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Maese Huvi rating:
8
1922
7.6
3,676
Documentary. Horror
A historical view of witchcraft in seven parts and a variety of styles. First, there is a slide-show alternating inter-titles with drawings and paintings to illustrate the behavior of pagan cultures in the Middle Ages regarding their vision of demons and witches. Then there is a dramatization of the situation of the witches in the Middle Ages, witchcraft and witch-hunts. Finally the film compares the behavior of hysteria of contemporary ... [+]
Language of the review:
- es
October 28, 2008
50 of 55 users found this review helpful
Mezcla de ficción y documental, Häxan es una de esas joyitas del cine mudo danés (pionero en tantas cosas), con muchas similitudes en forma, contenido, estructura y mensaje con Las páginas del Libro de Satán de Dreyer, rodada más o menos al mismo tiempo, e influyendo también en otra obra del propio Dreyer, Dies irae. Dividida en siete capítulos, Christiensen lleva a cabo una historia de la brujería analizándolo desde diferentes aspectos (orígenes de las supersticiones, análisis de los tópicos sobre brujería, características de la represión, etc.).
Es un retrato magnífico del miedo a lo desconocido durante la Edad Media y Moderna y la brutalidad y la sinrazón con que se combatía aquello que no se comprendía, algo que Christensen traslada muy sutilmente al presente para hacernos ver que todas las barbaridades de la Inquisición no son algo tan remoto y lejano como pudiese pensarse sino que se repite a lo largo de la historia. “La creencia de la gente era tan fuerte que la presencia del diablo se convirtió en algo real” se dice en un momento de la película. Siempre hay un mal absoluto al que se achacan todos los males y que sirve como justificación para las mayores atrocidades y para justificar la propia existencia de los mecanismos de represión. Llámese a ese mal brujería, judaísmo, comunismo, o terrorismo, lo cierto es que ese miedo abstracto es una creación artificial del poder que a fuerza de ser presentado como el mayor enemigo de la humanidad acaba por convertirse en una realidad que sirve como válvula de escape y justifica las peores atrocidades: la Inquisición, los campos de exterminio o Guantánamo, todo ello con el aplauso entusiasta de una inmensa mayoría de la población que termina creyendo todas las mentiras y aplaudiéndolas, hasta que un día se ve denunciada por bruja o descubre que tiene sangre judía o ve como le aplican la ley antiterrorista… entonces ya es demasiado tarde para parar lo que ha contribuido a crear.
Como curiosidad decir que la película estuvo perdida hasta los años sesenta en que fue recuperada, estrenándose una nueva versión con narración de William Burroughs y una nueva banda sonora.
Es un retrato magnífico del miedo a lo desconocido durante la Edad Media y Moderna y la brutalidad y la sinrazón con que se combatía aquello que no se comprendía, algo que Christensen traslada muy sutilmente al presente para hacernos ver que todas las barbaridades de la Inquisición no son algo tan remoto y lejano como pudiese pensarse sino que se repite a lo largo de la historia. “La creencia de la gente era tan fuerte que la presencia del diablo se convirtió en algo real” se dice en un momento de la película. Siempre hay un mal absoluto al que se achacan todos los males y que sirve como justificación para las mayores atrocidades y para justificar la propia existencia de los mecanismos de represión. Llámese a ese mal brujería, judaísmo, comunismo, o terrorismo, lo cierto es que ese miedo abstracto es una creación artificial del poder que a fuerza de ser presentado como el mayor enemigo de la humanidad acaba por convertirse en una realidad que sirve como válvula de escape y justifica las peores atrocidades: la Inquisición, los campos de exterminio o Guantánamo, todo ello con el aplauso entusiasta de una inmensa mayoría de la población que termina creyendo todas las mentiras y aplaudiéndolas, hasta que un día se ve denunciada por bruja o descubre que tiene sangre judía o ve como le aplican la ley antiterrorista… entonces ya es demasiado tarde para parar lo que ha contribuido a crear.
Como curiosidad decir que la película estuvo perdida hasta los años sesenta en que fue recuperada, estrenándose una nueva versión con narración de William Burroughs y una nueva banda sonora.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
En el último de los capítulos se ofrece una explicación psicológica (muy freudiana y muy matizable) de la brujería, asociándola a problemas mentales como el sonambulismo o la histeria que, al no ser comprendidos como enfermedades mentales, se vinculaban a la obra de fuerzas exteriores malignas. Es quizás la parte más mediocre de la película, aunque también tiene interés al mostrar la visión más común entre la clase culta de comienzos de siglo XX respecto a la brujería.
Visualmente, Häxan es una auténtica maravilla, con una fotografía espectacular, onírica y terrorífica, y una escenografía y ambientación muy curradas, cuidando hasta el más mínimo detalle para crear una sensación de realismo y al mismo tiempo de alucinación y pesadilla. A pesar de no ser una película de terror (al menos lo que hoy podemos concebir como tal) tiene una serie de elementos que la sitúan en los orígenes del género, al que contribuyó en gran medida a dar forma, especialmente en su vertiente satánica (los diablos, aquelarres y brujas de Christensen son paradigmáticos). A destacar algunas escenas memorables, como la que recrea un Sabbath en el que todas las brujas besan el trasero de nuestro señor Lucifer o las numerosas alusiones sexuales que recorren la película y que a veces sorprenden por su contenido explícito.
Visualmente, Häxan es una auténtica maravilla, con una fotografía espectacular, onírica y terrorífica, y una escenografía y ambientación muy curradas, cuidando hasta el más mínimo detalle para crear una sensación de realismo y al mismo tiempo de alucinación y pesadilla. A pesar de no ser una película de terror (al menos lo que hoy podemos concebir como tal) tiene una serie de elementos que la sitúan en los orígenes del género, al que contribuyó en gran medida a dar forma, especialmente en su vertiente satánica (los diablos, aquelarres y brujas de Christensen son paradigmáticos). A destacar algunas escenas memorables, como la que recrea un Sabbath en el que todas las brujas besan el trasero de nuestro señor Lucifer o las numerosas alusiones sexuales que recorren la película y que a veces sorprenden por su contenido explícito.