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Estados Unidos Estados Unidos · New York
Voto de Lucien:
4
Drama París, 1832. Dos palabras, "romanticismo" y "revolución" están en boca de todo el mundo. El 3 de junio, una sublevación estudiantil provoca una revuelta, y las calles se llenan de sangre. Ese mismo día, la baronesa Dudevant llega de provincias para emprender su carrera literaria bajo el seudónimo de George Sand. A los 23 años, Alfred de Musset, "el poeta y escritor de mayor relieve de su generación", es el cabecilla de una pandilla de ... [+]
29 de diciembre de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lástima. Esa es la idea que se le viene al amante de la literatura cuando ve la película. Más, mucho más se hubiera podido hacer de un film que no acaba sino siendo un pastiche de época.

Recuerdo el argumento: en torno a la década de los 30, la escritora George Sand (Aurore Dupin) y Alfred de Musset se conocen. Esto no les dirá mucho si no les informo de que Musset es una especie de Espronceda (Francia perdóname) a la francesa y Sand una Gertrudis Gómez de Avellaneda con puro y "attitude". Es decir, hablamos de figuras literarias poderosas. Ambos se conocen, surge un tormentoso romance y de él nacen algunas de las cartas de amor jamás escritas. Todo esto es después del flirteo de Sand con Merimeé (autor de "Carmen") y antes de la relación de una década con el compositor Frederic Chopin.

Una vez explicada la importancia de carácteres y de su época, cabe decir que la película fracasa en sus puntos fundamentales: fracasa históricamente con un retrato desaliñado, injusto y grotesco de ambas figuras. No sólo Kurys demuestra una falta de respeto hacia los personajes, sino que demuestra un absoluta y errátil concepción del amor. Convierte la relación entre Sand y Musset en un salto de cama, en una obsesión pueril de seres en perpetua adolescencia mental.

En lugar de retratar a dos seres humanos, retrata marionetas. El espectador bascula entre la incomprensión y la extrañeza, al ver los límites de una tormentosa relación a la que no se le ve la credibilidad. Débil, pues, la propuesta de Kurys.

Los actores hacen lo que pueden, pero no se libran del naufragio. Admirador como soy de Binoche, considero que tanto ella como Kurys leen mal a Sand, como una especie de heroína de una época, una víctima del sistema y de sus sentimientos casi maternales de co-dependencia. Si esa es la Sand en la que creen es que no han leído con profundidad ni su obra ni su biografía.

Aún peor, es el retrato insoportable de Musset: egoísta, caprichoso, víctima de celos compulsivos, drogadicto, histérico, mujeriego... Contemplamos todos sus defectos, pero no sus virtudes, su capacidad de ser uno de los mejores poetas románticos del tiempo. Flaco favor a un poeta cuando se le quita el beneficio de su poesía.

Le doy un cuatro porque, bien o mal, al menos, ofrece una visión de dos grandes nombres de la literatura.
Lucien
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