Sí, compra una pizza y mientras la devoras vas mirando de reojo esta película del género turístico-coral-dramático-romántico. No te vas a perder mucho ni cuando cortas tu porción, ni cuando te la sirves, ni cuando le sacas -si fuera el caso- lo que no te gusta (que un morrón, que una aceituna, tu sabrás). En fin, verás pasar a Juliette Binoche paveando, a un probable moribundo, a unos verduleros, pescaderos y demás comerciantes sin mucho para decir. Verás vistas de París ya muy vistas, modelos parisinas que se visten, y alguna que otra francesita que se desviste. Tres o cuatro morochos africanos y alguna belleza árabe, que siempre suman y dan una cosa muy cool, muy multicultural. Ah.. y en un rasgo de originalidad realmente ingenioso, alguien se muere y alguien nace. Guau!
Vas a terminar la pizza bastante antes que la película (130 minutos). Así que puedes levantar la mesa, lavar los platos, barrer las migas y sentarte a bostezar hasta que termine. Y si estas en el cine te jodes: yo dije que bien vale una pizza, no una entrada.