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Voto de Miquel:
8
7,4
1.212
Drama
Después de ser abandonado por Irma (Alida Valli), Aldo (Steve Cochran) deja el trabajo y emprende un largo viaje por el norte de Italia. En su peregrinación conoce mujeres que comparten con él una sensación de inquietud y marginación: Elvia, una amiga resurgida del pasado, y la joven Virginia, que atiende una gasolinera y vive con su anciano padre en una oprimente soledad; Andreína, una prostituta que alberga, ingenuamente, la esperanza ... [+]
24 de diciembre de 2011
24 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quinto largometraje de Michelangelo Antonioni (1912-2007) (“La aventura”, 1960), según guión escrito por el propio Antonioni, Elio Bartolino y Ennio de Concini, que se inspira parcialmente en el film “Ossessione” (1942), de Luchino Visconti. Se rueda en localizaciones del Valle del Po (Veneto y Emilia Romagna). Es premiado con el Nastro d’Argento (“Silver Ribbon”) a la fotografía y con el Golden Leopart del Festival de Locarno (Suiza). Producido por Franco Cancellieri para SpA Cinematografica y Robert Alexander Productions, se estrena el 11-III-1957 (Italia).
La acción dramática tiene lugar en el pueblo de Goriano y otras ubicaciones próximas del Valle del Po, entre el invierno de 1956 y el de 1957. Aldo (Cochran), obrero manual especializado en mecánica (mantenimiento y reparación de motores), trabaja en la planta de refinado de azúcar instalada en las proximidades de Goriano, donde convive con Irma desde hace unos 8 años, con la que ha tenido una hija, Rosina (Girardi), que cuenta 7 años. Llevan una vida modesta y con ciertas privaciones porque el salario de Aldo es muy justo y no disponen de otros ingresos. Aldo, de unos 35 años, es soltero, cuenta solo con el fruto de su trabajo para sacar adelante a la compañera y a la hija de ambos. Encarna la figura del proletario industrial sin relieve y sin pretensiones, explotado y mal pagado. Irma (Valli) hace los trabajos de la casa. Su marido se marchó a Australia en los primeros años de la posguerra. La tranquilidad y la placidez de sus vidas se ve alterada cuando Irma recibe la noticia del fallecimiento del marido. Alvia (Blair) es una antigua novia de Aldo. Edera (Payota) es la hermana de Alvia. Virginia (Grey) es viuda y propietaria de una gasolinera. Andreína (Shaw) es una prostituta ingenua y soñadora.
Con una admirable sobriedad y una espléndida economía de medios, Antonioni desgrana una intensa y emocionante historia de desarraigo, soledad y desamparo. Desde una perspectiva que observa la realidad sin prejuicios, sin sentimentalismos y desde la distancia, construye un relato que muestra con fuerza y vigor la desolación que se apodera del espíritu de un ser humano abandonado, privado de afectos y atormentado por la soledad y antiguas frustraciones. Construye en torno al personaje una atmósfera densa y penetrante de tristeza, melancolía y desolación. La narración se apoya en el uso de varios recursos adicionales al discurso principal, como luces dispersas, paisajes dominados por la niebla, escenas lluviosas y perspectivas amplias, profundas y desoladas. Añade trazos que ponen de manifiesto la tensión que se da entre progreso y bienestar, desarrollo tecnológico y arraigo humano en la sociedad, el trabajo y el medio natural.
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La acción dramática tiene lugar en el pueblo de Goriano y otras ubicaciones próximas del Valle del Po, entre el invierno de 1956 y el de 1957. Aldo (Cochran), obrero manual especializado en mecánica (mantenimiento y reparación de motores), trabaja en la planta de refinado de azúcar instalada en las proximidades de Goriano, donde convive con Irma desde hace unos 8 años, con la que ha tenido una hija, Rosina (Girardi), que cuenta 7 años. Llevan una vida modesta y con ciertas privaciones porque el salario de Aldo es muy justo y no disponen de otros ingresos. Aldo, de unos 35 años, es soltero, cuenta solo con el fruto de su trabajo para sacar adelante a la compañera y a la hija de ambos. Encarna la figura del proletario industrial sin relieve y sin pretensiones, explotado y mal pagado. Irma (Valli) hace los trabajos de la casa. Su marido se marchó a Australia en los primeros años de la posguerra. La tranquilidad y la placidez de sus vidas se ve alterada cuando Irma recibe la noticia del fallecimiento del marido. Alvia (Blair) es una antigua novia de Aldo. Edera (Payota) es la hermana de Alvia. Virginia (Grey) es viuda y propietaria de una gasolinera. Andreína (Shaw) es una prostituta ingenua y soñadora.
