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Shaft

Thriller. Acción Puede que JJ, también conocido como John Shaft Jr. (Usher), sea un experto en ciberseguridad con una licenciatura en el MIT (Massachusetts Institute of Technology), pero para descubrir la verdad que se esconde tras la inesperada muerte de su mejor amigo necesita un tipo de ayuda que sólo su padre le puede proporcionar. Aunque ha estado ausente durante casi toda la infancia de JJ, John Shaft (Jackson) acepta ayudar a su hijo a investigar ... [+]
Por partida triple
¿Quién sería capaz de predecir que el género 'Blaxploitation' no estaba aún enterrado por completo? Hace casi 50 años de la llegada de su embrión, "Algodón en Harlem", estrenada en 1970, que adaptaba un texto de un emblema de la novela negra, el escritor afroamericano Chester Himes. En 1971, "Las noches rojas de Harlem" daba carta de naturaleza al género y ponía en escena al inefable Shaft, nacido de la pluma del novelista Ernest Tidyman (guionista, ahí es nada, de películas como "The French Connection" e "Infierno de cobardes"). La música funk (con Isaac Hayes como adalid), los pelos afro, las gafas gigantescas, los pantalones acampanados y, en especial, el protagonismo de la población negra habían llegado a la pantalla.

17 años después de que el personaje original se despidiera en 1973 con "Shaft en África", llegó una inesperada secuela, "Shaft: The Return", con Samuel L. Jackson al frente: bajo la dirección de John Singleton encarnaba a John Shaft II, sobrino del detective setentero, dueño también de métodos poco ortodoxos y encargado de solucionar un asesinato nacido del odio racial. Y cuando ya parecía todo periclitado, he aquí que Shaft resucita de nuevo por partida triple, con el incentivo en esta nueva entrega de ver reunidos al primero, Richard Roundtree, el segundo, Jackson, y el nuevo, Jessie T. Usher.



"Shaft" comienza con un divertido prólogo, ambientado en 1989, que es un ejercicio de mímesis para los nostálgicos y una eficaz secuencia de acción para los espectadores nuevos. Por descontado, está presente el legendario tema original de Isaac Hayes y también aparecen recursos visuales añejos como el de la pantalla partida. Una buena manera de, en apenas cuatro minutos, excitar a los fans y presentar al héroe a los recién llegados. Pronto nos daremos cuenta de que, en realidad, esta película está muy lejos del 'Blaxploitation', que hoy no tendría demasiado sentido, y que la cosa se enfoca más bien como una comedia de acción en torno a la reunión de tres generaciones. Un thriller callejero que aprovecha cierto aroma nostálgico, pero que no pasa de ser una 'buddy movie' más o menos divertida lastrada por un metraje excesivo que se va hasta casi las dos horas.

El nuevo Shaft no es otro que el hijo de Samuel L. Jackson, con quien se reencuentra 30 años después para descubrir que no tienen nada en común salvo el apellido. JJ es un 'millennial' con estudios universitarios, empleado en la oficina del FBI de Nueva York (las imágenes que resumen su infancia y adolescencia ya no están acompañadas por música funk, sino por hip hop) y su llegada a Harlem (barrio retratado con los estereotipos esperables) estará acompañada por un buen gag, cuando un chaval le pregunte, ante su corbata y su camisa de cuadros: "¿Donde trabajas, en Apple o en un sitio de esos que hace cafés caros?".

Cuando, después del primer tercio de la película, el espectador ya se ha situado, "Shaft" entra en el terreno de lo predecible. Una obra amena, en ocasiones ocurrente, pero en la que se ven venir todas sus apuestas, sostenidas por el choque generacional y vital entre el Shaft maduro, bronco y añejo, casi una reliquia de las calles (envía condones como regalo de Navidad a su retoño adolescente), demasiado violento para su hijo, y el Shaft jovenzuelo, bien educado, demasiado "blanco" para su padre. El mensaje, claro está, será el de que cada uno de ellos necesita un poco del otro. Una viaje, como se puede ver, demasiado liviano para tanta expectación previa.



Y entre algunas secuencias de acción filmadas con corrección, pero sin ingenio, en las que se echan de menos intenciones más gamberras, se puede disfrutar de la química que nace entre un Jackson que juega hábilmente con la sobreactuación y un joven Usher que atrapa con energía a su personaje. También, por descontado, de lo que para los fans supondrá un momento emotivo, el reencuentro con Richard Roundtree, acorde a la mítica del personaje (por más que Jackson tenga 70 años y Roundtree, 77, sobrino y tío respectivamente): "En mi época no se necesitaban armas, usábamos los puños", asegura Roundtree mientras Jackson abre un armario que contiene el arsenal armamentístico que el primero oculta en su casa.

"Shaft" no se complica la vida, y en ello descansa una pequeña fracción de sus virtudes, pero también un gran parte de sus rémoras. En algunos momentos funciona como ejercicio melancólico y en casi todos los demás solo se desempeña como otro thriller de modos mecánicos sostenido por un guion que ensambla sus piezas solo porque son pocas y están previamente bien prefabricadas. Es, según se mire, una entretenida reunión o una oportunidad perdida.
Escrita por Miguel Ángel Palomo (FilmAffinity)
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