Mi año favorito (1982)

Película de los 80 que se desarrolla en los 50 y que tienen un aroma a comedia clásica de los 40. Entretenida, bien interpretada, con algún momento deternillante y unos diálogos ácidos con frases antológicas ("soy una estrella de cine, no un actor").

Una película con aroma de otra época, directa al grano, que cuenta lo necesario en 90 minutos, que entretiene y que divierte. Un prometedor debut de un director que en el resto de su extensa filmografía no parece confirmar este atisbo de talento, pero que aquí hace una buena película, y una rareza fuera de su tiempo.

"Mi año favorito" supuso una bocanada de aire fresco en la comedia americana de los 80. Producida por Mel Brooks, se basaba en una anécdota real que el vivió de joven: hacer de niñera de un Errol Flynn en decadencia que debía hacer una intervención en un programa en directo de TV.

La película es un sentido homenaje a la TV de los años 50, su manera de hacer comedias televisívas en directo, no existia el videotape, con público de verdad. El guión es magnífico, así como sus personajes y la evolución de los mismos.

Un joven Mark Linn-Baker, antes de "Primos lejanos", debe acompañar y sufrir a un fantástico Peter O'Toole, nominado al oscar, como "Alan Swan" un émulo de Errol Flynn. Ambos actores compartieron muchas cosas, nacionalidad, aficción al alcohol, mujeríos, y a fé que logra uno de los mejores papeles de su filmografía, de hecho, hay una leyenda urbana que dice que rodó las escenas igual de "entonado" que el personaje al que interpretaba. El pobre Linn-Baker las pasa canutas para lograr que Alan Swann haga su presencia en el estudio, en una noche loca, en la que descubrimos las grandezas y las miserias de un alcoholizado actor que fue un grande y que está en decadencia física, familiar y moral.

Sin embargo, al final, un héroe siempre es un héroe, como descubrirán público, actores, unos malvados mafiosos y un entregado Linn-Baker al que fue su ídolo y lo será por siempre jamás: Alan Swan-Errol Flynn-Peter O'Toole.

En el apartado técnico, este filme permitió descubrir la que parecía una prometedora carrera en la dirección de Richard Benjamin, actor secundario. Quizás se contagió del genio de O'Toole y la calidad del guión, pero, desgraciadamente, esta película fue su canto de cisne. ¡pero que bello canto, que bella película!