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España España · Gijón
Voto de Genjuro:
6
Drama La película muestra a las espectadoras (todas mujeres) de una sala de cine que están viendo una película basada en un cuento persa, cuya protagonista, la heroína Shirin, ha huido de un harén y viaja en busca del amor. (FILMAFFINITY)
15 de marzo de 2010
24 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas películas han suscitado más polémica en los últimos años que "Shirin". Lo cierto es que el radical planteamiento que propone Abbas Kiarostami no resulta de fácil digestión. Una sucesión de primeros planos de espectadoras que visionan una película en un cine, es todo el contenido visual que nos ofrece la pantalla durante la hora y media que abarca su metraje.

Después de una carrera en la que había adelgazado paulatinamente el andamiaje dramático de sus obras, hasta llegar al vaciado casi total en "Five" -cinco planos de observación pura y dura-, daba la impresión de que Kiarostami no podía ir más lejos en su apuesta. Incluso pudiera haber llegado a un callejón sin salida. "Shirin" supone una vuelta a la historia, al argumento dramático, pero de manera indirecta. No es un repliegue; el director iraní ha tomado un angosto desvío que le trae de regreso al terreno de la ficción; más bien a su cuarto trastero.

Esa ficción es el "Shirin" ante el que reaccionan las espectadoras que vemos en la pantalla. Sus armas narrativas, la banda de sonido que percibimos íntegra, y los rostros de esas mujeres que hacen las veces de espejo, un espejo que no refleja una imagen, sino las emociones que ésta produce. De esta manera, lo que debería ser la visualización de esa historia queda simplemente sugerido de manera indirecta.

Es decir, no estamos ante una película sobre gente que está viendo a su vez otra película. Se trata de una ficción que nos llega indirectamente.

Por otro lado, Kiarostami realiza una declaración de principios al respecto de la ficción en el siglo XXI, que resulta especialmente coherente en un director como él. Hoy en día, con el devenir de la Historia, las artes y la experiencia audiovisual, resulta muy complicado plasmar en celuloide ciertos argumentos, a riesgo de caer en la impostura. Nuestra mirada está demasiado contaminada, y carecemos de la necesaria inocencia para ello. "Shirin" es una antigua narración persa que habla de sentimientos a tal nivel de absolutismo, y mediante unos códigos expresivos tales, que resulta muy difícil de reproducir actualmente desde una posición de honestidad estética. Kiarostami lo ha conseguido evitando mirar frontalmente.

De hecho, si algo chirría en “Shirin” es la presencia de Juliette Binoche en un conjunto de rostros más o menos anónimos para nosotros. En el fondo no nos creemos sus lágrimas; ¿qué inocencia puede haber perdurado en la mirada de quien ha protagonizado –por poner un ejemplo- “Código desconocido”?

Pese al indudable interés de esta propuesta, hay que señalar también los inconvenientes que su planteamiento estético acarrea, y que fundamentalmente se pueden resumir en la limitación expresiva que sufre la película, lo cual dificulta que la experiencia de su visionado llegue a ser enteramente satisfactoria.
Genjuro
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