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Críticas de Alvaro Zamora Cubillo
Críticas 924
Críticas ordenadas por utilidad
6
21 de enero de 2021
185 de 221 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Nomadland” (2020) de Chloé Zhao con Frances McDormand, David Strathairn, Linda May, Charlene Swankie, Bob Wells, Gay DeForest, Patricia Grier, entre otros.

Drama basado en el libro “Nomadland: Surviving America in the Twenty-First Century” (2017) de Jessica Bruder, una periodista estadounidense que escribe sobre subculturas, y narra la historia de una mujer que abandona su pueblo natal para emprender un viaje por el oeste de Estados Unidos después de haber perdido todo por culpa de la crisis económica, por lo que ella decide explorar un estilo de vida nómada, alejado de las convenciones sociales.

La película fue filmada durante 4 meses, viajando por el oeste de EEUU en una casa rodante con trabajadores nómadas de la vida real, haciendo de la propuesta un estudio poético de personajes sobre “los olvidados y los oprimidos” por lo que captura a la perfección la inquietud dejada a raíz de La Gran Recesión, un período de marcado declive general/recesión observado en las economías nacionales a nivel mundial que ocurrió entre 2007 y 2009; de esa manera, la película explora un fenómeno de los trabajadores estadounidenses mayores que viajan por el país como “nómadas”, acampados a cuestas, en busca de empleo.

Lamentablemente, en el transcurso del metraje, nos daremos cuenta que muchos se vieron afectados negativamente.

La película apuesta por la paciencia cinematográfica, una experiencia desnuda y bellamente dibujada que se mueve y se siente exactamente como las vidas y experiencias que retrata; donde lo mejor es el estilo “libre” y los paisajes que son impresionantes, el trabajo de cámara es bastante íntimo, y siempre atento a los gestos sutiles y deliberados de sus personajes.

Pero, para muchos, todo lo anterior puede estar lleno de desinterés, puede que no cuente mucho o nada, inclusive puede llegar a aburrir porque después de todo no hay grandes giros que impacten al espectador; pero gracias a su cinematografía, un elemento muy bien usado por la directora, es hipnotizante a su manera única y realmente llega a ser algo parecido a su obra maestra, “The Rider”

Del reparto, el filme lo lleva Frances McDormand, esos primeros planos llenos de dudas y desconcierto, pero llenos de esperanza.

Para su papel, la 2 veces ganadora del Oscar vivió como nómada moderna y se cuenta que se mezcló tan bien con la comunidad, que uno de los jefes locales hasta le ofreció una solicitud de trabajo; de hecho, la actriz hizo todos los trabajos que el libro describía y hasta llegó a vivir en una camioneta durante los meses de producción, cubriendo 7 estados.

No es casual que ella misma adoptara el estilo de vida de estar constantemente en movimiento para hacer que la película pareciera más auténtica, en lugar de simplemente actuar las escenas.

Otro detalle en contra, es que la película puede parecer que carece de un verdadero estudio de personajes...

Por ejemplo, nunca llegamos a conocer realmente a Fern...

Y demasiadas tomas de ella contemplando puestas de Sol que sustituyen a cualquier exposición real... se hizo desconcertante.

No obstante, aquí hay nómadas de la vida real, como Linda May, Charlene Swankie y Bob Wells, que se ha convertido en una especie de celebridad, y hay una sensación espeluznante de que sus seguidores o ¿discípulos? son casi como miembros de una secta, y algunos se refieren a él como “Moisés”, aunque no en la película, y parece que necesitan su presencia para asegurarse de que han tomado la decisión de estilo de vida correcta...

Después de todo, vivir en una furgoneta es precario... y toda la historia no parece tan genial o ideal; por ejemplo, vemos muchos “boomers” blancos; hay una mujer afroamericana “simbólica”; nadie presenta enfermedades mentales o adicción a las drogas...

Hay un ambiente extraño y superficial con mucho sentado alrededor de fogatas cantando y “felices”, por tanto no es una descripción real de aquellos que viven al margen de la sociedad.

