La música del azar (1993)

Adaptación de la novela homónima de Paul Auster y ópera prima del director Philip Haas.
La película es bastante fiel al libro de Auster, no obstante, el final no, es cambiado por otro que está a la misma altura que el de el libro o incluso superior y más acertado.
La pareja protagonista es muy misteriosa y atrayente al espectador, y los personajes secundarios son fichados con acierto (desde un Walsh muy impasible, un Penn muy discreto, hasta una Mathis simpaticorra, e incluso el propio Auster en un cameo final).
Si que es cierto que la película pierde algunos detalles valiosos que en el libro se muestran, por lo que queda reducida a un nivel menos pomposo en su conjunto, empero, no falla por su buena realización, interpretación, banda sonora, etc.

Espero que volvamos a oír hablar pronto del desconocido Philip Haas.

Difícil tarea se le presentó a un para mí desconocido Philip Haas, y es que adaptar una novela siempre implica ciertas complicaciones y si es de un escritor tan personal y propenso a las figuras literarias, situaciones oníricas y con un mundo tan vasto y particular como Austen la tarea es aún más ardua. En ese sentido podemos afirmar que Haas ha salido vivo del envite y no solo eso, sino que además ha conseguido una obra sinuosa y que capta, en términos generales, la esencia de la novela.

El apartado actoral correcto, destaca un contenido (y casi irreconocible) James Spader y el trío de venerables actores M. Emmet Walsh, Charles Durning y Joel Grey (estos dos últimos en especial forman una extraña pareja por momentos cómica, por momentos terrorífica). El resto del reparto no desentona aunque tampoco destaca: Mandy Patinkin y Samantha Mathis correctos sin más y casi un cameo testimonial de Chris Penn.

No profundizaré en la historia ya que recomiendo encarecidamente la lectura de libro, pero si afirmo que es una de las historias más desesperantes y desarraigadas que he leído en mi vida no mentiré, y el film de Haas le hace justicia.

Recomendable para fans de Auster en general y lectores de “La Música del Azar” en particular.