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Críticas de Hartigan
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
One Piece (Serie de TV)
SerieAnimación
Japón1999
7,4
13.842
Animación
10
25 de noviembre de 2011
84 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezaré con un poco de repaso de matemáticas. Van, a día de hoy, 524 episodios, de unos veinte minutos cada uno, lo que hacen, con un redondeo generoso, 13000 minutos de anime. Esto quiere decir que llevaría algo más de nueve días (sin dormir, claro) ponerse al día si se empezara hoy por el primer capítulo. Aún sin llegar a ese extremo, sin duda exige un grado extremo de ¿dedicación? llegar a ver tal cantidad de episodios de una serie de dibujos, de hecho, tanta dedicación, que no tiene sentido preguntarme qué opino de “One Piece”. Los números no mienten: me encanta. Aún después de más de tres años siguiéndolo, sigo esperando con ilusión semanal el siguiente episodio de una historia que no sólo ha alcanzado el techo de lo que este tipo de animes pueden ofrecer, sino que ha establecidos cotas probablemente inalcanzables.

Por eso me uno a toda esa buena gente que clama con entusiasmo sectario que este anime es impresionante. De hecho es tan exagerado el entusiasmo de sus seguidores que la reacción natural de quien no lo ha visto nunca o lo ha dejado es la duda y la sospecha, más cuando estamos hablando de unos dibujos de un pirata de goma que actúa como un niño de cuatro años. El escepticismo es comprensible cuando, además, la idea no perece tan distinta de la de otros animes de peleas del estilo como Bleach o Naruto.

La diferencia está en el estilo visual y el concepto. Una de las claves sin duda es la genial y original idea de, dejando un poco de lado la cultura oriental, coger la figura de los piratas del siglo XVII, darles superpoderes y un objetivo común y soltarlos en el mundo más original visualmente jamás imaginado (ni James Cameron) para que luchen por sus sueños. Si ya el punto de partida es de una creatividad bestial, es cuanto menos sorprendente la imaginación que demuestra el autor en el diseño de cada uno de los innumerables personajes y localizaciones, solo al alcance de los genios y de los niños. Cada una de las islas es un mundo extraño y único, siempre con detalles diferenciadores geniales, que van desde el clima o localización hasta la realidad social del lugar. Como muestra, la isla voladora tiranizada por un Dios demente o el paraíso de los travestis.Y lo mejor es que no se buscan explicaciones pseudocientíficas para las locuras que se le van ocurriendo a Oda, ni tampoco son necesarias. Todo en “One Piece" está impregnado de la lógica implacable de los sueños (¿Por qué comer las frutas que dan superpoderes implica no poder volver a nadar? Pues porque sí, y ya está).

Pero donde “One Piece” arrolla a cualquier otro anime es en sus personajes y las historias de éstos, ya sean emotivas, trágicas, ridículas o hilarantes (o todo a la vez). Lógicamente, Luffy no se va a convertir en el Rey de los Piratas sin ayuda, así que se va rodeando de personajes con los que traba amistad durante sus aventuras y que se irán uniendo a la banda de los Sombrero de Paja.

