arrow

Todo saldrá bien (2015)

Todo saldrá bien
118 min.
4,8
1.039
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Disponible en:
Suscripción
ads
Trailer HD (ESPAÑOL)
Ver 3 más
Sinopsis
La vida del escritor Tomas Eldan (James Franco) cambia radicalmente el día en que, tras una acalorada discusión con su novia, atropella a un niño. Doce años después, no ha podido olvidar la tragedia y sigue sintiéndose culpable. Aquel fatídico accidente no sólo afectó a la madre del niño, sino a todos los que rodean a Tomas, incluida su novia. (FILMAFFINITY)
Género
Drama 3-D
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Alemania Alemania
Título original:
Everything Will Be Fine (Every Thing Will Be Fine)
Duración
118 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Alemania-Canadá-Noruega;
Links
Premios
2015: Festival de Berlín: Sección oficial largometrajes a concurso
2015: Premios del cine Alemán: Mejor banda sonora
7
A SANGRE FRÍA EN "TODO SALDRÁ BIEN"
No, no, no, no. No me estoy refiriendo a la conocida novela de Truman Capote, llevada luego al cine en 1967 por Richard Brooks, y más recientemente, incluyendo al novelista en la génesis de la novela por Douglas McGrath en Historia de un crimen (2006), sino a la frialdad de la sangre palpitada por un corazón muy frío, que es lo que Win Wenderss nos transmite en su, hasta ahora, última película Todo saldrá bien (2015), con un soberbio James Franco en el papel de Tomas Eldan, un escritor sin pasión. Lo fácil en ese papel era la monotonía abúlica, o en el extremo opuesto, el histrionismo patético, pero no es así: James Franco sostiene magníficamente al personaje sin exageraciones, dentro de unas coordenadas creíbles.

Sí que nos sirve en cambio para este análisis el artificio del narrador narrado a que aludíamos en el párrafo anterior con respecto a la película de McGrath, puesto que en eso consiste en esencia el filme de Wenderss que nos proponemos analizar en las siguientes líneas. A tal fin, no creo desvelar el argumento si comento que la película se gesta sobre las dos grandes actividades de la literatura: la lectura y la escritura. Una madre una novela, que luego sabremos que es de Faulkner, mientras que un escritor huérfano de inspiración conduce su coche por los helados paisajes de Canadá en invierno. Y ése es otro de los ejes desde los que puede abordarse Todo saldrá bien: la pluralidad de países que participan en la producción: Alemania, Canadá, Francia, Suecia y Noruega. Cine y literatura, pues, coinciden en esta película que hace un guiño a Faulkner, quien también ejerció de guionista cinematográfico, por lo que la simbiosis de esas dos posibilidades creativas se observa desde casi todos los ángulos.

La literatura ha estado presente en el cine, casi desde los mismos orígenes de éste. Basten dos ejemplos: el género negro no hubiera sido tal sin la fusión armónica de novelas y películas; y el Oscar al Mejor guion adaptado se concedió por primera vez en 1928, concretamente a Benjamin Glazer por El séptimo cielo, que se basa en la obra de teatro de Austin Stong.

De manera que, cine y literatura del bracete, pero quiero ceñirme a aquellos casos en que no se trata de un guion adaptado, sino de un filme que retrata la actividad literaria en sí, o sus consecuencias en la vida real (la vida real que llevan los personajes en la película, obviamente). Eso es lo que sucede con Misery (1990), de Rob Reiner, donde un novelista se ve sometido a las obsesiones de su lectora más voraz, El resplandor (1980), donde un narrador busca el aislamiento absoluto para mejor escribir, o La ventana secreta (2004), de David Koepp, que aborda el tema del plagio, todas ellas basadas en novelas de Stephen King, que ya se ve que se pirra por la metaliteratura.

Grandiosa es la película francesa En la casa (2012), de François Ozon, donde la vida anima la creación literaria, que a su vez altera completamente la vida de los personajes. Se trata de un interesantísimo juego de interferencias mutuas, que se basa también en un espectáculo teatral de Juan Mayorga.

Pues bien, en lo que a Todo saldrá bien se refiere, asistimos a un juego perverso: el editor de Eldan le sugiere que las tragedias directamente vividas por él pueden significar libros de éxito, y acierta. De lo que se trata es de comparar la evolución de las personas que rodean a Eldan, con la malsana acedia que atenaza a escritor. Podríamos recordar así Un corazón en invierno (1992), de Claude Sautet, ambientada en el mundo de la música, como un buen ejemplo de lo que la frialdad afectiva implica en las personas que tienen la inmensa desgracia de enamorarse de quien menos les conviene.

La película de Wenderss transcurre en cuatro momentos: el inicial de arranque del filme, dos años después, cuatro años después y otros cuatro. Diez años, por lo tanto, transcurren desde que empieza la acción, y no es casual que se elijan cuatro momentos, puesto que ése es el número de veces que el protagonista se relaciona con cuatro personas diferentes: su primera novia, la madre que lee a Faulkner, su actual pareja y el hijo de la madre que leía a Faulkner. Todos ellos bajo un mismo denominador: la vida que reclama su sitio frente a la apatía del novelista. El éxito vibrante de sus libros, frente a la indolencia del narrador. Inepcia afectiva frente a talento creativo.

Por lo tanto, Todo saldrá bien se erige como una portentosa muestra de la vida real frente a ese componente evasivo que puede tener la creación literaria. No es necesaria que sean así las cosas. No es imprescindible que el artista acorche sus emociones ante las diferentes existencias que se despliegan delante de sus narices, pero tampoco es imposible.

De lo que Eldan escribe, la verdad es que no llegamos a saber nada. Nada se muestra de ello al espectador, porque lo que de verdad interesa a Wenders es la actitud del creador, o de los creadores, en general, pequeños dioses en torres de marfil, desinteresados de la vida de los mortales, incluso cuando recibe una carta desesperada de alguien que implora una palabra con él, construido todo ello sobre una banda sonora tremendamente inquietante.

Así pues, asistimos en esta película al Wenders menos simbólico, menos hermético, más accesible, más lineal, que todavía se permite un inequívoco rasgo de soberbia: la grabación en 3-D para una película cuya historia no necesita de ese virtuosismo técnico, dado que podría seguirse perfectamente en dos dimensiones. Pero todo ello forma parte de la apuesta de Wenders por la vida: desde el primer al último fotograma, créditos incluidos, todo está rodado en tres dimensiones, porque de ese modo, las escenas que se desarrollan ante nuestros ojos son mucho más tangibles. Los seres humanos que interactúan en Todo saldrá bien son casi tan reales como los propios cuerpos de los espectadores. Encarnadura humana. Personajes de carne y hueso. Real como la vida misma.
[Leer más +]
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Fría, fría, fría.
Win Wenders vuelve a engañar a sus seguidores. Si se retiró hace ocho años, su regreso ha sido con un film frío. Frías también las interpretaciones de los actores. La historia no tiene ningún sentido. Van pasando años y sus protagonistas siguen igual, no envejecen.
Encima es la primera vez que se rueda un drama en 3D. ¿Para que?, no hacia falta.
[Leer más +]
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Todo saldrá bien
Fichas más visitadas