plantea el debutante Manolo Munguia, en una trama que comenzará con un leve tono de comedia para derivar pronto a los terrenos de la ciencia ficción e incluso del terror. El reto no era pequeño. Pero algo empieza a torcerse desde la primera secuencia, porque "H0us3" carga con un pesadísimo lastre: sus actores y actrices resultan deficientes unos y pésimos otros, lo que resulta casi suicida en una película que basa buena parte de su posible eficiencia en una presencia constante de diálogos.

Durante la cena, uno de los amigos desvela al resto que ha conseguido desencriptar uno de los archivos más secretos de Internet, los 'Insurances Files' (después de una loa de tomo y lomo a Julian Assange) y muestra uno de sus contenidos, una aplicación de realidad aumentada que sumergirá al grupo en una terrorífica experiencia. Y es en esta secuencia de la cena, después de unos minutos de relativo sopor narrativo y de estupefacción ante el trabajo actoral (¡ay, los intérpretes!) donde el espectador descubre que Munguia sabe rodar, a pesar de las evidentes limitaciones presupuestarias. De hecho, asume un riesgo notable al plantear una escena que ocupa más de media hora de metraje con los nueve personajes sentados alrededor de una mesa y hablando sin cesar (que incluye momentos tan divertidos como el que muestra a dos de ellos retando al resto: con solo tres preguntas, podrán averiguar la contraseña de sus ordenadores).



Munguia considera estos minutos como el núcleo de la película, del que se derivará el posterior acercamiento a la ciencia ficción y al terror, en el que se plantea su idea central: un mundo nuevo, tecnológico, nos rodea y más vale que seamos conscientes de ello, porque regirá nuestras vidas y acarreará numerosos peligros. Tan extensa situación se resuelve con un alarde de precisión tanto en los tiros de cámara como en los encuadres, además de con una muestra de impecable trabajo en la sala de montaje: nueve personajes en torno a una mesa, cuando tantos directores no se aclaran demasiado a la hora de filmar una conversación a tres bandas...

De manera que no resulta gratuito afirmar que la tarea de puesta en escena es la que logra que la película mantenga en alto el ritmo y el suspense. Los movimientos de la cámara en un enclave reducido, los encuadres elegidos y la ausencia o presencia de la profundidad de campo logran dar un cierto empaque a la acción y una densidad visual al relato. Conviene evadirse del devenir narrativo para apreciar a un cineasta que utiliza su mirada para acentuar buena parte de la tensión que acomete algunas secuencias.



Mientras tanto, lástima, la suerte de los personajes nos resultará indiferente: sobre el papel, su retrato resulta premioso e insustancial, y los intérpretes (¡ay, los intérpretes!) solo hacen de ellos unas marionetas recitadoras de diálogos. De modo que el acabado formal de "H0us3" es el único elemento de interés de una película cuyo minimalismo narrativo la emparenta con obras como "Coherence" y "La invitación" (aunque se quede a una distancia sideral de sus logros). De hecho, la película pierde fuelle y gana pesadez en los momentos en que abandona su condición de divertimento de género para abordar (o más bien, sugerir) cuestiones de hondura como el peso que acarrea la generación 'milenial' en su condición de constructora de un mundo nuevo, sostenido por la tecnología, al que las generaciones anteriores no pueden acceder, resumido en sentencias de pacotilla como "Este es el peso de hacerse adultos" y "La información es poder".

Entre todo ello, resulta divertido (y más que conseguido por parte de un Munguia a quien cabría ver ante retos de mayor enjundia) el que, en algunos momentos, el alarmismo haga presa del espectador, sometido a una tensión tal que cree hallarse en medio de un Armagedón tecnológico en el que pensará que jamás volverá a abrir siquiera un correo electrónico, aunque le conste que proviene de su señora madre.
Escrita por Miguel Ángel Palomo (FilmAffinity)
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