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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
10
Cine negro. Intriga. Drama Comienzos de la Guerra Fría, en Viena, 1947. El norteamericano Holly Martins, un mediocre escritor de novelas del Oeste, llega a la capital austríaca cuando la ciudad está dividida en cuatro zonas ocupadas por los estados aliados de la II Guerra Mundial. Holly va a visitar a Harry Lime, un amigo de la infancia que le ha prometido trabajo. Pero su llegada coincide con el entierro de Harry, que ha muerto atropellado por un coche en plena ... [+]
29 de junio de 2008
320 de 356 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal vez una película de las número uno. El tercer hombre es puro encanto. Como en literatura o en pintura, se advierte enseguida una obra de estudio. No me voy a extender por la era donde está ya todo trillado. Me gustaría señalar lo visto en esta película en tres niveles y tres escenas.

El primer nivel se alcanza en la noria, en las alturas. Ahí Harry Lime dice a Holly Martins: "si miras desde aquí a los hombres, parecen hormiguitas; qué más da una más o menos..." Eso mismo diría Dios si no se hubiera hecho un día hombre, y la verdad, tiene gracia, pero cada hormiguita tiene su esperanza, su amor, su reunión mensual para hablar de literatura, de Beckett o de Zane Gray... Sus cosas.

El segundo nivel está en la superficie, donde el hombre lucha por sobrevivir. Ahí están dos escenas grandiosas en el cine: cuando Harry Lime aparece entre sombras bajo un portal porque el gato le descubre y la escena final de la película que es el desencuentro más explícito jamás filmado. La primera alcanza un momento nostálgico difícil de olvidar con esa preciosa melodía de Anton Karas que a lo largo de la vida tendrás más de una ocasión de volver a oír. ¡Qué grande hizo a Harry Lime la inolvidable cítara!

Harry Lime es nuestro amigo de toda la vida: el más enigmático, el más ocurrente, el que de joven se llevaba de calle a todas las chicas, el más gracioso, el que todos querían estar a su lado, el que siempre tenía dinero cuando todo el mundo estaba a dos velas... ¡Cuánto quisimos a Harry Lime! ¡Cómo no se iba a enamorar de él la mujer más bella y sensata! No es extraño que una chica guapa, seria y con lo pies bien puestos en la tierra, termine locamente enamorada del hombre más soñador y sinvergüenza que conozca.

Y el tercer nivel es el submundo. El infierno. Ahí no hay reuniones, ni amistad... Sólo huida y peligro, miedo y muerte. Y es bajo tierra donde aparece la tercera escena más lograda del cine: esas manos queriendo salir de la muerte, aferrándose a la vida como es el instinto primario del ser humano. Esos dedos que salen entre los barrotes inútilmente porque quieren escapar.

No obstante, con un poco de suerte tendrás amigos, trabajos, golpes y encuentros, en un mundo que siempre será hostil, se haya terminado la II GM o hayan pasado ya más de 60 años, y si encima llega un día en el que bajas de un coche a esperar, en el paseo más lánguido del mundo, a que pase la mujer que te ha enamorado, con esos toques de la cítara de fondo, habrás tenido la suerte de vivir también una inolvidable historia de amor. Acabe como acabe.
floïd blue
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