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6
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Drama. Intriga
En 1913, en vísperas de la Gran Guerra (1914-1918), extraños acontecimientos, que poco a poco toman carácter de castigo ritual, se dan cita en un pequeño pueblo protestante del norte de Alemania. Los niños y adolescentes del coro del colegio y de la iglesia dirigido por el maestro, sus familias, el barón, el encargado, el médico, la comadrona, y los granjeros conforman una historia que reflexiona sobre los orígenes del nazismo en ... [+]
16 de enero de 2010
241 de 290 usuarios han encontrado esta crítica útil
El blanco es el color de la pureza. Es inocencia y luz. El límite al que tiende la bondad.
En ‘La cinta blanca’ la blancura, con su pureza inalcanzable, es el comienzo y fin de lo terrible.
El blanco se transforma en la conciencia del pecado original. Su dignidad fermenta y se corrompe: leche agria, tormento físico y moral, humillación.
La fotografía sobrexpone el blanco de los campos, las coles, las espigas. Nubla el ojo del niño. Nos muestra un pueblo insano y venenoso.
El blanco desmedido termina en pura aberración. La inocencia se hace excepcional. La única persona que ríe abiertamente es el pequeño retrasado.
El espíritu del mal condena al hijo por la falta de los padres. El castigo preside la existencia, la risa está proscrita.
Todo es sermón y censura, susurro o grito, presagio de sanción. Todo es engaño o apariencia, violencia contenida o estallido. Se nos presentan los sonidos depurados: el vuelo de una mosca, el lamento del niño, la música desnuda. El silencio, en contrapunto, los hace resaltar.
En ‘La cinta blanca’ la blancura, con su pureza inalcanzable, es el comienzo y fin de lo terrible.
El blanco se transforma en la conciencia del pecado original. Su dignidad fermenta y se corrompe: leche agria, tormento físico y moral, humillación.
La fotografía sobrexpone el blanco de los campos, las coles, las espigas. Nubla el ojo del niño. Nos muestra un pueblo insano y venenoso.
El blanco desmedido termina en pura aberración. La inocencia se hace excepcional. La única persona que ríe abiertamente es el pequeño retrasado.
El espíritu del mal condena al hijo por la falta de los padres. El castigo preside la existencia, la risa está proscrita.
Todo es sermón y censura, susurro o grito, presagio de sanción. Todo es engaño o apariencia, violencia contenida o estallido. Se nos presentan los sonidos depurados: el vuelo de una mosca, el lamento del niño, la música desnuda. El silencio, en contrapunto, los hace resaltar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Haneke subvierte la blancura. Incurre en el recurso fácil: la muerte del pájaro, el maltrato del niño deficiente, el incesto, el sexo repugnante.
No creo que la cinta exponga el germen del nazismo (falta la Alemania de entreguerras, el colapso financiero, la paz en falso de Versalles). La disciplina prusiana y el cilicio religioso no explican la mecánica de la aniquilación. La envidia lleva al odio; pero el odio por sí mismo no diseña fábricas de muerte.
Más bien nos muestra el mal como una vía hipertrofiada de la ascesis religiosa. La ceremonia final es elocuente: la congregación hace la fuerza.
Ciertas ovejas (el médico, la comadrona) acaban desapareciendo. Intuimos con espanto que han sido desterradas por la mano pastoral.
En sucesivos planos fijos, la cámara se aleja de la iglesia. La voz en off impone su distancia. Haneke no cree en Dios.
[a Blanca y Guille]
No creo que la cinta exponga el germen del nazismo (falta la Alemania de entreguerras, el colapso financiero, la paz en falso de Versalles). La disciplina prusiana y el cilicio religioso no explican la mecánica de la aniquilación. La envidia lleva al odio; pero el odio por sí mismo no diseña fábricas de muerte.
Más bien nos muestra el mal como una vía hipertrofiada de la ascesis religiosa. La ceremonia final es elocuente: la congregación hace la fuerza.
Ciertas ovejas (el médico, la comadrona) acaban desapareciendo. Intuimos con espanto que han sido desterradas por la mano pastoral.
En sucesivos planos fijos, la cámara se aleja de la iglesia. La voz en off impone su distancia. Haneke no cree en Dios.
[a Blanca y Guille]