Si alguien observa el título de la crítica puede pensar:
‘Un’.- Llega la primavera y el bastardo se ha enamorado.
‘Deux’.- El bastardo se ha caído por unas escaleras y se cree gabacho.
‘Trois’.- El bastardo del bastardo encima se ha equivocado dándoselas de que sabe francés.

Pero el truco o la realidad es sencilla: solamente hay que buscar un traductor por la red, escribir lo que uno quiera (nunca guarrerías porque las traduce malamente) y darle al botón… ¡Et voilà! ¡Uno ha convertido algo bonito y artificial en precioso! Aunque al descubrir la verdad pierde encanto. Trabajo equiparable al de los directores que han realizado las piezas para “Paris, je t'aime” (se agradece que no se haya traducido el título por alguna atrocidad con las que nos tienen acostumbrados): convertir ocho o diez páginas de guión en algo creíble o que sugiera emociones al espectador construyendo una mentira mediante actores, banda sonora, montaje, planes de rodaje, etc.

“Paris, je t'aime” muestra dieciocho piezas o cortometrajes para retratar la ciudad del amor donde se confirma:
‘Un’.- Algunos no están acostumbrados al formato y quieren contar mucho en poco tiempo. ‘Deux’.- Se les ve demasiado el plumero sacando su faceta de publicista o director de clips. ‘Trois’.- No dan la talla y deberían seguir haciendo largometrajes.
‘Quatre’.- Realizan auténticas y reducidas joyas.

Ni que decir tiene que el conjunto resulta desigual y que la mayoría de piezas no se comerían un colín en un festival de cortos, aunque la unión hace la fuerza y encuentran cierto equilibrio dejando un buen sabor de boca general.
Para gustos están los colores aunque yo me quedo con las siguientes cinco que destacan sobre el resto a mi juicio:

- Joel y Ethan Coen: Lo mejor que han hecho desde “El gran Lebowski”. Ejemplo en formas de lo que debe ser un corto original y brillante.

- Nobushiro Suwa: El director de la estupenda “M/Other” prefiere otra historia de amor más universal entre reencuentros oníricos con una Binoche esplendida.

- Alexander Payne: Deliciosa y simpática historia de una turista americana.

- Sylvain Chomet: El que firmó una de las cumbres del cine de animación de esta década (“Bienvenidos a Belleville”) acierta con una pieza repleta de frescura.

- Tom Tykwer: Lo suyo es el montaje acelerado (“Corre, Lola, corre”) y en su pieza sabe comprimir hasta extremos de un clip una historia de amor.