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Klondike (Miniserie de TV) (2014)

Klondike (Miniserie de TV)
274 min.
6,2
579
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Trailer (INGLÉS)
Premios
2014: Sindicato de Guionistas (WGA): Nom. a Mejor guión adaptado (formato largo)
8
El hombre es un lobo para el hombre
En muchos aspectos Klondike es una gozada.
Simon Cellan Jones, un realizador de lo más elegante y clásico con un enorme bagaje televisivo, saca un enorme partido a los bellísimos paisajes naturales canadienses con escenas de exterior y montaña que son un regalo para los ojos. Es una producción cuidada al milímetro, con una excelente atención al detalle, un trabajo técnico de impresión (aunque la fotografía debería ser algo más luminosa, porque en las escenas nocturnas, que ocupan la mitad del metraje, apenas es posible ver nada), un reparto inmaculado (atención a los siempre excelentes Tim Roth y Sam Shephard, el primero inquietante y firme a más no poder y el segundo con esa serenidad y esa mirada tan poderosa; Tim Blake Nelson, perfecto; Abbie Cornish, que sigue demostrando que es una de las mejores actrices del mundo sumando a su curriculum otro personaje fascinante que nada tiene que ver con los que ha interpretado antes y le permite mostrar más registros; y por supuesto Richard Madden, recién salido de Juego de Tronos y doctorado aquí en un personaje también muy de silencios y miradas que la mayoría de las veces sólo murmura las palabras y habla con la expresión y el cuerpo) y una historia apasionante que mezcla aventura, amor, acción, amistad, venganza y la descarnada lucha de los hombres por el poder y la riqueza que los lleva a comportarse como perros hambrientos. Posee además unas cuantas escenas inolvidables, la mayoría de ellas acumuladas durante el primer o el tercer episodio, como la llegada de los dos amigos al Yukon, la resolución de la venganza de Haskell, su último y definitivo infortunio en el hielo o la última escena que comparte con Belinda.
¿Qué es lo malo, entonces? Pues que hay demasiadas historias y demasiados personajes, y no siempre casan bien unas con otras (por ejemplo la del personaje de Marton Csokas) ni son todas igual de interesantes, y sobre todo que la miniserie es demasiado larga. Tres capítulos de una hora y media cada uno es demasiado. Deberían haber sido cinco o seis de menos duración, porque lo cierto es que se hace difícil ver entero cada episodio de un tirón y prestarle la atención que merece.
Una lástima, porque madera tenía de sobra para ser sobresaliente, con unos ingredientes tan fantásticos.

Lo mejor: Los actores y toda la producción, de un excelente nivel.
Lo peor: Los episodios son demasiado largos y las historias demasiado irregulares.
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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La quimera del oro (7.2)
Este verano, ayudado por las historias de Jack London, he intentado hacer un ejercicio de desdoblamiento astral con el que trasladar mi alma a regiones más fresquitas. Me interesaron sobremanera los cuentos ambientados en la época y lugares de la fiebre del oro de Alaska, y, buscando más información, llegué a esta serie.

Klondike, por temática, ambientación y propuesta, trata de llenar, en parte, el hueco que dejó la HBO cuando tuvo que cancelar Deadwood. Ha sido abordada como miniserie con bastantes recursos —es de la productora fundada por los hermanos Ridley y Tony Scott—, lo que evita cancelaciones que puedan alterar los ánimos de sus seguidores y permite concentrar un mayor presupuesto por capítulo.

Técnicamente, poco se le puede reprochar: capta muy bien los matices aventurero y salvaje del asunto que trata. Las precarias concesiones, el barrizal de Dawson City, el infierno blanco y las bestias que lo rodean…; un ambiente más que propicio para la desesperación. Los actores, además, calzan perfectos en sus personajes (muy agradable el guiño incluyendo al Jack London veinteañero que estuvo probando suerte por las inmediaciones).

Chirría, sin embargo, la pomposidad que alcanzan algunos diálogos. Con frecuencia se culminan las confrontaciones entre personajes con frases discutiblemente ingeniosas allí donde deberían predominar las elipsis. Hay silencios que dicen más que mil palabras, y Klondike ofrecía gran cantidad de momentos para haberlos aprovechado, para transmitir más inseguridades, más miedo, más vulnerabilidad.
Existe, también, un leitmotiv romántico que podría haberse tratado de una manera más cruda y dolorosa (más acorde con las circunstancias), pero hay que reconocer que consiguen momentos de gran intensidad dramática.

Lo mejor que se puede decir es que se queda uno con ganas de más. Este tipo de historias no gozan de demasiado interés fuera de fronteras americanas, lo que es una pena, pues aún quedan muchos relatos acerca del Yukón que permitirían mantener una serie durante varias temporadas (el descubrimiento de Bonazna Creek, la vida de las tribus nativas antes y después de la fiebre, los “pioneros” que se adentraban en ese «más al Norte» descrito por London, en ese silencio blanco extremo que consumía su humanidad…).

Fue estrenada el 20 de enero del 2014 en el canal Discovery. Mientras escribo esta crítica, desconozco si se piensa estrenar en España algún día. Al menos vivimos en una época donde el boca a boca sirve de mucho. Yo le daría una oportunidad a Klondike.

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"La naturaleza tiene muchas artimañas para convencer al hombre de su finitud —el incesante fluir de las mareas, la furia de la tormenta, la sacudida del terremoto, el largo retumbar de la artillería del cielo—, pero la más tremenda, la más sorprendente de todas, es la fase pasiva del silencio blanco. Cesa todo movimiento, el aire se despeja, los cielos se vuelven de latón; el más pequeño susurro parece un sacrilegio, y el hombre se torna tímido, asustado del sonido de su propia voz."

La quimera del oro; Jack London.
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
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