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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
8
Drama Alexandre vive en Lyon con su esposa e hijos. Por casualidad, se entera de que el sacerdote que abusó de él cuando era un boy scout sigue trabajando con niños. Se lanza a un combate al que se unen François y Emmanuel, otras víctimas del sacerdote, con el fin de liberarse de sus sufrimientos a través de la palabra. Pero las repercusiones y consecuencias de sus testimonios no dejarán a nadie indemne. Basada en el caso real de Bernard ... [+]
27 de abril de 2019
40 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me llama la atención la actitud de ciertos críticos españoles, que cada día me resultan más evidente de que parecen guiarse por caprichos y carecer de cualquier argumento ético, menospreciando algunas películas y otras, siendo más irrelevantes desde cualquier punto de vista, defendiéndolas sospechosamente por razones que nada tienen que ver con lo estrictamente cinematográfico. Ya no se trata ya de que algunos de ellos carezcan de formación, o de que se tengan que tomar unas vacaciones o jubilaciones anticipadas. Es que simplemente responden a una serie de intereses creados, y no sé como hay gente que, a estas alturas, se fíen de lo que cuenten.


El caso es que esta última película de François Ozon ha dividido al sector de los críticos, encontrando mayor unanimidad entre los espectadores aunque no se trate de un gran éxito en nuestro país. Muchos han insistido en que se trata del “Spotlight” francés. Pero mientras el film de Thomas McCarthy, aunque necesario, era meramente correcto y mordía sin hacer daño, sin dejar señal, además de transpirar aires de telefilm, “Gracias a Dios” de Ozon va mas allá, es mucho más serio. Se le podrá achacar cierto tono casi documental, pero se trata de una disección admirablemente trazada. Quizás haya momentos en que “peque” (vaya por Dios) de ser algo fría, pero para mí es modélica en algunos aspectos. Por ejemplo su guión: es un cúmulo de información, de personajes, de puntos de vista de todos ellos y de circunstancias, tanto pasadas como actuales, perfectamente gestionadas, con brillantes diálogos y muy bien escrita. Las más de dos horas es un continuo no parar, pero sin ser ningún thriller, su tensión es soterrada. Incluso hay cosas que el espectador puede pensar que van a ocurrir y sabiamente Ozon las esquiva y no ocurren, por lo que tampoco es un film predecible. Es realista, y puede que, ya acostumbrados a oír noticias sobre abusos sexuales, sepamos que no depara nada nuevo, que eso es diferente, pero insisto en que sin duda es un guión que esquiva cualquier situación escabrosa y que se centra en lo que implica una denuncia a un sacerdote y sus consecuencias, familiares y sociales.


Otro factor vital es la dirección de Ozon. Estupendo hasta en los nimios detalles de sus actores, sabe articular esta historia coral, ponerles caras y darle credibilidad gracias a un elenco de actores y actrices con los objetivos muy claros, que ese ha sido otro logro, desde los más veteranos a los más jóvenes. Ha sido una alegría ver de nuevo a Josiane Balasko, en esta ocasión en un papel dramático, frente a actores eficientes como Éric Caravaca, Fréderic Pierrot o sobre todo Denis Ménochet, Swann Arlaud o Melvil Poupaud. La verdad es que olvidarse de alguno de ellos sería injusto.


El proceso creativo de “Gracias a Dios” también ha sido afortunado y Ozon también ha estado acertado. Basándose en hechos reales, con todo ese material que disponía, pensó en hacer una obra de teatro, que luego daría paso a la opción de rodar un documental. Creo que la más acertada es la elegida, una película, rodada con el máximo respeto, incluso como se llega a decir en la propia película “esto no es contra la Iglesia, es por la Iglesia”. Esto los más cicateros e hipócritas no lo compartirán, más por obstinación que por no llevar la razón, pero sinceramente creo que la película contaría con la aprobación del mismo Papa Francisco, al que se alude en algunos momentos.


El ser Ozon uno de los directores más relevantes del momento en Francia es una de las múltiples razones de que haya “críticos” que lo comparen con Almodóvar, comparación que dicha sea de paso no agrada a ninguno de ellos. Y no creo que sea por vanidad o porque lleven años haciéndolo y estén aburridos. Es que, al menos por mi parte, creo que a estas alturas sobraría porque cada cual tiene su identidad y una carrera bastante definida como para entrar en comparaciones absurdas, aunque algunos insistan en hacerlo.


El aspecto técnico de la película es también bastante acertado, sin demasiados alardes en la fotografía o con escasa banda sonora, aunque su tono es el más propicio.


Todo este alud informativo/ cine denuncia me ha gustado por el reto que ha supuesto. Hace que Ozon continúe en una línea notable de creatividad e incluso de versatilidad innegable, donde la maldad, que él tan bien sabe exponer, ha quedado casi en un segundo plano por la objetividad, sin que eso implique que los crímenes se han maquillado, con el fin de que la verdad salga a relucir. Desde luego, aunque no le hubiera salido tan bien, hubiera sido elogiable que, en estos tiempos que la producción cinematográfica vomita imbecilidades constantemente, haya alguien por hacer un cine adulto y serio. Y lo de serio que no se tome de forma peyorativa, ya que hay incluso un hueco para el humor en toda esta podredumbre que se nos expone.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maggie Smee
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