arrow

El Hobbit: La desolación de Smaug (2013)

El Hobbit: La desolación de Smaug
160 min.
6,7
64.765
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Disponible en:
Suscripción
Alquiler
Compra
Trailer final HD (ESPAÑOL)
Ver 7 más
Premios
2013: Oscars: 3 nominaciones, sonido, efectos sonoros y visuales
2013: Premios BAFTA: Nominada a Mejores efectos visuales y mejor maquillaje
2013: Critics Choice: 5 nominaciones, incluyendo Mejor actriz de acción (Evangeline Lilly)
2013: Satellite Awards: Nominada a Mejor canción original
6
Perdidos en la Tierra Media
Voy a empezar mi crítica evitando que tengáis prejuicios sobre ella, evitando que penséis que soy un friki habitualmente cabreado por la adaptación, de esos que no entienden que Tom Bombadil no tenía cabida en la Comunidad del Anillo. Soy un gran fan de Tolkien y de las adaptaciones cinematográficas. Me encanta la trilogía del Señor de los Anillos, pese a sus cambios y a ser infinitamente inferior que los libros. Con la primera parte el Hobbit disfruté como un enano (nunca mejor dicho). Ciertamente estaba demasiado estirada, pero te ofrecía tres horas de entretenimiento sin parangón, alejándose del drama épico de sus predecesoras para ofrecernos una aventura de esas que ya no se ruedan, simple y emocionante. Acepté los cambios, comprendí que metiesen a Azog, que necesitaban un enemigo malísimo que combatir, incluso me gustó la adaptación de Radagast, por mucho que variase del personaje de las novelas. Era una película bastante simple: tres horas de enanos siendo enanos.

Pero esta… es pasarse.
La trama se estira hasta el infinito. Los personajes inventados no vienen a cuento, entorpecen la historia, la ralentizan. Buscan una épica inexistente en el texto original (que recordamos, no es más que un cuento). Jackson no puede olvidarse de la trilogía original y no se da cuenta que lo que tiene entre manos es diferente y no puede ser tratado igual. El personaje de Tauriel es un cortapega de Arwen, sin sentido, metido con calzador. Una pena, porque Evangeline Lilly está estupenda, pero no me la creo. Vergüenza su romance inventado, igualmente sin venir a cuento y que no aporta nada.
Lo mismo pasa con Bardo, un personaje que ha ganado un protagonismo excesivo y que vuelve a poner en evidencia que Jackson no sabe qué inventar y utiliza recursos pasados. En personalidad, en estética y todo, es una mala copia de Aragorn. Toda la parte de la ciudad del lago me aburre, se hace densa y dilatada. Horrible el personaje del gobernador, ese pobre Stephen Fry que no está cómodo con el papel. Y su consejero, otro cortapega de la trilogía anterior, un personaje exactamente igual al de Grima.
Bajo mi modesta opinión, en vez de rellenar con una épica inventada, podrían haber buscado profundizar en las relaciones entre los enanos, de los que simplemente se comenta por encima que algunos son familia. O de Bilbo con ellos. Es más, la película está tan ocupada en prepararnos para un gran desenlace épico que se olvida de lo más importante: del hobbit que le da título. Hay escenas en las que Bilbo es un mero secundario, que no tiene ni un diálogo y que hasta nos olvidamos de él.

No todo es malo en esta película. La escena de los rápidos, aunque muy exagerada, está rodada de maravilla, y resulta fresca y divertidísima. Las referencias ocultas a la trilogía anterior (el cameo de Gimli y de Jackson) son una joya. Y Smaug… toda la escena con Bilbo y Smaug es una maravilla. Lástima que queden enturbiadas por un sentimiento absoluto de decepción.

En definitiva, una saga que se ve muy perdida, sin rumbo, que se nota que no han sabido que hacer exactamente con ella, y que no puede desprenderse de su predecesora.
[Leer más +]
467 de 581 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
El público tiene razón, Peter Jackson no.
Fastuosa, megalómana, titánica y sobre todo, aburrida. Peter Jackson nos termina de confirmar que el mundo tenía razón y él no. El hobbit no merecía hacerse en tres películas de casi tres horas de duración, ya que es una adaptación que va contra toda lógica.

A Jackson se le va la mano con esta nueva entrega en la que el ritmo es artificial. Un ritmo basado en crear pequeños episodios de veinte minutos para dar cabida a casi todo lo que sale en el libro y otros tantos hechos que él se saca de la manga. Elfos que no deben estar ahí, y que si están, lo hacen para llenar tramas sin sentido y sin relevancia real. Personajes importantes como Beorn que, aunque afortunadamente salen, no tienen ni el peso ni la imagen que se da en el libro y por tanto se suman a una larga lista de agravios a la obra de Tolkien.

Es una película aburrida en sí mientras se ve. Es cierto que contiene escenas memorables como la aparición al fin del dragón Smaug. Un personaje clave, igual que el hobbit, salvo que de este último se olvida por completo. Es uno más de los enanos y ya no hay diferencia. Ni nos importa realmente. Es una mera excusa para el espectáculo digital y sonoro. Para las intrigas de palacio élfico y la estrategia sauroniana de andar escondido en las sombras.

El guión queda desaprovechado al no usarse el planting. Término de guión que significa poner información poco relevante en apariciencia y que luego se revelará como vital. El guión es plano en ese sentido. Las cosas se resuelven en el momento, sin estirarlas de manera dramática. Repleta de diálogos insulsos. Termina siendo agotador escuchar una y otra vez las referencias del mundo de los enanos y lo que estos deben conseguir dentro de la montaña. La piedra del arca. Ya lo sabemos. Lo sabemos las primeras dos veces que lo repiten. Lo sabemos desde la primera entrega. Y también sabemos que hay una sombra creciendo en el este (Sauron). No es spoiler, es que lo repiten cuando ya quedó claro antes, ahora y hay una trilogía sobre el tema. Esta película habría ganado muchísimo más interés y calidad si se hubiesen trabajado los diálogos tanto como las escenas de acción. Por eso El señor de los anillos era y es tan buena. Por eso seguimos viéndo las reposiciones o haciendo maratones de ella. Era compacta y de calidad en todos los aspectos.

Nunca me meto con las bandas sonoras. Todos estamos acostumbrados a ellas. Sin embargo en este caso resulta apabullante y excesiva. Incrustada en todas las escenas, hay una en especial en que resulta ridícula a más no poder: Gandalf subiendo unos peldaños de piedra. Música épica para subir las escaleras. Abusar de la banda sonora nunca es bueno y en este caso menos, ya que convive con multitud de efectos sonoros que sí son relevantes en muchos casos.

Por eso esto no es El hobbit (bien) adaptado. Esto es otra cosa, una apuesta tan personal como comercial que ya se está viendo fallida a nivel artístico (que no comercial). Tampoco esto es Peter Jackson, que ya parece endiosado con cualquier cosa que haga y dirija.

Siendo serios, la película entretiene. No es incompatible decir que entretiene ahora y antes decir que es aburrida. Ambas ideas son válidas, al menos para este film. Sin embargo es decepcionante ver en lo que han terminado convirtiendo un buen libro al que muchos (incluídos yo y mi familia entera) tenemos un gran cariño. Siendo la película que es habrá que verla. Hay que verla. Será un éxito de taquilla sin lugar a dudas pero, sinceramente, animo a todos aquellos a los que no les ha gustado en conjunto o algunas de sus partes a decirlo bien alto y claro.

@dimensionquinta en Twitter
[Leer más +]
244 de 314 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre El Hobbit: La desolación de Smaug
Fichas más visitadas