Coronado lo debió hacer por pasta, porque por guión y puesta en escena, no creo.

Centrar una historia en Sevilla, sin nadie con acento sevillano… canta un poquito. Algún “miarma” no habría estado mal.

Lo mejor de la película es que trata dos temas de rabiosa actualidad: las palizas grabadas con el móvil y las violaciones en manada. En Sevilla, como los de Pamplona… Conexión.

Pero luego todo se viene al carajo. La mitad de la peli es Coronado, tomándose la justicia por su mano, metido en el coche haciendo cosas sin sentido, que nadie haría.

¿Pagas a un sicario y le compras una pistola, para no usarla?