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Oh Willy... (C) (2011)

Oh Willy... (C)
17 min.
6,5
199
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Cortometraje completo (sin diálogos)
Sinopsis
Tras la muerte de su madre, Willy emprende un viaje de autoconocimiento que lo lleva de la comuna naturista a la que ha ido a presentarle sus últimos respetos hasta lugares inexplorados en lo profundo del bosque, donde encontrará algo inesperado... (FILMAFFINITY)
Género
Animación Drama Surrealismo Stop Motion Cortometraje (animación)
Dirección
Reparto
Animación
Año / País:
/ Bélgica Bélgica
Título original:
Oh Willy...
Duración
17 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Bélgica-Francia-Países Bajos (Holanda);
Premios
2012: Premios César: Nominada a Mejor película de animación
2012: Festival de Sitges: Sección oficial cortometrajes de animación
2012: Asociación europea de cine de animación: Cartoon d'Or (Mejor cortometraje)
2012: Festival de Zagreb: Gran Premio y Premio de la audiencia
2012: Chicago Film Festival: Silver Hugo al Mejor cortometraje animado
7
La naturaleza como refugio
De vez en cuando aparece uno de esos cortometrajes que tienen algo especial, que van más allá de lo evidente para ahondar en sensaciones difíciles de explicar con palabras, o replicar en imágenes. "Oh Willy..." de Emma De Swaef y Marc James Roels se suma a la lista de grandes producciones animadas que pese a su duración (o quizá por ella) logra impactar gracias a sus enormes logros cinematográficos. Ganador del Cartoon d'Or (mejor cortometraje europeo) de 2012, entre muchos otros galardones internacionales, lo que sorprende de esta producción belga es la fuerza que sus responsables son capaces de imprimirle a una historia tan vista como ésta: la de un hombre que tras perderlo todo no encuentra lugar en el mundo, lo que le lleva a buscar en otro sitio la forma de continuar. Lo intentará en varios escenarios hasta dar con la naturaleza como refugio.

Emma De Swaef lleva muchísimo más lejos la estética de su "Zachte Planten" (2008) para animar a unas marionetas excepcionalmente vivas, en un trabajo stop-motion completisimo donde todo funciona a la perfección: la música de Bram Meindersma es muy notable y la fotografía de Marc Roels es sencillamente brillante, totalmente sorprendente viniendo de un profesional con tan pocos títulos en su haber, dejando algunas imágenes para el recuerdo y creando un tono muy cercano al de Spike Jonze en su notable "I'm Here". Esa sensación de melancolía y tristeza acompaña durante todo su metraje a "Oh Willy...", un trabajo que de haber acabado sin sus dos últimos planos habría sido muy superior (no porque éstos sean malos, si no porque no hacían falta) pero que tal cual está confirma que la animación europea pasa por un gran momento. En lo que va de siglo hemos tenido varias piezas destacadas en este sentido: "Skhizein" de Jérémy Clapin, "Big Bang Big Boom" de BLU o "Angry Man" de Anita Killi, por citar algunos. "Oh Willy" se suma a la lista. Obligatorio.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Extraordinario viaje a través de un bucólico stop motion
La desnudez del cuerpo humano como elemento depurador, de retorno a una inocencia y unos orígenes que Emma de Swaef ya había explorado en su anterior cortometraje, Zachte Planten, es uno de los principales pilares sobre los que sostener Oh Willy..., su segundo trabajo, en esta ocasión acompañada por Marc James Roels, debutante en el género animado que anteriormente había dirigido los premiados A Gentle Creature y Mompelaar, de inquietante y sombrío carácter.

Reflejada desde un primer instante, esa desnudez parece atenerse más a un acto de liberación cuando nuestro protagonista (vestido) se dirige hacía un extraño lugar para dar el último adiós a su madre, también desnuda y postrada en una cama, así como rodeada de cuerpos liberados de cualquier ropaje posible. A partir de ese instante, Willy emprenderá un viaje que bien pudiera tener algo de iniciático si no fuese por su componente fantástico e, incluso, en cierto modo surrealista, que lo abstraen de cualquier obstáculo posible llevándole a través de ese periplo a los confines más puros de su propia naturaleza, de rasgos prácticamente purificadores en torno a esa vuelta a los orígenes.

Con una fuerza inusitada que cobra vigor a través de una logradísima animación cuya primera sorpresa se extrae de las ingenuas (y casi desprovistas de emoción) facciones de un personaje que esconde en esos rasgos un sentido de lo más primigenio (él comiendo bayas en el bosque o impasible ante esa multitud de cuerpos desnudos durante el funeral de su madre) que le llevará al trayecto de búsqueda. Esa búsqueda, reforzada por unos parajes que cobran una fuerza tremenda gracias a la labor fotográfica de un Marc James Roels que da varios pasos adelante después de su trabajo en Zachte Planten, y cuya importancia se antoja capital para este Oh Willy..., toma unos tintes oníricos que refuerzan la sensación ilusoria que envuelve ese nuevo universo.

El esmero en la composición y una puesta en escena impecable culminan un trabajo cuyo casi nostálgico tono acompaña la obra desde los primeros compases hasta una conclusión maravillosa. Una nostalgia que parece palpitar en el rostro de nuestro protagónico, y que se extiende durante ese asombroso viaje que le lleva a una génesis donde lo más elemental cobra forma a través de unos parajes y la aparición de un personaje que terminarán cerrando un círculo donde la armonía se ve suplantada por una primitiva figura que despoja a Willy de todo su significado para llevarlo a la mismísima nada en una propuesta ‹stop motion› que se antoja imprescindible; en especial por la original y fascinante lectura de un tema ya tratado anteriormente a través de grandes obras a las que, en el fondo, Oh Willy... tampoco tiene tanto que envidiar. Imprescindible.


Crítica para www.cinemaldito.com
@CineMaldito
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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