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España España · Sabadell
Voto de whipli:
8
Drama. Acción Basada en hechos reales. Un taxista de Seúl ayuda a un reportero alemán a cubrir el Levantamiento de Gwangiu, en 1980 en Corea del Sur. (FILMAFFINITY)
20 de octubre de 2017
38 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para entrar en contexto: El 12 de diciembre de 1979 Chun Doo-hwan, un teniente general del ejército, lideró un golpe de estado militar que supuso el fin de la cuarta república de Corea del Sur y el inicio de casi una década de terror. El 17 de mayo de 1980 Doo-hwan obligó al consejo de ministros a aplicar una ley marcial en todo el país, cerrando así universidades y prohibiendo la libertad de expresión, prensa y reunión. Los estudiantes de todo el país salieron masivamente a la calle para protestar pero las detenciones en masa de líderes universitarios y políticos acabó con las protestas. En la ciudad de Gwangju hubo disturbios cuando tropas especiales del ejército llegadas hasta esa localidad cargaron violentamente a golpe de porras y bayonetas contra los estudiantes que se manifestaban de forma pacífica, dando paso así a una batalla campal que duraría varios días.
Durante casi una semana la ciudad permaneció completamente aislada del mundo exterior y rodeada por tropas del ejército que esperaban la orden de retomar la ciudad. La madrugada del 27 de mayo los militares acabaron con la revuelta asesinando a cientos de personas.

Jang Hoon narra con pulso firme y sin caer en el sentimentalismo vacuo la historia real del reportero alemán Jürgen Hinzpeter, que se infiltró en la masacre que tuvo lugar los días 18 y 20 de mayo en Gwangju gracias a la ayuda de Kim Man-seob, un taxista de Seúl. Los esfuerzos del periodista contribuyeron a la democratización del país, arriesgando su vida para difundir en todo el mundo las horribles imágenes de la sangrienta medida militar.

A Taxi Driver (Taeksi Woonjunsa) es la historia de un humilde taxista, de un hombre corriente ajeno a la realidad social y política de su país, que vive por y para trabajar. La maravillosa interpretación de Song Kang-ho (Kim) es el vehículo para la dramatización de este terrible evento histórico; es la transformación de su personaje lo que da sentido y corazón a la cinta: La clase trabajadora toma conciencia política y lejos de apartar la mirada arriesga su vida para defender la soberanía del pueblo de las injusticias del totalitarismo.

El director consigue crear un perfecto equilibrio entre el humor, el terror y la humanidad, y aunque hay algunas escenas algo exageradas, proporcionan un alto nivel de entretenimiento y epicidad. De alguna manera, Jang se sale con la suya: Divierte y emociona al mismo tiempo que denuncia unos hechos que no se deben olvidar.
whipli
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