Feriado (2014)

Feriado es una buena película.
Tiene una historia interesante, está bien filmada, describe muy bien la sociedad ecuatoriana de la época, y tiene buenas actuaciones.
El primero que se destaca es el joven Juan Manuel Arregui, que inicia su carrera en el cine con esta película.
Una muy buena marcación del director Diego Araujo, y una capacidad actoral innata del actor, hacen de su actuación lo más importante de la película.
Juan Manuel tiene poco diálogo, y todo el peso de la película se basa en sus miradas en relación a las cosas que le pasan., y sale airoso.
Lo acompañan buenos actores, los más destacable son Diego Andrés Paredes, y la joven que interpreta a su prima confidente.
La película está llena de pequeños detalles que hay que estar atento para paladearlos.
Buen comienzo del director Diego Araujo, y del joven actor Juan Manuel Arregui, que augura una buena carrera para ambos.

Un salto al vacío arriesgado, tanto en técnica como en contenido que se presenta desde las primeras imágenes en las que vemos la ciudad de Quito de noche y al revés. La línea política del feriado bancario ecuatoriano como excusa para narrar una historia de confusión e identidad adolescente se ha convertido en la primera película ecuatoriana en ser seleccionada en el Festival Internacional de Berlín, dentro de la sección Generation.

Recordando en ritmo e imágenes a las películas europeas, la ópera prima del director Diego Araujo muestra las influencias recibidas tras haber realizado estudios en escuelas internacionales. Feriado es un paso adelante del cine nacional en cuanto a riesgo y valor en hacer cosas totalmente nuevas dentro del espectro pero que ya se va viendo en otras producciones nacionales en la actualidad.

Feriado es Juan Pablo, un adolescente de clase media alta que pasa sus vacaciones de carnaval en la hacienda de sus tíos en la serranía norte de Ecuador. Es cuando la vida de Juan Pablo se trunca, a la vez que el destino del país. Todo sucede durante una fiesta en la hacienda, cuando Juan Pablo presencia cómo unos desconocidos roban los tapacubos de los autos de los asistentes. Y uno de ellos es Juano.
La película atraviesa las personalidades de los personajes, jóvenes ecuatorianos que pertenecen a mundos totalmente distintos que crean esa atmósfera de entendimiento que solo logra la amistad. Contraponiendo a través del guión y las secuencias, las diferencias que genera la riqueza económica; los sirvientes de y los jóvenes de la hacienda ajenos a la convulsión que se vive incluso dentro de la propia familia. Con las imágenes de las comunidades y escuchándose a veces el kichwa, que tan regocijante es observar desde la butaca de la sala de cine.

Araujo se esfuerza en tratar de mostrar los sentimientos explosivos de los personajes a través de silencios y miradas. Más de una vez los primeros planos centrados en la (in) expresión de los ojos de Juampi hace que el espectador pierda el hilo de la acción principal.


Cabe destacar especialmente el trabajo del joven actor Diego Andrés Paredes, Juano, por la naturalidad que desprende este amante del black-metal y que ofrece más de una sonrisa. ¨Demente, ve¨.

Arriesgado quizá por haber elegido de marco esa fecha para mostrar el tema de la homosexualidad. Siendo aún un tema tabú en este país queda poco creíble que todo transcurra con esa aparente normalidad.