Pero queda el efecto acumulativo de sus muchos encuentros tranquilos, aparentemente intrascendentes y momentos de contemplación solitaria, lo convierten en un retrato único de la existencia ajena; por ello, Zhao explora el panorama con un gran propósito y una idea clara de cómo manejar los temas del envejecimiento, la pobreza, el desempleo y lo que significa una vida en la carretera; donde como dicen en la película, “las despedidas no son definitivas en la comunidad nómada, ya que siempre prometen volver a verse en el futuro”

Total, Nomadland es una película dedicada a aquellos que parecen marginados por los demás; pero en realidad se trata de quienes eligen intencionalmente su propia forma de ser; personas que tienen una variedad de sentimientos, como la pérdida, el dolor o la soledad.

Y es que los nómadas ciertamente no están enojados con alguien o con algo de su pasado, sino más bien son personas solidarias y compasivas con aquellos que perdieron su camino...

Eso suena muy irreal.... aunque puedan decir que un vehículo es su hogar, su verdadero hogar está dentro, por tanto en todas partes; y lo que los une a todos es lo que todos estamos ansiosos por obtener:

La libertad.

“Te veré en el camino”

RECOMENDADA.

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Alvaro Zamora Cubillo
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10
30 de diciembre de 2018
80 de 111 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Green Book” (2018) de Peter Farrelly con Viggo Mortensen, Mahershala Ali, Iqbal Theba, Linda Cardellini, Ricky Muse, David Kallaway, entre otros. Drama basado en hechos reales, que cuenta el viaje literal/externo y metafórico/interior de 2 personas opuestas, tan distintas como imposibles… en una odisea de descubrimientos en una época de grandes confrontaciones y cambios, tan actual como hoy, donde el espectador es el 3° pasajero que experimentará una dura reflexión sobre la esencia humana. El director utiliza la fórmula de “road-buddy-movie” para mostrar a la sociedad, que los cambios sí son posibles, que “se requiere mucho coraje para cambiar el corazón de las personas”, y aquí utiliza los opuestos o los contrastes de manera asombrosa, tan así que la narrativa se hace muy fresca, y uno logra empatizar y entender esos opuestos, donde la lucha es absolutamente absurda. El filme toca muchos temas, como la amistad más allá de las diferencias, la importancia de la cultura, la educación y la tolerancia; al tiempo que recuerda lo trascendental que son los detalles. Técnicamente poseedora de un rigor histórico en cuanto a ambientación y vestuario, lo hace un filme elegante, con encuadres hermosos, no desde lo “estético”, sino desde lo real, con buen gusto en los temas escabrosos sin caer en morbosidades. Este es un filme de actores, por lo que se le debe el Oscar a Viggo, y aquí se comprueba porqué Ali se llevó el Oscar por “Moonlight”, ambos tienen una gran química que realmente es admirable. La comedia viene del contraste, pero el fondo del mensaje es totalmente dramático, un filme muy necesario en estos tiempos, como hace 60 años, que demuestra que no hemos cambiado nada, pero sí que podemos empezar a hacerlo, empezando por nosotros mismos.
RECOMENDADA & OBLIGATORIA
PRONTO como última nota del 2018 en el blog Lecturas Cinematográficas.
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Alvaro Zamora Cubillo
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9
13 de diciembre de 2017
55 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Roman J. Israel, Esq.” (2017) de Dan Gilroy con Denzel Washington, Colin Farrell, Carmen Ejogo, Shelley Hennig, Nazneen Contractor, entre otros. Drama nominado a mejor actor para Washington en Los Premios SAG y Golden Globes, sobre un hombre íntegro, que se vio seducido por el poder; por tanto, es la historia de un idealista que se ve tragado por la crisis. Confieso que hacía tiempo que quería ver una película que hablara sobre la dignidad, sobre la pureza, sobre la decencia, sobre mantenerse en los principios, en la coherencia de ser y actuar, y aquí la encontré, al tiempo que es una película que muestra como la sociedad nos absorbe y nos convierte en otras personas, con tal de ser un ladrillo en la pared. La película es muy rica en situaciones y simbolismos, véase el color; y no es casual que el protagonista sea un abogado que defienda Los Derechos Civiles, un Denzel Washington que aparece en todas las escenas, y crea un personaje memorable, que en otro actor hubiera caído en el ridículo, pues el soberbio cambio físico no es tan impactante como el cambio moral y psicológico que experimenta, y que como Ícaro, voló cerca del Sol y se quemó. Y como contraparte, Colin Farrell que vuelve a demostrar que es un actor que si se planta frente a un actor legendario como Washington, será un “tour de forcé” que hay que ver, pues sale muy bien parado. Una película que llama a reflexionar sobre quiénes somos y cómo actuamos. Si uno no se ve reflejado en Roman, al menos conoce a alguien como él.
