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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Hernán Battistón:
10
Drama. Musical Joe Gideon (Roy Scheider) es un implacable coreógrafo en este musical poco convencional que retrata la dureza, el esplendor y la decadencia de las gentes del mundo del espectáculo, a quienes el triunfo les niega a veces la posibilidad de otros afectos. Un drama que retrata la otra cara del show, lo que ocurre entre bastidores. (FILMAFFINITY)
3 de septiembre de 2007
52 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquier concepto critico es en si mismo una acercamiento subjetivo a un objeto observado. Comunicarme con un posible lector dejando mi opinión sobre el que creo (subjetivamente) como uno de los más logrados musicales del cine moderno es difícil y merece la mayor de las honestidades.
“All that jazz”, aquel collage del corazón de Bob Fosse, ese fragmento de una historia alborotada de historias acaso no merezca ser analizada.
En un reportaje perdido en el tiempo, Fosse reconoció que la escena de la crítica a su último film en realidad le sucedió y que sus palabras fueron las mismas que las de Roy Scheider.
Uno entiende aquello de “El show debe seguir” instintivamente. Si así no sucede jamás sucederá. El éxito rotundo de la cinta no fue ni será proporcional al entendimiento de la misma. Por que en definitiva y queda bien claro secuencia tras secuencia, al director es seguro que bien poco le importó.
¿Se le puede explicar a un desconocido la fuerza emocional, la belleza abstracta o la imponencia poética de “Bye, bye love”?
No. En la cinematografía, a veces el concepto del arte esta sujeto a la necesidad brutal de acuchillarse el alma yendo aún a lo más profundo, maravilloso, miserable para terminar descubriendo que no existe adjetivo que aclare ese concepto tan básico denominado vida y ese otro intrigante que por desconocimiento existencial denominamos muerte.
Entre ambos términos se encuentra “All that jazz”. Su creador la estructura en cuatro movimientos que finalmente y en mi caso con asombro, descubrimos como la mecánica de la obra.
Tal es la honestidad que el director se nos ofrece desnudo para que observemos su particular opinión sobre temas tan dispares como el amor, las obsesiones, la autodestrucción excusada en conceptos creativos, la temeridad ante lo inevitablemente temible, la angustia, la furia y claro, todo aquello que no logo definir porque minuto a minuto se convierten en el espíritu de Fosse, algo que podemos ver pero no tocar.
Está en cada uno de nosotros aceptar sus tesis sobre los grises del comportamiento humano (en particular el de los artistas) y nos encontramos en absoluto libres para no considerarlas relevantes. No es mi caso y por eso valen estas líneas como ejercicio de comprensión.
Salvador Dalí sostuvo que un lápiz sin Dalí solo es un trozo de madera. “All that jazz” sin Robert Fosse es solo celuloide mudo.
He intentado ser poco específico sobre el contenido del largometraje porque me parece valido aquello de “ciertas cuestiones de la razón que la razón no comprende” pero atendiendo a la idiosincrasia tramposa de Fosse/Scheider, es seguro que frente a Jessica Lange y su fría e inmaculada belleza, algo más que sonreír debe ser posible. Tal vez Bob lo sabía y no quiso prevenirnos.
Y bienvenido sea.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Hernán Battistón
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