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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
6
Thriller. Intriga. Acción Harry Lockhart es en esencia un tipo decente. Es cierto que es un ladrón de poca monta que va por la vida con una mezcla no muy sólida de encanto desfasado y optimismo inconsciente, pero quiere hacer lo correcto. La eterna mala suerte de Harry empieza a mejorar cuando él y su socio están haciendo algunas "compras" navideñas fuera de horas en una tienda de juguetes de Nueva York y la alarma de seguridad acaba con la fiesta. En su ... [+]
10 de septiembre de 2008
47 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tipo que se encargó de guionizar éxitos como "Arma letal" o "El último Boy Scout" se estrenó en la dirección con esta ágil, dinámica, desternillante, inverosímil y directa película sobre un tipo al que, sin comerlo ni beberlo, se le encarga ayudar a un investigador privado.
Partiendo de una premisa tan absurda como cachonda, uno no puede esperar que un film así se tome en serio a si mismo, menos todavía cuando algunos de sus protagonistas se dedican a buscar clones de Joe Pesci entre el personal mientras están ligoteando.

La cantidad de situaciones tan descabelladas como caóticas que van bombardeando "Kiss Kiss, Bang Bang" hacen que uno finalmente logre conectar con esos personajes que rezuman descaro y cuyas raíces se intuyen a la legua (esas frases paleras a lo Joe Hallenbeck o Martin Riggs), pese a que los tiempos hayan pasado y ya no estén tan en liza ni sean tan fáciles de construir después de los recitales que han ofrecido de ellas tipos como Bruce Willis o Arnold Schwarzenegger.

El principal problema de este debut, que no podía faltar, es que durante su conclusión Black se preocupa más por dejarlo todo bien hilvanado, que por querer que el espectador disfrute con las curvas de una Monaghan adornada para la ocasión, las tretas de un fantástico Downey Jr. o las poses de un Kilmer que agarra con fuerza el papel que necesitaba para salir un poco de ese ostracismo cinematográfico que le precedía. Así, tras perderse uno en las vertiginosas aventuras de estos tres personajes, el que se termina perdiendo es su propio realizador, que se sacude un final donde ni él parece saber si lo que quiere es divertirse o sorprender. Y así no hay quién se aclare, por amena que resulte.
Grandine
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