Anunciada con una campaña de promoción bastante original, en la que Chucky iba eliminando en los diversos posters a los personajes de su directa competidora en taquilla (‘Toy Story 4’), el director Lars Klevberg y el guionista Tyler Burton Smith cogen las bases de la franquicia ideada por Don Mancini para crear una versión actualizada del famoso ‘Muñeco Diabólico’.

Debo confesar que la película original, de 1988, siempre me causó pavor. Era un crío pequeño cuando se estrenó, pero la sola figura de Chucky asolando al niño y su madre es una de las imágenes que, hoy en día, sigue recorriendo mi espalda como un escalofrío. Ha llovido mucho desde entonces y, ahora sí, me sentía preparado para poder ver una entrega entera (las antiguas no he sido capaz de verlas del tirón nunca).

Así pues, debo decir que el camino elegido para la nueva adaptación es bastante correcto. Oí a Mancini en una entrevista decir que Chucky nació como una sátira oscura sobre el marketing y cómo este afecta a los niños. Aquí, se elimina la parte sobrenatural y, como salido de la mente de Charlie Brooker, se decide añadir el componente tecnológico y la interconexión entre máquinas.

Si bien es cierto que el diseño del nuevo Chucky puede tener pegas (en mi opinión, el antiguo daba más miedo), este consigue, gracias al manejo de la historia (que va in crescendo en su corto y adecuado metraje) al menos dar un poco de mal rollo. Todo el final en el supermercado, está muy bien conseguido.

‘Muñeco Diabólico’ es una buena actualización de la original y una excusa entretenida para meterte en el cine en verano. No suelo ser amigo de remakes, pero en este caso se aportan cosas y, de esta forma, he conseguido pasar un buen rato con mi peor pesadilla.

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