*Falta espacio, sigue en spoiler*
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Hartigan
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5
3 de septiembre de 2011
77 de 109 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Un 8 y pico? ¿En serio?
No sé si es porque al tratarse de otra supuesta joya del “Maestro del Suspense” encumbrada por la crítica puse el listón de las expectativas muy alto o si es que en realidad “Vértigo” queda muy, muy lejos de ser una obra maestra. Sea por un motivo o por otro, la verdad es que la película no pudo ser más decepcionante. He hecho más esfuerzos por que me gustara que en cualquier otra película que recuerde, pero al final tuve que rendirme.
Y eso que en principio la cosa no pinta del todo mal, con un buen James Stewart que interpreta a John “Scottie” Ferguson, un detective de policía que tras un desgraciado incidente comienza a sufrir acrofobia (miedo irracional a las alturas), lo cual le obliga a retirarse (se ve que las persecuciones por las azoteas eran el pan de cada día en el San Francisco de la época). En esas está cuando un amigo de la infancia le pide que vigile a su mujer Madeleine, interpretada por Kim Novak, la cual, debido a su historia negra familiar, sufre una especie de obsesión-posesión que deriva en tendencia suicida. Con este punto de partida, la primera hora de película es bastante disfrutable, pese a las continuas y largas escenas de Stewart siguiendo al coche verde de Novak que, al parecer, debían de ser muy importantes para el desarrollo de la trama. Durante este tramo se mantiene un cierto y creciente nivel de tensión e intriga, profundizando en el misterio que rodea a la chica, sin embargo, todo el suspense se va a la mierda cuando a mitad de la película se decide desvelarlo todo para luego llenar la mitad restante del metraje con una serie de despropósitos a cada cual mayor. Los giros que se producen en la trama serían aceptables, incluso geniales, si no estuvieran basados en premisas ridículas, vamos, parece todo más falso que un sprint de Ben Johnson. La resolución del misterio resulta ser un plan tan descabellado que va mucho más allá de la frontera de la credibilidad, y muchas situaciones y actitudes de los personajes sólo se explican tomando como base o que son tontos del bote o que están mal de la cabeza (como muestra el “pequeño error” que comete la Novak para poder ponerle fin a la historia o el juicio sumarísimo a Scottie). Y lo peor es que viendo todo esto no paraba de pensar: “Venga, es Hitchcock, seguro que lo arregla todo con un final impresionante”. Y la verdad es que no me equivocaba, porque el final, buscando la justicia poética, entra con fuerza en el top ten de los finales más estúpidos de la historia ya que solo se podría explicar si Novak ocultara un terror atroz a las monjas (la reacción de la monja a lo sucedido: gloriosa). La verdad, tendría que ser fan acérrimo de Hitchcock para pasar por alto tantos sinsentidos y momentos risibles como hay en la película. *Sigo en spoiler*
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Hartigan
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Clannad: After Story (Serie de TV)
SerieAnimación
Japón2008
8,1
1.004
Animación
10
6 de agosto de 2011
32 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
After Story continúa la historia de Tomoya y Nagisa donde la había dejado Clannad y culmina un fantástico relato sobre la amistad, el amor y la vida.
Esta secuela comienza con una serie de subtramas que sirven para desarrollar a los personajes secundarios que habían quedado más abandonados en Clannad, y muy al estilo de la primera parte, mezclando con acierto tragedia y comedia, consigue mantener e incluso superar el nivel de lo mejor de Clannad. El comienzo está bien, pero para nada hace intuir el inmenso salto de calidad que se produce cuando se deja de lado a los secundarios y la historia se centra en los protagonistas. Se abandona el ambiente de instituto y los personajes son arrojados a la vida, y ahí es donde empieza todo. Se trata, con una gran sensibilidad, temas como las relaciones personales, las dificultades del paso a la vida adulta, la relación con la familia, el trabajo, las responsabilidades,…
No voy a decir nada que no se haya dicho ya sobre la belleza, encanto y profundidad emocional de este anime. El periplo vital de Nagisa y Tomoya te lleva a través de una montaña rusa de emociones tan extremas que incluso te llevan a hacerte preguntas trascendentales sobre la vida. Su mayor virtud quizá sea su capacidad de conseguir que el espectador sienta un especial apego por los personajes, que transmiten una gran ternura, lo cual intensifica las emociones que pretende inducir y lo introduce profundamente en su mundo. En algunos momentos la trama se toma alguna que otra licencia pero te lleva al huerto tan dulcemente que no queda otra que ir encantado, y la verdad es que consigue en cada momento lo que busca, si quiere hacerte reír, ríes, y si quiere hacerte llorar pues lloras.
Imagínate, por un momento, que estás en una mesa de quirófano y que el médico se inclina hacia ti con una sonrisa en la cara y te dice que todo va a ir bien y justo a continuación te abre en canal, te arranca el corazón y ante tu mirada moribunda lo arroja a un suelo lleno de cristales rotos y lo pisotea sin piedad hasta que no queda más que una masa informe para luego recogerlo y con un “abrakadabra” recomponerlo mágicamente y devolverlo a su sitio. Eso es una parte de lo que consigue Clannad, pero hay mucho más.
El aspecto mágico y sobrenatural presente en otras producciones de Key y que suele ser marca de la casa también está presente en Clannad, pero en este caso se va introduciendo poco a poco, aunque se intuye de forma sutil en todo momento, para ser cada vez más importante a medida que se acerca el final. Además se introducen ciertos elementos de ciencia-ficción muy acertadamente relacionando esos aspectos sobrenaturales con la teoría del todo y la introducción de universos paralelos. La combinación de drama, ciencia-ficción y fantasía hacen de este anime algo realmente único y especial. *Por falta de espacio sigo en spoiler*
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Hartigan
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8
25 de julio de 2012
25 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando un tema tan delicado como el terrorismo se lleva a una pantalla de cine suele recibir el tratamiento prudente que exige un asunto que puede herir muchas sensibilidades. Y sin embargo, como contrapunto a la evidente seriedad de películas como “En el nombre del padre” o “Munich”, y en pleno apogeo del extremismo islámico, desde Inglaterra llega la primera comedia yihadista.

Quien se pueda sentir ofendido por la asociación de ideas “célula terrorista + desmadre de risas” quizá no debería ver esta película. O quizá sí. Porque la idea principal de “Four Lions” es hacer hincapié en el sinsentido que es el terrorismo y la guerra, en el absurdo de aprovecharse de la fe de unos desgraciados para convencerlos de que la autoinmolación buscando la muerte del enemigo es la vía directa al anhelado paraíso eterno (que pueden ser 100 vírgenes o “la montaña rusa de agua”).