RECOMENDADA.
PRONTO una nota en el blog de Lecturas Cinematográficas.
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Alvaro Zamora Cubillo
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9
30 de abril de 2018
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Film Stars Don't Die in Liverpool” (2017) de Paul McGuigan con Annette Bening, Jamie Bell, Julie Walters, Vanessa Redgrave, Stephen Graham, Leanne Best, entre otros. Drama basado en las memorias de Peter Turner, y su romance durante los últimos años de vida de la oscarizada actriz Gloria Grahame. El filme tiene muchos aspectos brillantes e interesantes, empezando por la narrativa, que utiliza muy bien el “flashback” y muestra “posibilidades” de narración de los hechos, puntos de vistas y perspectivas de acuerdo a los personajes protagonistas; así como técnicamente, el uso del color, el encuadre, “el cartón piedra” y la iluminación, sin olvidar la dirección de arte, decorados y escenarios, muy de acuerdo con la época; y la hermosa banda sonora, que incluye un tema de José Feliciano digno para el recuerdo, como la escena de baile, totalmente lograda. Pero donde brilla es en los actores: Annette Bening está INMENSA como una actriz “olvidada”, cuando el peso de los años y la maldita enfermedad afecta una mujer llena de vida; y Jamie Bell, en el mejor papel de su vida tras “Billy Elliot”, donde muestra su lado más dramático, sensible y encantador; cada encuadre de la pareja, muestra la química/complicidad más extraordinaria vista jamás en el cine recientemente; sin olvidar el pequeño papel de Vanessa Redgrave. Los silencios, las risas, el pensamiento que grita con las miradas, las ganas de vivir y el amor imposible que no llega a ser eterno, son unos de los temas que Paul McGuigan dirige con maestría, al tiempo que nos expone la vida de Gloria Grahame, una actriz que fue consumida por Hollywood, desechada, y que vale la pena rescatar, pues sus filmes fueron inolvidables. La película tiene mucha fuerza, y nos llama a reflexionar con profundidad sobre el cine que poco conocemos: “Lo malo y lo hermoso”
RECOMENDADA
PRONTO una nota en el blog Lecturas Cinematográficas.
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Alvaro Zamora Cubillo
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2
15 de noviembre de 2017
35 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Murder On The Orient Express” (2017) de Kenneth Branagh con Penélope Cruz, Willem Dafoe, Judi Dench, Johnny Depp, Josh Gad, Derek Jacobi, Leslie Odom Jr., Michelle Pfeiffer, Daisy Ridley, entre otros. Drama de suspense, basado en la novela homónima escrita por Agatha Christie en 1934, y “remake” de LA OBRA MAESTRA de 1974, dirigida por Sidney Lumet, protagonizada por Albert Finney y un reparto de primera categoría en el cine y el teatro, en el único filme sobre una obra de la autora, que obtuvo 6 nominaciones al Premio OSCAR, de las que ganó solo Mejor Actriz de Reparto para Ingrid Bergman. La historia es sobre un asesinato en un tren, donde todos los pasajeros son sospechosos. Allí, el famoso detective belga, Hercule Poirot, será el encargado de resolver el caso. Esta versión se antoja bastante perezosa en cuanto a la estructura de la historia, porque al ser un “remake”, se hace imposible no hacer comparaciones; y es que Christie publicó 66 novelas policiales, 6 novelas rosas y 14 historias cortas: ¿Por qué hacer un “remake”? La película tiene lugar en 1934, aproximadamente, no tiene el prólogo de los sucesos que veremos, y se muestra un caso anterior en su lugar, donde todo alrededor es demasiado moderno, desde los trajes de los policías, hasta la misma ciudad de Estambul, que no es la Jerusalén del principio, que puede llegar a confundir pues la película no cuenta dónde se encuentra el personaje principal, tanto que el escenario panorámico pareció un efecto de CGI más digno de STAR WARS o la saga de THOR. En cuanto a los personajes, en