Gran idea: Will, el de Will y Grace se hace hetero y acaba de enviudar de tipeja rara y chunga empeñada en volver a la cabaña de su infancia a pasar las navidades. La dichosa tipeja tiene la muerte más tonta que hemos visto en años. Bueno, pues en pleno proceso de depresión aguda Will el hetero se lleva a los niños huérfanos, niño siniestro y flacuno y niña extraña y repelentilla a la remota cabaña en mitad de la nada. El casero, que empieza a toser en el minuto uno, tampoco es que dé muy buen rollo, pero les ha dejado la cabaña cuqui cuqui, llena de animalitos disecados, martillos, clavos y cerrojos. Como Will el hetero es un padre muy responsable, sólo se bebe unos whiskitos con las pastillas y entonces empieza el dislate. Los niños ahora están. Ahora no. Otra vez sí. Vaya, falsa alarma... Así durante más o menos una hora, en la que la cara de moribundos de ambos retoños es tela marinera. Bueno, pues al final del disparate, que fijo que era un final alternativo, porque de todos los que caben es el peor con diferencia, uno ya no sabe si Will era hetero, si es niño niño o es niño niña. Un dislate, vamos.
Lo mejor: Arranca decentemente.
Lo peor: Acaba como el culo.
Pseeee...