Con esa idea como motor se nos presenta a un grupo de cuatro terroristas yihadistas dispuestos a perpetrar un atentado que acabe con cuantos más infieles mejor, con la firme convicción de que volar cosas los convertirá en héroes radicales, en mártires que cambien el mundo. De la preparación y consumación del susodicho atentado trata la película.

Ya desde el comienzo, en el que estos cuatros intentan grabar un video de amenaza para colgar en internet, queda patente que son todos más tontos que las piedras y no tienen ni idea de lo que quieren hacer ni de cómo hacerlo. Es esto lo que regala los mejores momentos de la película, convirtiéndose en una fuente aparentemente inagotable de gags continuos y realmente brillantes, la mayoría con sobredosis de irreverencia.

Los “cuatro leones” sin duda merecen mención aparte. Omar es el líder del grupo y tiene el dudoso privilegio de ser el que más luces tiene de todos. Antimaterialista y defensor de los principios islámicos, planea convertirse en un verdadero guerrero muyahidin en un campo de entrenamiento pakistaní (irónicamente el antimaterialista Omar trabaja como guardia de seguridad en un centro comercial). Barry, un inglés que se une a la causa, es el más beligerante de todos, y suya es la brillante idea de volar una mezquita para “radicalizar a los moderados” XD. Luego tenemos a Waj. Si los demás son tontos, él es Pichote. Es el paradigma del terrorista manipulable, llevando el concepto más allá de lo absurdo. A diferencia de Barry, Waj se conforma con volar Internet. Y por último está Faisal. Prácticamente no abre la boca en toda la película pero es el protagonista de casi todos los mejores momentos. Sin duda el personaje más explosivo. Su compra de material para fabricar bombas en una droguería da lugar a una conversación realmente memorable. Grande Faisal.

Casi todos son risas, pero no todo. E incluso tras las risas hay reflexiones muy interesantes, sobre todo en las geniales conversaciones entre Omar y Waj, las dudas de éste sobre la bondad de sus acciones y los elaborados ejercicios mentales de Omar para justificarlas da una idea de la empanada ideológica en la que viven.

La mera existencia de “Four Lions” es como mínimo un acto de valor, pero que además sea inteligente, ingeniosa, humana y sumamente divertida sólo puede calificarse como milagro. Todo aquel que haya contribuido a hacer posible esta pequeña joya debería estar orgulloso. Y visto el resultado quizá no sea mala idea relajar un poco los límites morales de la sátira, porque es en su propuesta de reírse de lo grave, de lo delicado, donde “Four Lions”, una comedia osada (casi más osada que cómica), encuentra su mayor virtud y fuerza.
Hartigan
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8
7 de agosto de 2011
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aquí una de las muchísimas historias de Stephen King que han sido adaptadas al cine, esta vez un cuento corto titulado The Body en el que se cuenta la aventura de cuatros chicos de doce años de una pequeña cuidad ficticia llamada Castle Rock, en Oregón, que en septiembre de 1959 deciden emprender un viaje en busca del cadáver de un niño desaparecido con la ilusión de convertirse en héroes y hacerse famosos.
Tomando esto como punto de partida se nos muestra una colección de situaciones y conversaciones que van teniendo lugar entre los cuatro amigos en las que se consigue captar, de forma entrañable y muy entretenida, la esencia de la infancia. Todos los sueños, problemas o preocupaciones que pueda tener un niño de doce años aparecen reflejados en alguno de los personajes del film, de tal modo que no queda otra que sentirte de alguna forma identificado con alguno de los cuatro amigos. Pero lo que mejor se refleja en la película es la amistad, la amistad siendo un niño, el tiempo pasado con los amigos, la diversión sin preocupaciones, los juegos, las travesuras y aventuras, las charlas sin sentido y las peleas sin motivo. Es imposible ver esta película sin sentir nostalgia en algún momento, sin pensar en la infancia y en cómo se va alejando cada vez más y sin desear, de alguna forma, poder volver a ella.
Una de las claves de la película es el reparto, elegido a la perfección. Todos los chavales que aparecen en la película han terminado por convertirse en caras conocidas de la industria. No deja de ser curioso ver a tipos como Sutherland, Cusack o Will Weathon en sus inicios, con 25 años menos. Los niños que encarnan a los cuatro o protagonistas están a un buen nivel, pero de entre todos ellos destacaría sin duda al difunto River Phoenix en el papel de Chris Chambers, al que interpreta con una sinceridad e intensidad increíble en un chaval de 15 años dando ya muestras de un gran talento que luego no podría desarrollar. Richard Dreyfuss pone la guinda al reparto como narrador de la historia.
Una banda sonora sesentera y a buen nivel completa el coctel, destacando la melodía mágica del tema de Ben E. King que da título al film.
Para el recuerdo quedan escenas como la del tren o el relato improvisado de Gordie, así como un gran comienzo y un gran final.

“Nunca he vuelto a tener amigos como los que tuve cuando tenía doce años. Dios mío, ¿los tiene alguien?”
Hartigan
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