El monstruo del mar encantado (1961)

Un grupo de militares del derrocado gobierno de Batista logra hacerse con una cuarta parte del tesoro cubano y encarga a un mafioso que tenía un casino en La Habana que lleve el botín a Santo Domingo (República Dominicana) en su yate privado y en compañía de un par de generales y algún soldado como custodia del mismo.
Ya tenemos en el yate al grupo del mafiosos, al de cubanos, el botín y a un agente infiltrado de los EEUU, los mafiosos intentando acabar con los cubanos sin que estos sospechen ejecutando un plan que consiste en matarlos poco a poco y que parezca que han sido asesinados por una criatura marina (la idea se le ocurre al jefe, Renzo Capetto, que parece ser ha leído a Hemingway y su “El viejo y el mar”), los cubanos a lo suyo, contando los días que les faltan para echar a Castro del poder y el agente infiltrado tratando de enterarse por dónde van los tiros y contándonoslo a través de su voz en off.
Si bien es cierto que el comienzo de la película en el que vemos a Robert Towne haciendo el payaso en su presentación como un triste remedo del Superagente 86 (en cuanto a aspecto y métodos de actuación) desprende un fuerte aroma a castañazo, no lo es menos que durante las ingeniosas y divertidas viñetas que vemos durante los títulos de crédito, sientes que a pesar de tan penosa presentación y debido a lo atractivo de su sinopsis bien pudiera contener algún que otro hallazgo (estamos hablando de unos Roger Corman y Charles B. Griffith que ya nos habían regalado alguna que otra joyita).
Pues bien, cuando vemos al grupo partir hacia la misión y mediante la voz en off de xk150 (el agente infiltrado) se nos hace una semblanza de los integrantes del mismo, comenzamos a intuir que estamos ante un tremendo vacilón (nunca tan evidente en la anterior filmografía de Corman/Pierce), cosa que al que esto suscribe le hace relamerse de gusto, vacilón que con el paso de los minutos se convierte en todo un divertido desmadre de humor surrealista (ahora sí que hace justicia al aroma a Superagente 86) que a poco que logres identificar bajo esta perspectiva y no como penosa comedia/thriller de ciencia ficción, te hará disfrutar y hasta sonreír en más de una ocasión durante su corto metraje (74 minutos).

Roger Corman haciendo parodias. No parece que sea lo suyo. Tampoco esto es una parodia, y el pretendido bizarrismo es lamentable. El sentido del humor es poco afortunado, más propio de una función de estudiantes de bachillerato anglosajones. Se rie y desprecia a cubanos, puertorriqueños e italoamericanos, con personajes bautizados como general Tostada, general Cabeza Grande, Porcina Pérez o su hija Mango, junto al italoamericano mafioso Renzo Capetto. Incluso un puertorriqueño quiere vender a su mujer por cincuenta dólares, ese es el concepto que tienen de los caribeños en el filme.

La historia es absurda, tonta, con gags sin gracia. Es de muy bajo presupuesto - aunque han rodado en el Caribe - apareciendo un monstruo falso y otro verdadero - siendo éste el más lamentable de los monstruos cutres de los filmes de Corman, que ya de por sí eran horrorosos por su pésima factura - acompañado de personajes bizarros y surrealistas, aunque sin gracia alguna, incapaces de provocar la hilaridad de nadie, más bien la vergüenza del espectador al asistir a tamaño despropósito.

Lamentable, horrorosa.