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¿Y si nos comemos a Raúl? (1982)

¿Y si nos comemos a Raúl?
83 min.
5,8
635
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Sinopsis
Un matrimonio de clase media seduce a todo tipo de vividores nocturnos para llevarlos a su apartamento. Una vez allí, con el propósito de librar al mundo de pervertidos y de resolver su situación económica, los asesinan... (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Comedia negra
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Eating Raoul
Duración
83 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
7
SUPERVIVENCIA CONYUGAL
Comedia muy negra de serie B y objeto de culto hoy en día (su humor negro es buque insignia en la filmografía de Bartel) que nos plantea el difícil quebradero de deudas que afectan al correcto y conservador matrimonio Bland; la cuarentona pero aún atractiva enfermera Mary (Mary Voronov) y su esposo, el tranquilo y despreocupado Paul (el propio Paul Bartel) dependiente de una licorería, amante de la buena comida acompañada con su buen vino. Después de ser despedido por su perdonavidas jefe (Richard Paul), la pareja verá difícil emprender el negocio de sus sueños; reunir los ahorros suficientes para abrir un lujoso restaurante. Para más inri, el intruso de una fiesta swinger celebrado en el apartamento de al lado se cuela en el hogar de los Bland y muere asesinado después de intentar violar a Mary. Después de esconder el cadáver se les enciende la bombilla para crear su pisito de alterne, con servicios que van de la sumisión a la sodomía, y las fauces del torpe de Paul que irá asesinando a banqueros, médicos, profesores y viciosos nocturnos de la discreta alta sociedad. Pero se les entromete un intruso y testigo de uno de los crímenes; el cerrajero Raoul (Robert Beltran) que es realmente un deshauciador de poca monta que chantajeará con los Bland por recibir una buena tajada.

“Eating Raoul” es una de las cintas más provocativas de Paul Bartel (La Carrera de la Muerte del Año 2000; Escenas de Lucha de Sexos en Beverly Hills), un realizador neoyorkino fallecido en el año 2000 a la edad de 61 años y uno de los grandes independientes trash que se han exhibido desde el otro lado del Atlántico. Polifacético en vida, destacó por su breve aparición de personaje clave en la entramada y fascinante “Sospechosos Habituales” (1995) de Bryan Singer dónde encarnaba a un traficante asediado y con cara de susto.
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Otra joyita del hacedor de obras de culto, Paul Bartel.
Desopilante, acida y mordaz comedia negra dirigida y co escrita junto a Richard Blackburn (que también actúa en el papel del tipo de la inmobiliaria) y protagonizada por Paul Bartel como Paul, un dependiente de una tienda de vinos, casado con Mary (Mary Woronov), una nutricionista en una clínica de Los Ángeles, cuya mayor ilusión es aprovechar sus conocimientos para abrir un restaurante que llamarían “Paul and Mary's country kitchen”, pero la cosa esta complicada ya que andas cortos de dinero y a Paul le han despedido de la licorería en la que trabajaba.
En vista del vicio y la depravación de la sociedad que los rodea y tras contactar con Doris the Dominatrix (Susan Saiger), una dulce y amante mama cuya fuente de facturación proviene de su conversión en una dura dominatrix (sus escenas son de lo más divertidas del film) y tras un incidente con un depravado que se ha colado en su casa al que matan de un sartenazo, deciden poner un anuncio en una revista especializada en la que Mary se ofrece como una sádica ama, para matarlos, a continuación robarles el dinero y así juntar los 20.000 dólares para el soñado restaurante.
A partir de aquí, a través de los personajes que van conociendo (y en su mayoría asesinando a sartenazo limpio) y la entrada en escena de Raoul (magnifico y arrollador Robert Beltrán), un chicano con el que contactan, tras encontrar un folleto publicitario en el que se anuncia como cerrajero y al que Paul y Mary le encargan mejorar la seguridad del piso en el que conviven y llevan a cabo su particular actividad criminal, tenemos una magnifica comedia macabra, preñada de principio a fin de una mala leche y mordacidad apabullantes a la hora de retratar los usos y costumbres de la sociedad de la época, en la que tanto Paul Bartel como Mary Woronov (una de las mejores actuaciones de la arrebatadoramente sensual modelo y musa de Warhol) realizan un excelente trabajo y junto con Robert Beltran y Susan Seiger son las estrellas de la función, encontrándonos además con (entre otros), Ed Begley Jr. en el papel del cliente hippie, Allan Rich (el fiscal de “Serpico” y secundario de lujo en múltiples producciones) como el cliente nazi, Charles B. Griffith (guionista de cabecera de Roger Corman, al cual le gustaba hacer pequeños cameos mas que a un tonto un lápiz) como uno de los asistentes de la fiesta del jacuzzi que es pisoteado por Doris the Dominatrix y el gran John Landis (otro que tal baila en el tema cameos) como el cliente del banco con el cual tropieza Mary cuando va a pedir un crédito.
Parece ser que en el año 2000 estaba prevista una secuela con Paul Bartel y Mary Woronov repitiendo papeles y con Chevy Chase como un tipo que descubría sus actividades y los chantajeaba, pero la prematura muerte de Bartel de un ataque al corazón dio al traste con el proyecto.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
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