apariencia, esta versión es más fiel a la descripción de todos los sospechosos, en cuanto a edades y contextura física. Empezando por Poirot, que lo odié con su bigote exagerado para alguien de su gusto y elegancia; de hecho, en la adaptación de 1974, Christie que estaba viva, se quejó del bigote, y aquí los hubiera demandado. JAMÁS tendría un bigote de esa manera, así como JAMÁS usaría un bastón como arma que lo eleva a la categoría de súper héroe más que un intelectual, y hablando de “materia gris”, aquí queda de lado, pues toda su perspicacia cae en un diálogo aprendido, y aquello de “el orden y el método” se va la basura y cae en la acción ¿? Y es que JAMÁS, alguien como Poirot, descuidaría su bigote, pues en algunas escenas se nota que al dormir no le lleva protección, o bien, su excentricidad a la hora de las comidas o el simple hecho de manipular los objetos, aquí roza el ridículo y lo patético, tanto que el personaje se hace antipático; y es que Poirot es de buen comer y beber, por lo que su apariencia es robusta, JAMÁS atlética. Otro dato es que el personaje no sería capaz de violentar la propiedad privada, es decir, JAMÁS hubiera abierto el camarote de Ratchett de la manera que hizo, y MENOS sacar a los pasajeros del tren para interrogarlos en el descampado nevado; curioso que ninguno, afuera bajo temperaturas heladas, muestre el aire que exhalan… MENOS a gente de la nobleza como La Condesa y La Princesa, eso es inconcebible para un conocedor como Poirot. Un dato PATÉTICO fueron las posiciones de los personajes en el plano final, la escena con todos los sospechosos sentados en una mesa larga en la boca del túnel, que imitan las posiciones exactas de las figuras en la pintura de Da Vinci, “La Última Cena” Y es que Kenneth Branagh es el 13° actor que encarna al detective de Agatha Christie, Hercule Poirot en la pantalla, sin incluir varias parodias y docudramas. Y como dato del resto del reparto, atendiendo la HORRIPILANTE corrección política, tenemos a un actor negro, en el personaje de Leslie Odom Jr., Arbuthnot, un coronel en el ejército en la novela original; aquí su personaje es médico y reemplaza al Dr. Constantine de la novela; que no aparece, a pesar que un crimen se ha cometido… además, en esa época, una persona de color solo era aceptada si era parte de la nobleza. Los demás actores están ahí por contrato, ninguno tiene un desarrollo interesante, salvo Johnny Depp que aparece en más de una ocasión a modo de “flashback” para hacer rendir la inversión; y el resto está poco desarrollado, donde ninguno tiene un peso que lo haga sospechoso de un crimen muy bien planeado; ni hablar de la escena en cuestión, tan ridícula como “gore”, salvaje y hasta mal rodada. Ni siquiera Judi Dench, como La Princesa queda bien parada, pues todo su aspecto está demasiado cuidado, donde no vimos nada de su herencia rusa y sus maneras “vampirescas” Al final de la película, un mensajero le informa a Poirot, que lo necesitan en Egipto para resolver una “muerte en El Nilo” que es el título de otra novela de misterio protagonizada por Hercule Poirot. Entre los múltiples errores, aparte del excesivo CGI, vemos muchas montañas, cuando no hay en el tramo donde suceden los hechos, ya que es una llanura. Aquí no hay tensión, no hay juego mental, el espectador no participa y lo mantiene aborregado, pendiente del desarrollo de una historia donde él mismo no se involucra. Un filme para nada elegante, donde nadie es realmente “sospechoso”, desde la presentación de los personajes, en el abordaje, ya se ve la premura y la falta de querer hacer algo destacable. Se dijo, sin embargo, que James Pritchard, Presidente de Agatha Christie Ltd., y bisnieto de la escritora, que expresó su interés por que se realicen futuras secuelas, citando la colaboración con Branagh y el resto del equipo de producción; por su parte, el actor y director, también mostró interés en realizar futuras entregas, si la película tenía éxito; y es que Kenneth Branagh anteriormente quiso emular a Olivier sin éxito, pasando por dramas y comedias teatrales de Shakespeare, sin éxito; y ahora asesina a Poirot, insultando la memoria histórica de Albert Finney.
NO RECOMENDADA, de hecho: ¡PROHIBIDA!
JAMÁS tendría una nota en el blog de Lecturas Cinematográficas, para eso está la de 1974 que adjunto
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/2012/11/murder-on-orient-express.html
Alvaro Zamora Cubillo
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