Con una admirable sobriedad y una espléndida economía de medios, Antonioni desgrana una intensa y emocionante historia de desarraigo, soledad y desamparo. Desde una perspectiva que observa la realidad sin prejuicios, sin sentimentalismos y desde la distancia, construye un relato que muestra con fuerza y vigor la desolación que se apodera del espíritu de un ser humano abandonado, privado de afectos y atormentado por la soledad y antiguas frustraciones. Construye en torno al personaje una atmósfera densa y penetrante de tristeza, melancolía y desolación. La narración se apoya en el uso de varios recursos adicionales al discurso principal, como luces dispersas, paisajes dominados por la niebla, escenas lluviosas y perspectivas amplias, profundas y desoladas. Añade trazos que ponen de manifiesto la tensión que se da entre progreso y bienestar, desarrollo tecnológico y arraigo humano en la sociedad, el trabajo y el medio natural.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
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La narración habla desde la sinceridad, la búsqueda de la objetividad y la ausencia de artificios engañosos. La acción se desarrolla de manera natural y sin sorpresas forzadas. Deja que los hechos hablen por si mismos y que el espectador extraiga sus conclusiones y formule sus valoraciones. El estrépito de las lanchas lanzadas a la carrera sobre las aguas plácidas del Po sugieren, a través de la imagen y el sonido, muchas más cosas que las que se podrían expresar con palabras. Las dimensiones desproporcionadas de la ocupación y el movimiento de tierras para la construcción de un aeropuerto militar de aviones de combate supersónicos, aportan sin explicaciones verbales una información que impresiona, perturba y preocupa al espectador.
Se sirve además de la figura literaria de la comparación de contrarios. En este sentido contrasta la inocencia de Rosina con la experiencia amarga del padre, las falsas ilusiones de Andreína con la desolación de Aldo, las figuras fantasmagóricas de las lanchas con el hermoso paisaje natural de la región, el pasado anterior a la guerra y el futuro inmediato, etc. El sentido último del film se ha de relacionar con la exploración de las causas, las manifestaciones y las consecuencias del desamparo del trabajador que solo cuenta con su trabajo para enfrentarse a la vida en unas circunstancias en las que la acción individual ha dejado de ser válida y la acción colectiva se ha de organizar ante el avance de una tecnología que desborda y ahoga las dimensiones humanas de las cosas.
La banda sonora, de Giovanni Fusco (“Hiroshima, mon amour”, Resnais, 1959), acompaña la acción con solos de piano que dan relieve y profundidad al clima melancólico, triste y desolado del film. La adaptación que se establece entre música y desarrollo del drama constituye uno de los valores y de los principales atractivos ocultos del film. La fotografía, de Gianni di Venanzo (“ 8 ½”, Fellini, 1963), en B/N, envuelve la historia en un discurso visual sombrío y frío, que transmite sentimientos de vulnerabilidad y desorientación. La cámara se mueve con diligencia explorando con curiosidad e interés la realidad que se observa.
La película, vigorosa, interesante y sugerente, anticipa varios de los temas que Antonioni desarrolla en películas posteriores, como la incomunicación, la vulnerabilidad humana y la dificultad de comprender la realidad.
La narración habla desde la sinceridad, la búsqueda de la objetividad y la ausencia de artificios engañosos. La acción se desarrolla de manera natural y sin sorpresas forzadas. Deja que los hechos hablen por si mismos y que el espectador extraiga sus conclusiones y formule sus valoraciones. El estrépito de las lanchas lanzadas a la carrera sobre las aguas plácidas del Po sugieren, a través de la imagen y el sonido, muchas más cosas que las que se podrían expresar con palabras. Las dimensiones desproporcionadas de la ocupación y el movimiento de tierras para la construcción de un aeropuerto militar de aviones de combate supersónicos, aportan sin explicaciones verbales una información que impresiona, perturba y preocupa al espectador.
Se sirve además de la figura literaria de la comparación de contrarios. En este sentido contrasta la inocencia de Rosina con la experiencia amarga del padre, las falsas ilusiones de Andreína con la desolación de Aldo, las figuras fantasmagóricas de las lanchas con el hermoso paisaje natural de la región, el pasado anterior a la guerra y el futuro inmediato, etc. El sentido último del film se ha de relacionar con la exploración de las causas, las manifestaciones y las consecuencias del desamparo del trabajador que solo cuenta con su trabajo para enfrentarse a la vida en unas circunstancias en las que la acción individual ha dejado de ser válida y la acción colectiva se ha de organizar ante el avance de una tecnología que desborda y ahoga las dimensiones humanas de las cosas.
La banda sonora, de Giovanni Fusco (“Hiroshima, mon amour”, Resnais, 1959), acompaña la acción con solos de piano que dan relieve y profundidad al clima melancólico, triste y desolado del film. La adaptación que se establece entre música y desarrollo del drama constituye uno de los valores y de los principales atractivos ocultos del film. La fotografía, de Gianni di Venanzo (“ 8 ½”, Fellini, 1963), en B/N, envuelve la historia en un discurso visual sombrío y frío, que transmite sentimientos de vulnerabilidad y desorientación. La cámara se mueve con diligencia explorando con curiosidad e interés la realidad que se observa.
La película, vigorosa, interesante y sugerente, anticipa varios de los temas que Antonioni desarrolla en películas posteriores, como la incomunicación, la vulnerabilidad humana y la dificultad de comprender la realidad.