Los visitantes de la noche (1995)

No sé por qué los alienígenas no se llevan a las protagonistas a los primeros cinco minutos y liberan al planeta de semejante trauma. Película Terrible. Con imágenes Terribles. Con dramas Terribles. Tan Terrible. Simplemente Terrible.

En su inicio vemos caballos desbocados y chispas como augurio de la tragedia que se avecina. Pesadilla. Terrible pesadilla. Llegan las marcas y las señales pero sin Mel Gibson ni litros de alcohol “Los visitantes de la Noche” se queda como una marca en el las tv-movies de extraterrestres. No sé si las marujas que la vean entenderán su concepto místico y extrasensorial en tanto drama familiar porque Jorge Montesi dirige una película donde no se sabe si es peor los problemas en la relación entre madre e hija o entre hija y extraterrestres.

Hay ausencias y desvanecimientos, drama apopléjico y chorros de luces. Estos alienígenas son curanderos y especialistas en piercings en las orejas pero como todo doctor pasa factura. Los alienígenas entran por la chimenea y por la ventana. Nos iluminan con su luz termonuclear. Chiquillo, apaga la bombilla que con este casquillo me la pillo. La niña lanza un discurso ecologista entre la teoría de la relatividad. Montada en un monopatín todo es absolutamente relativo aunque “Los visitantes de la Noche” lo relativo es aburrido. Al final la abducción es un anuncio de niñera interespacial con derecho a acompañante y crucero por la constelación Alpha. No sé, un vídeo de youtube de Carlos Jesús tiene más gracia y dura menos.

Ante tanta abducción lo mejor es recluirse y buscar el amor después de un matrimonio infructuoso. Los hombres de negro es una asociación de ayuda al abducido para ubicarle ante tanta pérdida neuronal manifiesta. Las luces de feria acaban en una sesión de house progresivo sin continuidad ni ritmo. Los aliens deberían pensarse en abducir a Chimo Bayo para poner una banda sonora coherente.