Ayer me senté ante el televisor con curiosidad y una cierta e ingenua esperanza a ver la versión USA de "Los misterios de Laura", una de mis series favoritas y a la que considero entre las mejores que se han producido en España en los últimos años.

En la versión original (la española), arriesgaron mucho; mezclar una intriga a lo Agatha Christie con los problemas cotidianos de una madre de familia recién divorciada era algo muy aventurado. Podía haber salido un bodrio, pero, lejos de eso, resultó una serie encantadora que consigue enganchar al espectador. Una de esas series que hacen que uno esté esperando a que llegue la noche del lunes o del martes (lo cambiaron de día la tercera temporada) para ver un nuevo episodio y disfrutar con él.

La versión norteamericana sin embargo, parece más una parodia chusca y poco sutil de la original que una adaptación de ésta. Una pena, porque en otros casos las versiones USA de productos europeos han mantenido un buen nivel de calidad.

En fin, esta "Laura made in USA" sirve para pasar el rato y poco más, así que, a mitad del episodio lo dejé, busqué en Imagenio un capítulo atrasado de la Laura española y lo ví entero, ¡qué diferencia!.