The Stool Pigeon (2010)

El thriller asiático tiene nombres propios, autores definidos que se han encargado de revitalizarlo. John Woo o Johnnie To son quizá los artesanos más reconocidos y que mejores resultados han logrado en trabajos como Hard Boiled o The Killer (Woo), o el díptico The Mission/Exiled (To). A Dante Lam aún le queda para llegar a ese nivel, pero su "The Stool Pigeon" es un gran avance hacia lograr desmarcarse, abandonar su etiqueta de director menor (algo que parece estar logrando desde "The Beast Stalker"). Vamos, que poco a poco va madurando, aunque sigue a medio camino.

No es muy original la trama de "The Stool Pigeon": la policía utiliza diferentes infiltrados en las triadas para desenmascarar a los capos de la ciudad. Y tras un prólogo que sorprende por su estilo, llegamos a la historia real. Seguimos desde este momento la desventura de un joven que debe infiltrarse en condición de “soplón” para obtener suficiente dinero como para pagar una deuda familiar y, con ello, sacar a su hermana del trabajo que realiza forzosamente: la prostitución. Clanes, traiciones y dobles morales se dan cita en un guión que no ganará ningún premio pero que es más que funcional para tratarse de un thriller de acción como otros trescientos que salen al año. Quizá sobra la subtrama amorosa del policía, pero al margen, es un buen trabajo de género que devuelve algo de luz a una temática que estaba opacada desde que su último gran valuarte, Johnnie To, dejase de practicarla hace un par de años.

Entretenida y llevadera, y con una dirección magnética: "The Stool Pigeon" merece la pena, sin ser (ni mucho menos) una gran película. Encierra además momentos que bien podría copiar Hollywood para hacer que su cine de acción (Haggis al margen) no sean malos recortes de cien planos por segundo.

Tras leer que "The stool pigeon" tenía espectaculares escenas de acción, me decidí a buscarla y ahora que la he visto puedo decir que me ha decepcionado profundamente. Tras un interesante prólogo, da comienzo la verdadera trama de la historia y la película (salvo por determinadas escenas) pierde intensidad.

El argumento carece de originalidad. Un policía busca un confidente para que se infiltre en un grupo mafioso y así poder detener a un capo de las tríadas. El elegido es un joven (Nicholas Tse) que acaba de salir de la cárcel por robo de coches y que debe asumir la enorme deuda de su padre para poder sacar a su hermana de la prostitución forzosa. El poli le fuerza a colaborar con él a cambio de saldar su deuda.
A partir de ahí se entroduce en una banda que planea atracar una joyería donde Tse hará de conductor para la huída.

Pese a que las secuencias de acción y las persecuciones están bien rodadas, el ritmo de la cinta tiene grandes altibajos y no ha terminado de engancharme en ningún momento. Algunos personajes son interesantes, pero otros son completamente planos y carentes de una personalidad definida. Además, por momentos se me ha hecho lenta y rozando lo aburrido.

Otra característica importante de la película, es su oscuridad, y no me refiero a la luminosidad de sus escenas, sino a la de sus personajes. Todos son oscuros. Sus vidas atraviesan malos momentos, situaciones muy complicadas y parecen al borde de la depresión profunda. Gestos serios y rudos, discursos monótonos y directos... La única excepción es quizás la novia del malo maloso, que esboza un par de sonrisas en momentos puntuales y que siente cierta atracción por el protagonista.

En definitiva, un título que no recomendaré, pero que seguramente entretenga a la gran mayoría, aunque dudo mucho que alguien le diera más de un notable.