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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
6
Drama Basada en la vida real de Ron Woodroof, un cowboy de rodeo texano, drogadicto y mujeriego, al que en 1986 le diagnosticaron SIDA y le pronosticaron un mes de vida. Empezó entonces a tomar AZT, el único medicamento disponible en aquella época para luchar contra tan terrible enfermedad. (FILMAFFINITY)
11 de enero de 2014
70 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
Allá por finales de 2012, cuando se empezaron a conocer los primeros detalles (y filtraciones fotográficas) de “Dallas Buyers Club”, el proyecto de Jean-Marc Vallée cobró una inusitada atención por las mutaciones Matthew Mcconaughey y Jared Leto. Después, teníamos constancia de su argumento —un biopic de Ron Woodroof: drogadicto, heterosexual y homófobo al que en 1986 se le diagnosticó SIDA y le dieron treinta días de vida— y nos preguntábamos el potencial que un director tan personal podría sacar en su primer largometraje netamente norteamericano. Una vez vista la película aparecen muchas preguntas sobre las posibilidades de una propuesta y sus decisiones dramáticas, argumentales y visuales. El libreto de Craig Borten y Melisa Wallack nos desvela que el director de “C.R.A.Z.Y.” da la impresión de que no ha podido hincar el diente a una oscilación entre un proyecto de encargo y una cinta más ajustada al Gus Van Sant de “Tierra prometida” y, sobre todo, “Mi nombre es Harvey Milk”.

Si alguien busca información sobre alguna posible conexión encuentra una entrevista y fotografías del director de “Paranoid Park” a Jared Leto, uno de los actores favoritos para conseguir el Oscar al mejor actor de reparto, en vmagazine. Y realmente la cinta de Jean-Marc Vallée, en una parcela determinada, parece ser un proyecto furtivo de Van Sant… porque su mayor debilidad es que no concreta el tipo de película que quiere ser, como si quisiera agradar a varios posibles frentes sin perfilar una forma definida. Habita un arco argumental que abre y cierra la película de ese diario (y contabilidad manifiesta) de los días a los que Ron Woodfroof tiene que ajustar su nueva cuenta atrás al darle los médicos apenas un mes de vida. Disponemos también de esa evolución de un homófobo que acaba convertido en uno de los estandartes de la lucha contra el virus del SIDA y precisamente su batalla contra la Administración de Alimentos y Medicamentos y los intereses de las farmacéuticas norteamericanas da la impresión de dejar un poso de filme tanto de denuncia como de exaltación de un héroe involuntario y atípico. Incluso podríamos tener cierta tensión sexual (y triangulo imposible) entre los personajes de McConaughey, Leto y Ganer como otra pieza dramática. En realidad, no hay demasiado atisbo autoral en la recreación de un libreto (tal vez impuesto y de encargo) por parte de Jean-Marc Vallée, aunque el director explota hábilmente ese sonido que marca la cercanía de la sentencia del muerte del protagonista o consigue una secuencia que conjuga la belleza que habita en la muerte en una sala de una clínica repleta de maravillosas luminosas y resplandecientes.

Tampoco podemos escarbar mucho más en esas capas narrativas un tanto desequilibradas que evitan sacar otros satélites colindantes en la vida real de Ron Woodfroof como una hija y una hermana. A los guionistas les interesa tratar demasiadas cosas en vez de focalizarse en una vertiente netamente dramática y centrarse únicamente en sus personajes. Les interesa la épica y la contra-crónica en esa lucha frente a médicos, empresas farmacéuticas y el propio gobierno por buscar unas vías de tratamiento alternativo y no tóxico para prolongar su vida. La moraleja es que Woodfroof consiguió siete años de vida adicional cuando le habían sentenciado a uno mes y realmente, al final de todo, el discurso se reduce a que el personaje se suba a ese (toro de) rodeo que es la vida y no se baje del mismo. No obstante, “Dallas Buyers Club” interesa; no sólo por las interpretaciones de McConaughey y Leto sino por aportar otro punto de vista inédito bajo un foco dramático menos moralista de lo que se podía pensar a un tema del que creíamos que estaba todo dicho.
Maldito Bastardo
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